martes, 11 de octubre de 2011

Benedicto XVI con América Latina

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“Yo amo mucho a América Latina”, afirmaba Benedicto XVI al visitar por primera vez el continente como Sumo Pontífice, en mayo del año 2007. Ahora, en una nueva muestra de su afecto y solicitud pastoral, el Papa ha acogido la propuesta de la Pontificia Comisión para América Latina, que preside el Cardenal Marc Ouellet, de celebrar una solemne Misa en la basílica Vaticana con ocasión del bicentenario de la independencia de los países de la región, tal como informa esta noticia de L’Osservatore Romano, cuya traducción ofrecemos.

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En la memoria litúrgica de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América Latina, Benedicto XVI celebrará el lunes 12 de diciembre, a las 17.30 hs., en la basílica Vaticana, la Misa por el bicentenario de la independencia de los Países latinoamericanos. Acogiendo la propuesta de la Pontificia Comisión para América Latina, el Papa se asociará así a las conmemoraciones que tienen lugar en cada sitio del “continente de la esperanza” – tal como ha sido definido por los Pontífices, desde Pablo VI hasta Benedicto XVI – y que involucran en primera persona no sólo a las instituciones estatales y culturales sino también a las Iglesias en las diversas naciones.


A la celebración eucarística están invitados a participar de modo particular toda la Curia Romana, el personal diplomático de los Países de América Latina acreditado ante la Santa Sede y ante Italia, los sacerdotes latinoamericanos que estudian en Roma, los religiosos y religiosas que provienen de aquellas naciones y pertenecen a las numerosas órdenes y congregaciones religiosas residentes en Roma, las comunidades de argentinos, brasileros, mexicanos y de todos los otros países latinoamericanos que por motivos familiares, laborales, u otros, residen en la Urbe. Se prevé además la presencia de significativas personalidades públicas venidas expresamente desde América latina para este importante acontecimiento. Sin embargo, la celebración no estará reservada a los latinoamericanos, sino abierta a todos los romanos y a los fieles que deseen participar en ella. Para el ingreso en la basílica bastará exhibir el billete – absolutamente gratuito – que podrá ser pedido con una cierta anticipación a la Prefectura de la Casa Pontificia y retirado en los días precedentes a la Misa ante el Portón de Bronce.


La iniciativa es un gesto de exquisita atención, afecto y solidaridad por parte de Benedicto XVI hacia los pueblos y las naciones del continente de la esperanza. Es también expresión de aquella solicitud pastoral con que el Pontífice abraza idealmente a aquellos pueblos, entre los cuales ha sido sembrado y hecho fecundo el Evangelio de Jesucristo: en América Latina, de hecho, está presente el 40 por ciento de los bautizados en la Iglesia católica, vinculados por filial devoción a la Virgen María, en la fiel comunión de sus Iglesias locales con la Sede de Pedro. Y es, finalmente, el signo de la contribución original que la Iglesia católica está ofreciendo para conmemorar, a la luz de la verdad histórica, este bicentenario, para iluminar mejor la situación actual de América latina y para alimentar la esperanza de un futuro de paz y de justicia.


Las conmemoraciones para recordar la independencia han adquirido gran importancia y resonancia en los Países latinoamericanos. Las celebraciones que ya se han desarrollado hasta hoy – y que continuarán desarrollándose en los próximos años – ven comprometidos a los Estados, las administraciones públicas nacionales y locales, los diversos organismos intergubernamentales regionales, las universidades y los institutos académicos, numerosísimas organizaciones no gubernamentales y muchas otras instancias civiles, culturales y militares. Están comprometidas en forma directa también las Iglesias locales en América Latina, y en particular el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).


Al bicentenario han sido dedicados numerosos documentos y declaraciones – tanto por parte de las Conferencias episcopales como de los obispos individualmente – y han sido elaborados diversos programas eclesiales de celebraciones a nivel litúrgico, académico y editorial. Estas celebraciones se concentran especialmente en un marco de tiempo que va desde el 2010 al 2014, si bien Perú y Brasil conmemorarán el bicentenario de la independencia entre el 2020 y el 2022. De hecho, el proceso de emancipación latinoamericana tuvo lugar desde 1808 hasta 1824, y esto en tierra firme, porque sería necesario incluir la independencia de Haití (1804), la muy posterior de Cuba (1898) y las más recientes en la zona del Caribe.


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Fuente: L’Osservatore Romano


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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