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El ya conocido por nosotros obispo de Lancaster (Inglaterra), Monseñor Patrick O’Donoghue ha escrito en estos días una carta dirigida a los católicos de la diócesis, en la que explica los motivos que le han llevado a renunciar a su puesto de miembro del consejo de administración de la agencia de adopción – hasta no hace mucho tiempo católica – de Lancaster.
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17 de diciembre de 2008
Mis queridos Sacerdotes y pueblo,
El jueves 11 de diciembre del 2008 quedará por siempre grabado en mi memoria, porque fue en ese día que las relaciones entre la diócesis de Lancaster y Catholic Caring Services [agencia de beneficencia] sufrieron un quiebre irreparable. Esta relación – que había sido forjada por miles de laicos y clérigos por más de 100 años – terminó cuando los miembros del consejo de administración votaron 9-1 a favor de quitar la palabra “Católica” de su título, significando con esto su capitulación a la legislación del gobierno acerca de la adopción por parte de parejas del mismo sexo, sin ningún intento de resistencia.
El consejo de administración rechazó mis pedidos hechos por escrito y los realizados en las reuniones de la junta directiva y con el CEO (Catholic Enquiry Office), para que buscáramos una exención según la Legislación de Derechos Humanos y Libertad Religiosa, o, si esto fallaba, intentáramos un pleito legal.
¿Dónde nos deja esto como diócesis de Lancaster?
Como Obispo, me he visto forzado a renunciar al consejo de administración de Catholic Caring Services, porque considero que ser miembro del mismo es incompatible con mi deber de obispo católico, con mi responsabilidad en salvaguardar la doctrina y la moral, y con el cuidado por el bienestar de los niños y padres católicos de esta gran diócesis nuestra.
Una de las responsabilidades fundamentales del obispo católico en nuestro tiempo es la de proteger y defender el Sacramento del matrimonio. Mi insistencia en que Catholic Caring Services no puede tener una “política abierta” que incluya parejas del mismo sexo, descansa en el hecho de que los niños se desarrollan y crecen mejor en el contexto del matrimonio.
La enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio se apoya en la reiteración que Jesús hizo de la revelación de Su Padre en el Génesis: "¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne?” (Mt 19, 4-5; cf. Gn 2, 24).
Es la intención de Dios que los niños sean cuidados y criados por un padre y una madre amorosos que sean modelos para niños y niñas de lo que significa ser un esposo y una esposa, una madre y un padre. Que esto sea visto como un ideal no realista por algunos en la política y en los medios, muestra en qué medida nuestra sociedad ha distorsionado la moralidad. Si Catholic Caring Services verdaderamente sostuviera que la primacía la tienen las necesidades de los niños, haría todo lo posible para asegurar que cada niño fuera dado a un padre y a una madre.
Cualquier cosa que quite valor al matrimonio y a la importancia fundamental de que los niños tengan una madre y un padre, debe ser resistida por todos los católicos y las personas de buena voluntad, porque lo que está en riesgo no es sólo el bien de los niños sino de toda la sociedad.
Esto no significa que les quite valor al amor, devoción y abnegación de los padres que crían solos a sus hijos, pero es también mi deber el salvaguardar el ideal del matrimonio, particularmente cuando está bajo un ataque tan sostenido.
Consecuencias de la decisión de los miembros del consejo de administración
Querría aclarar que esta nueva obra de beneficencia no es más una obra católica, y que no puede ya operar como una agencia en nombre de la Iglesia Católica de esta diócesis (cf. CIC 300; 216). Como consecuencia directa de la decisión del consejo de administración, es con gran tristeza que la diócesis comenzará el proceso de implementación de las acciones que había delineado en mi carta del 5 de octubre del 2008:
a) La diócesis informará a la Comisión de Beneficencia [Charity Commission, ente regulador de las organizaciones benéficas en Inglaterra y Gales] que Catholic Caring Services no está más preparada para actuar en conformidad con la enseñanza moral católica, y que por esa razón Catholic Caring Services no es más considerada por la Iglesia como una obra de beneficencia que actúa en nombre de la Iglesia Católica.
