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El segundo día del viaje papal a Alemania se caracterizó, como se sabe, por el aspecto ecuménico. El Santo Padre pronunció dos importantes discursos en los que, con gran claridad, expuso la visión auténtica de la Iglesia Católica sobre el estado del ecumenismo, un compromiso asumido como irreversible, ciertamente, pero que debe ser entendido en forma correcta, tal como explicó hoy el Obispo de Roma, aún sabiendo que la claridad de sus palabras provocaría algunas inevitables “decepciones” o “frustraciones” entre aquellos que no comprenden el ecumenismo como lo comprende la Iglesia.
Mientras invitamos a nuestros lectores a leer atentamente tanto el discurso pronunciado por el Papa ante el Consejo de la Iglesia Evángelica Alemana como su homilía en la posterior Celebración ecuménica, presentamos este artículo donde se relata el intercambio de opiniones entre el Cardenal Koch y el Pastor Schneider surgido durante la conferencia de prensa realizada este mediodía.
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Sonrisas y palabras recíprocas no han impedido a los representantes católicos y protestantes, presentes en Erfurt para la visita-homenaje del Papa a Martín Lutero, entablar un diálogo franco, durante una conferencia de prensa, que sobre algunos puntos históricos y doctrinales se convirtió en un apretado ida y vuelta.
El presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica Alemana, Nikolaus Schneider, ya había afirmado, en el discurso dirigido por la mañana al “querido hermano en Cristo” Benedicto XVI, que “sería una bendición” hacer posible, “en un tiempo no demasiado lejano”, la comunión eucarística común “a los creyentes que viven vínculos matrimoniales o familiares en los que se encuentran juntos confesiones diversas”. Concepto reiterado luego en una conferencia de prensa al mediodía, en la cual el pastor precisó que los protestantes plantean la cuestión ya “desde hace mucho tiempo” no sin suscitar algunas polémicas entre los hermanos católicos.
El cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, reiteró que “antes están por resolver los temas más teológicos, comenzando por las cuestiones éticas sobre la vida” que, a su vez, han provocado polémicas entre los protestantes. Inmediata la réplica de Schneider, según el cual “las cuestiones teológicas son importantes pero la vida concreta de los fieles puede ser una auténtica categoría teológica no menos importante”.
Pocos minutos después y otra cuestión provocó nuevas chispas entre el exponente vaticano y el líder de los protestantes alemanes. Se trata de Martín Lutero, el padre de la Reforma, al cual Benedicto XVI en persona tributó un reconocimiento en un discurso pronunciado en la mañana. “¿No hay algo sustancial que lo vincula a la iglesia católica-romana, algo que permanece?”, había dicho Schneider en su discurso. “¿No puede concebirse tal vez al monje agustino de Erfurt, Martín Lutero, también como una suerte de bisagra entre nuestras Iglesia, ya que él pertenece a ambas?”.
Y a los periodistas que en la conferencia de prensa preguntaron si la Iglesia Católica estaba rehabilitando, o al menos revalorando, a Lutero, el mismo Schneider respondió: “Tal vez no habrá una rehabilitación formal, pero una revaloración de hecho de su figura la hemos escuchado muy claramente de boca del Papa. Sería fantástico – añadió – tener también una revaloración de su teología”.
Inmediata la réplica del cardenal Koch: “Este no es un camino en sentido único, también los evangélicos deben explicar cómo ven hoy la Reforma del siglo XVI, si con continuidad o con ruptura”.
El pastor protestante concluyó afirmando que un camino de “purificación de la memoria” debe efectivamente ser un “camino de sentido doble”, aún subrayando que la Iglesia evangélica alemana sigue vinculada a la figura de Lutero.
Para Schneider, más en general, el Papa ha puesto hoy “piedras importantes” en la construcción de las relaciones ecuménicas entre católicos y protestantes y ha subrayado cuán “personalmente importante” es Lutero para él.
El pastor subrayó luego que los 500 años de la Reforma luterana, que se celebrará en el 2017, no debe ser ocasión de hostilidad entre católicos y protestantes sino una fiesta de la fe a la cual serán invitados también los católicos, “aún si la cuestión debe ser todavía elaborada”.
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Fuente: Il blog degli amici di Papa Ratzinger
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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