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“Por el momento, no existen propuestas institucionales referentes a una modificación de los libros litúrgicos en uso”, fue la afirmación del Padre Ciro Benedettini, vicedirector de la Oficina de la Prensa de la Santa Sede, que pareció dejar atrás la importante noticia publicada por Andrea Tornielli el pasado sábado, una noticia que suscitó tanta alegría en muchos católicos como desconcierto en otros.
Habría que aclarar, basándonos en la experiencia, que este tipo de “desmentidas de rutina” lanzadas por la Oficina de Prensa no implican, en la mayoría de los casos, una inexistencia de los asuntos que se desmienten. Basta recordar que el tan mencionado “indulto para celebrar la Misa tridentina” (que luego tomaría el nombre y la forma de “Motu Proprio Summorum Pontificum”) fue desmentido en varias ocasiones por la Oficina de Prensa, incluso semanas antes de su publicación. Se puede pensar también en el tan rumoreado nombramiento del Cardenal Cañizares como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, que fue negado una y otra vez, incluso por el mismo involucrado. Finalmente, se puede recordar el reciente asunto de la tumba de San Pablo Apóstol: el Cardenal Arcipreste de la Basílica de San Pablo negó la existencia de eventuales investigaciones del sarcófago tan sólo unos días antes de que el mismo Santo Padre anunciara sus resultados.
Por otro lado, a favor de la veracidad de la noticia publicada por Tornielli, tenemos un elemento clave: el pensamiento de nuestro actual Sumo Pontífice. Quien lo haya leído, quien lo haya escuchado, sabe cuán importante ha sido y es para él la Liturgia. Esto se vislumbra en el conjunto de su obra, en la gran variedad de sus intervenciones, pero si quisiéramos elegir una frase representativa, podríamos recordar ésta: “Estoy convencido de que la crisis que estamos viviendo hoy en la Iglesia se debe en gran medida a la desintegración de la liturgia”. Y, al respecto, podemos pensar que dos de los periodistas que más lo han conocido y que han llegado a escribir libros con él, Vittorio Messori y Peter Seewald, pronosticaron una intervención en el tema del nuevo Papa cuando la Providencia quiso elevar a la Sede de Pedro al anciano cardenal alemán.
Por último, hay que aclarar que sería engañoso pensar que podemos esperar del Papa Benedicto fortísimas intervenciones que, sin previa consulta y en tiempos apresurados, obligaran a todos con la más estricta fuerza de ley. Quien erróneamente pronosticaba esto al comienzo del pontificado benedictino ciertamente estaba equivocado pero por desconocer la personalidad y el estilo de Joseph Ratzinger, un estilo que con tanta claridad describen quienes han trabajado cerca de él en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Su estilo consiste en consultar, profundizar, debatir, buscar el consenso, realizar una síntesis de las diversas opiniones, sin alejarse nunca de lo que considera necesario para la vida de la Iglesia. Su estilo es también, al contrario de lo que manifestaban las injuriosas caricaturas del “Panzer cardinal”, la paciencia del amor que con tanta precisión describe don Nicola Bux en su último libro.
En conclusión, teniendo en cuenta tanto el pensamiento de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI y su manera de actuar así como también el talante y el plan de trabajo del Cardenal Cañizares, su “ministro de Liturgia”, podemos creer que efectivamente, en el seno de la Congregación de Culto, se está realizando un sereno pero eficiente trabajo que aspira, en principio, a recuperar parte de lo que se ha perdido en los turbulentos años post-conciliares en materia litúrgica según la “hermenéutica de la continuidad” que promueve Benedicto XVI. Esto se ve confirmado, además, por algunas voces autorizadas que, desde Roma, han confirmado hace algún tiempo a esta Buhardilla que el dicasterio vaticano de Liturgia está trabajando en este sentido por decisión del Santo Padre aunque, ciertamente, también se admite que esto requerirá tiempo.
Finalmente, es curioso el hecho de que, precisamente cuando la Sala de Prensa lo niega, Il Giornale (el periódico donde escribe Tornielli) vuelva a insistir en el tema presentando las 5 novedades, contenidas en el documento entregado al Papa, e informando que ahora han pasado al análisis de obispos y cardenales de la Congregación para el Culto Divino. De este modo, queda confirmado tanto el trabajo del dicasterio como la necesidad de tiempo en sus diversas etapas. He aquí nuestra traducción de los 5 puntos que ofrece hoy el diario italiano:
“A. Se intenta revisar la parte introductoria del Misal poniendo más frenos a la creatividad, y subrayando el sentido de lo sagrado y la importancia de la adoración.