b) Los miembros del consejo de administración deben entonces pedir a la Comisión de Beneficencia la aprobación del cambio de nombre de Catholic Caring Services a Caritas Care. Deben también cambiar los “Objetivos” de Catholic Caring Services, quitando la referencia a “la Iglesia Católica Romana tanto en esta diócesis de Lancaster como en todo el Reino Unido”. Será la Comisión de Beneficencia quien decida si el consejo de administración de Catholic Caring Services tiene potestad legal para hacer esos cambios.
c) Con profunda tristeza, debo declarar que ninguna iglesia, parroquia, escuela, organización o sociedad católica ha de tener asociación formal con Catholic Caring Services, y que la nueva obra de beneficencia no tiene ya derecho a acceder a las colectas diocesanas, a la colecta del “Buen Pastor” (fondo del obispo) o a la colecta del Pesebre de Navidad.
d) En cuanto a las propiedades a cargo del consejo de administración diocesano, pero actualmente ocupadas por Catholic Caring Services – incluidas Tulketh Rd en Wellington y la Casa Mariana en Beech Grove (todas en Preston) – será necesario que el consejo de administración diocesano lleve a cabo una revisión de los términos de los contratos, para determinar:
1) si hay alguna potencial infracción de los términos del contrato.
2) si las responsabilidades de la nueva obra de beneficencia caben dentro del Memorandum y de los Artículos de Asociación.
e) La diócesis, por supuesto, necesitará revisar la recepción y uso de antiguas o futuras herencias y/o legados hechos a favor de Catholic Caring Services, y determinar si corresponde que algunas de estas herencias y/o legados sean retornados a la diócesis, o si las futuras herencias/legados deben ser retenidos por la diócesis.
Me causa un dolor sobre medida el tomar estas decisiones, y ciertamente he hecho todo lo que estuvo a mi alcance para prevenir este trágico rechazo de la enseñanza moral católica.
Los católicos deben seguir la enseñanza de la Iglesia
La Congregación para la Doctrina de la Fe ha declarado que permitir que los niños sean adoptados por personas en uniones homosexuales es gravemente inmoral (CDF, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, 2003).
Todos los católicos tienen una clara obligación de regirse por la enseñanza moral de la Iglesia. Los que, en conciencia, deciden que no pueden seguir la enseñanza de la Iglesia, deben renunciar – es una cuestión de integridad – a cualquier posición de autoridad que tengan en la Iglesia o en una agencia de la Iglesia.
A mi juicio, el gobierno está imponiendo una gran injusticia sobre los católicos de este país, al forzar a las agencias sociales católicas a elegir entre cooperar o no cooperar con actos que son gravemente inmorales. Es una violación de nuestras conciencias y de nuestra libertad religiosa.
Aunque acepto que los miembros del consejo de administración de Catholic Caring Services se han enfrentado a una decisión difícil, no puedo aceptar su falta de disposición para desafiar a esta ley injusta. Es esta falta de disposición la que no me ha dejado sino la opción de tomar esta dolorosa decisión.
Aunque Catholic Caring Services está involucrada en un amplio espectro de actividades encomiables con los minusválidos, los desprotegidos y los marginados, ¿cómo puedo permitir que la Iglesia Católica esté asociada con un cuerpo que ha elegido un camino que coopera con acciones que van contra la enseñanza moral explícita de la Iglesia?
Renovar nuestro compromiso social
La diócesis se enfrenta ahora con un desafío y una oportunidad, ya que la decisión de Catholic Caring Services de romper con la enseñanza de la Iglesia no significa que la diócesis de Lancaster abandone su trabajo con los minusválidos, los desprotegidos y los marginados. Incluso más, estoy determinado a que continuemos apoyando el maravilloso compromiso de los padres que adoptan niños.
