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En el momento en que la definición de la situación de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X parece experimentar mayores dificultades, el Papa Benedicto XVI, entre varios importantes cambios en la Curia Romana, nombró hoy al Arzobispo Augustine Di Noia, hasta ahora secretario de la Congregación para el Culto Divino, como vice-presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, creando esta nueva figura que lo convierte en el “número dos” del Cardenal Levada para los trabajos de esta Comisión. El Arzobispo considera que la misión encomendada por el Pontífice con este nombramiento es, precisamente, ayudar a resolver la cuestión, buscando la modalidad para una reconciliación, siguiendo la voluntad del Papa. Presentamos un artículo del Catholic News Service, que ha podido dialogar con el Arzobispo Di Noia luego de su nombramiento.
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En un esfuerzo para ayudar a los intentos de reconciliación con los católicos tradicionalistas, el Papa Benedicto XVI ha nombrado al arzobispo norteamericano Augustine Di Noia para el nuevo oficio de Vice-presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei.
“El nombramiento de un prelado de alto rango en este puesto es un signo de la solicitud pastoral del Santo Padre por los católicos tradicionalistas en comunión con la Santa Sede y de su fuerte deseo de reconciliación con aquellas comunidades tradicionalistas que no están en comunión con la Sede de Pedro”, dijo el Vaticano en un comunicado del 26 de junio.
El comunicado, publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que supervisa Ecclesia Dei, dijo que este dominico nacido en New York es un respetado teólogo que ha dedicado mucho tiempo y atención a las cuestiones doctrinales que se examinan en los actuales diálogos con la disidente sociedad tradicionalista de San Pío X, guiada por el Obispo Bernard Fellay. La Fraternidad rechaza algunas de las enseñanzas del Vaticano II, como también las reformas modernas especialmente en la liturgia, que vinieron luego.
El Arzobispo Di Noia dijo a Catholic News Service el 26 de junio que el Vaticano necesitaba ayudar a la gente que tiene fuertes objeciones al Concilio a ver que “estos desacuerdos no tienen que dividir o impedir la misma mesa de Comunión”. “Es posible tener desacuerdos teológicos permaneciendo en comunión con la Sede de Pedro”, dijo.
“Parte de lo que estamos diciendo es que cuando se leen los documentos (del Vaticano II), no pueden leerse desde el punto de vista de algunos obispos liberales que pueden haber participado (en el Concilio), deben ser leídos por su valor nominal”, dijo el Arzobispo Di Noia a CNS. “Dado que el Espíritu Santo guía a la Iglesia, los documentos no pueden estar en discontinuidad con la Tradición”.
La oficina doctrinal dice que la experiencia del arzobispo como Secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos desde el 2009 “facilitará el desarrollo de determinadas disposiciones litúrgicas durante la celebración según el Missale Romanum de 1962”, comúnmente conocido como el rito Tridentino.
El Arzobispo Di Noia, quien dijo que su cambio de oficio después de sólo tres años en la Congregación de Culto lo había “asombrado”, será reemplazado en esa tarea por el Obispo Arthur Roche de Leeds, Inglaterra, anunció el Vaticano.
La Congregación para la Doctrina de la Fe acentuó también que el Arzobispo Di Noia “goza de amplio respeto” en la comunidad judía, lo cual “contribuirá a solucionar algunos problemas que han surgido en el ámbito de las relaciones católico-judías durante los progresos del camino hacia la reconciliación de las comunidades tradicionalistas”.
Además de la conocida toma de posición del Obispo Richard Williamson, un obispo tradicionalista que niega el Holocausto, algunas declaraciones del Obispo Fellay, superior general de la Fraternidad, pusieron en duda que la Fraternidad acepte enteramente Nostra Aetate, el documento del Vaticano II que afirma que el pueblo judío no puede ser culpado por la muerte de Cristo.