B. Se prevé, en el futuro, la re-publicación de todos los misales bilingües, con el texto latino en el frente.
C. Se quiere contener la práctica, ya difundidísima, de dar la Comunión en la mano, recordando que se trata de una concesión extraordinaria pero que el modo normal de recibir la Hostia es en la boca.
D. Se pide que, en las solemnidades, se vuelva a celebrar en latín, también según el nuevo rito.
E. Se subraya la importancia para el celebrante de dirigirse hacia Oriente, al menos durante la consagración eucarística, como ocurría en la praxis anterior a la reforma, cuando tanto fieles como sacerdote miraban hacia la cruz y el sacerdote daba la espalda a la asamblea.”
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mi alma se alegró mucho al escuchar esta noticia y aunque hoy es una noticia desmentida, aun sigue brillando la esperanza de que pronto brillara el sol de justicia.
ResponderEliminarsolo queda esperar sin desanimarnos
todo a su tiempo,todo al tiempo de Dios..
se nos ha enseñando que cuando pidamos algo con Fe hagamos de cuenta que ya se nos ha concedido la petición .
esto quiere decir que si nuestra Fe es verdadera la noticia será pronto una realidad y las buenas noticias vienen en camino..
animo!
El Espíritu Santo sabe lo que hace.
El sabe como, cuando
a nosotros solo nos toca rezar y no perder la Fe.
mary
Considero que es una estricta necesidad que se conserven los cambios que la iglesia ha logrado desde el último concicilio, volver a proponer estas medidas, lo considero un inadmisible retroceso.
ResponderEliminarEsta en nosotros ofrecer a los no católicos una iglesia adaptada a los cambios de nuestra era. Que nos ayude a divulgar la mas sagrada de las noticias para la que fuimos elegidos.
No dejemos que un grupo de hombres alejados del pueblo declaren su voluntad de volver a tiempos pasados.
Llamemos a los no católicos a creer en Dios ! Trabajemos en la conversión!
Yo soy del pueblo y me gustaría más sacralidad en la Liturgia y estoy de acuerdo en los cinco puntos propuestos.
ResponderEliminarNo creas que a toda la gente sencilla le gusta asistir a Misas protestantizadas con bailes y aplausos, sin vestimentas litúrgicas y sin arte sagrado.
Yo también soy del pueblo y deseo de corazón que estos cambios se hagan.
ResponderEliminarEl Santo Padre lo dejó claro, él no hará su propia voluntad, sino la voluntad del Señor.
Yo también soy parte del pueblo, tengo 30 años, y deseo fervientemente la restauración de la Liturgia católica en toda su grandeza y solemnidad. Me he sentido estafado espiritualmente al habérseme privado injustamente de una liturgia digna durante toda mi vida.
ResponderEliminarMariano
Yo también soy del pueblo, soy un joven laico y me gustaría que la Liturgia Latina fuera como determina el Concilio Vaticano II, que realmente la Iglesia fuera fiel al Concilio y que aquello que se llenan la boca con el Concilio para defender distorisiones litúrgicas releyesen los documentos concialires. Dice el Concilio Vaticano II, por ejemplo, "Se conservará el uso de la lengua latina en los ritos latinos, salvo derecho particular» (Sacrosanctum Concilium 36,1). En ningún documento conciliar aparece que el sacerdote deba volver cara al pueblo.
ResponderEliminar"Procúrese, sin embargo, que los fieles sean capaces también de recitar o cantar juntos en latín las partes del ordinario de la Misa que les corresponde." (Sacrosanctum Concilium, 54)
ResponderEliminarEl Pueblo quiere fidelidad al Concilio !!!
Paco, afortunadamente la Iglesia no es una democracia que se guie por lo que el pueblo diga o no diga, ironicamente para ustedes los liberales si asi fuera nunca se hubieran hechos los cambios(distorsiones) a la santa Misa de finales de los 60's los cuales fueron hechos por un grupusculo de hombres alejados del pueblo con una enorme soberbia intelectual creyendo saber mejor lo que convenia al pueblo que la tradicion heredada por nuestros antepasados y cuidadosamente guardada por la Iglesia hasta esa fecha. Siempre he dicho que no hay peor ciego que el que no quiere ver y los resultados y frutos del Novus Ordo estan a la vista de todos excepto para ciegos voluntarios.
ResponderEliminarHay que confiar plenamente en este tan extraordinario Papa que Dios nos ha mandado y esperar con confianza los cambios que se aproximan. Ojala Dios nos lo guarde muchos años mas.
PD. La Iglesia y sus enseñanzas son inmutables, no busca adaptarse al mundo sino mas bien adaptar el mundo a las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo y al magisterio de su Iglesia.