Si miramos con confianza hacia el futuro, vemos que hay tres pasos positivos y prácticos que tenemos que dar. Los recomendaría para una acción inmediata:
1. La formación de un nuevo servicio de apoyo a la adopción y la acogida, con la tarea de animar positivamente y reclutar parejas casadas que quieran adoptar o acoger a menores. Tendrá también competencia para ofrecer ayuda pre y post adopción. La fundación de este servicio brotará de la colecta del Pesebre de Navidad, del “Buen Pastor” y de otras colectas.
2. La diócesis dará los pasos necesarios para aumentar su compromiso con individuos, grupos y organizaciones en vistas a establecer un programa sistemático de acción social en todas nuestras parroquias y decanatos. Sé, de hecho, que en este campo hay mucho que ya se está realizando.
3. La diócesis establecerá una Comisión de Acción Social para desarrollar y favorecer un mayor apoyo a nivel parroquial para todas las personas involucradas en el cuidado de los más vulnerables, especialmente de los niños. ¡Estas personas son realmente el rostro compasivo de la Iglesia!
La prioridad inmediata de esta nueva Comisión de Acción Social será el establecimiento y supervisión del nuevo servicio diocesano de apoyo a la adopción y la acogida.
Pedimos por favor que todos apoyen fuertemente a la colecta del Pesebre de Navidad en sus parroquias […]
El dinero recaudado en esta colecta será usado para mejorar las vidas de niños vulnerables, y será también un signo de apoyo a la diócesis y a su obispo en sus decisiones.
Me gustaría agradecer a aquellos miembros del clero y a los laicos que me han apoyado y aconsejado durante estos meses difíciles de mi episcopado, incluidos los profesionales de asistencia social, y los expertos en teología moral y derecho.
También querría agradecer a todos los que han ofrecido sus oraciones por la resolución de esta crisis. Por favor, continúen rezando por el buen término del trabajo que tenemos por delante.
Todos mis buenos deseos y oraciones para esta Navidad.
Como siempre, en Cristo,
Patrick O’Donoghue
Obispo de Lancaster.
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Texto original en inglés
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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El hecho que ha llevado a este Obispo a tomar esa decisión es gravísimo, y por desgracia nada excepcional. Aunque no se nos dice qué forma jurídica tenía la agencia “descatolizada” (fundación, asociación…), queda claro que los enemigos de la Iglesia le han robado a ésta el control de una organización de Caridad. Infiltrándola y copando los órganos de gobierno. Y esto es tanto como decir que la Iglesia se la ha dejado robar. ¡Nueve votos contra uno en el consejo! El uno sería el del propio Obispo. Pero, ¿quién está al frente de las organizaciones “católicas”? Ahora el Sr. Obispo quiere fundar otra agencia para lo mismo, y pide para ello la generosidad de los fieles. Pero echo de menos en la carta al menos la promesa de que no permitirá que se la vuelvan a “robar”. Como la anterior, que también financiaron los fieles. Eso se previene con medidas jurídicas pero sobre todo seleccionando a las personas a quienes se confían esas obras, que son apostolados de la Iglesia.
ResponderEliminarEn España, entidades venerables cuyos fundadores les señalaron unos fines caritativos y confiaron su gobierno a representantes de la Iglesia, han perdido totalmente aquel carácter. Hospitales, fundaciones… hasta las Cajas de Ahorros (todas han borrado de su nombre lo de Monte de Piedad). Las órdenes religiosas ya no pintan nada en sus propios colegios. Etc.
Completamente de acuerdo, Mendrugo.
ResponderEliminarCreo que de todas formas es algo muy positivo que el Obispo haya dado los pasos necesarios una vez que se ha llegado a esta triste situación.
Algo muy positivo, y también muy valiente. En este caso, el Obispo no se opone sólo a los 9 que votaron lo que votaron. Se opone al gobierno de su país, y eso no es nunca poca cosa. Recemos mucho por él, por toda su diócesis, y también por Inglaterra.