Ecclesia Dei supervisa el cuidado pastoral de los católicos que tienen una especial devoción por la antigua liturgia en latín. El Papa Benedicto ubicó la Comisión bajo la Congregación para la Doctrina de la Fe en el 2009 para abordar mejor las cuestiones doctrinales que surgían de los diálogos entre el Vaticano y la Fraternidad San Pío X.
El cardenal estadounidense William J. Levada sigue siendo el presidente de la Comisión y Mons. Guido Pozzo continúa siendo su secretario.
El nombramiento del arzobispo es significativo ya que ha dedicado mucha atención y esfuerzo a las cuestiones que aún están en estudio por la Fraternidad San Pío X.
El sacerdote jesuita Federico Lombardi, vocero vaticano, dijo a los periodistas que la nueva posición es un signo de “lo importante y delicado que son las dificultades” que la Comisión está afrontando y no debe ser visto como una indicación de cómo están avanzando las cosas con la Fraternidad.
Las cuestiones que fueron estudiadas cuando comenzaron los diálogos en el 2009 incluyeron el concepto de Tradición; el Misal Romano posterior al Vaticano II; la interpretación del Vaticano II en continuidad con la tradición doctrinal católica; los temas de la unidad de la Iglesia y los principios católicos del ecumenismo; las relaciones entre cristianos y las religiones no cristianas; y la libertad religiosa.
En una reunión de alto nivel en el Vaticano, que tuvo lugar el 13 de junio, oficiales vaticanos presentaron al Obispo Fellay el borrador de un documento con la propuesta de una prelatura personal como el instrumento más adecuado para el eventual reconocimiento canónico de la Fraternidad, en el caso de que se resuelvan las diferencias doctrinales. Los oficiales vaticanos dieron también al Obispo Fellay su evaluación de la última declaración de la Fraternidad sobre las diferencias doctrinales.
Tras la reunión, la Fraternidad dijo que las no resueltas dificultades doctrinales con el Vaticano II y la posterior reforma litúrgica podrían derivar en “una nueva fase de discusiones” sobre una posible reconciliación con Roma.
Las conversaciones se han centrado en la redacción de un “preámbulo doctrinal” que el Vaticano describe como “algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica, necesarios para garantizar la fidelidad” a la enseñanza formal de la Iglesia.
En una carta del 25 de junio a los obispos y sacerdotes de la FSSPX publicada en internet, el secretario general de la Fraternidad, Padre Christian Touvenot, escribió que el Obispo Fellay consideró la última versión vaticana del preámbulo “claramente inaceptable”.
El Arzobispo Di Noia dijo que su tarea será ayudar a resolver el impasse en torno a los términos de un acuerdo.
“El diálogo teológico se ha prologando por tres años pero ahora (el Papa) espera encontrar el lenguaje o la modalidad para la reconciliación”, dijo el Arzobispo Di Noia a CNS. “Nosotros estamos en una etapa de delicadeza, para ayudarles a encontrar una fórmula que respete su propia integridad teológica”.
“A todos parece que (la reconciliación) está cercana, pero ahora necesita un pequeño empuje”, dijo.
Cuando el Arzobispo Di Noia fue sub-secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, él estuvo involucrado con el establecimiento, en el 2009, por parte del Papa, de ordinariatos personales, estructuras especiales para ex-anglicanos que quieren entrar a la plena comunión con la Iglesia Católica, preservando aspectos de su herencia espiritual y litúrgica anglicana.
“Es posible que (el Papa Benedicto) haya tenido presente aquella experiencia” cuando lo seleccionó para este último trabajo, dijo el arzobispo.
El Beato Juan Pablo II nombró al entonces Padre Di Noia como número tres de la Congregación para la doctrina de la Fe en el 2002, cuando estaba encabeza por el entonces cardenal Joseph Ratzinger. El arzobispo trabajó extensamente con el Papa Benedicto, especialmente como miembro de la Comisión Teológica Internacional, de la que era presidente el actual Papa.
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Fuente: Catholic News Service
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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