jueves, 19 de junio de 2008

Que ese "simio de Dios" vuelva a temerles

 

Amorth_Fortea

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El demonio, su manera de tentar, sus estrategias, el ritual del exorcismo, son temas completamente ausentes en la formación de nuestros seminaristas. Estos serán sacerdotes que desconocerán al más temible de los enemigos de las almas que deben cuidar. ¿Dónde se ha visto que un verdadero pastor ignore que existen los lobos? ¿Cómo cuidará a sus ovejas? ¿Cómo las sanará si no sabe la causa de sus males? Estamos frente a una grave carencia. Quien tiene contacto con seminaristas sabrá que, en muchos casos, ocupan gran cantidad de horas semanales en el estudio de materias que nada tienen que ver con lo específicamente sacerdotal. Especialmente en los seminarios que han sido incorporados al sistema educativo civil a fin de poder otorgar a sus alumnos un diploma que los habilite como profesores. Tales seminaristas estudian mucha pedagogía, didácticas, políticas educativas, y otras cosas de ese estilo. Mas parece no haber tiempo para enseñarles asuntos como el mencionado. En el mejor de los casos, a estos temas se les dedica una pequeña Unidad dentro de alguna de las dogmáticas, o se hace alguna mención al estudiar las Sagradas Escrituras, o el profesor de Liturgia les cuenta a los seminaristas que en el antiguo Ritual Romano de los Sacramentos, que usaba todo sacerdote, se incluía el rito del exorcismo . ¿Qué podemos hacer para que haya una toma de conciencia de esta carencia y se proceda a darle solución?

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Dos renombrados sacerdotes exorcistas, Gabriel Amorth y José A. Fortea, en sendas entrevistas, respondieron, tiempo atrás, a importantes preguntas relacionadas con su labor ministerial. Hemos seleccionado algunos puntos de esas entrevistas y los hemos combinado:

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¿Existe el demonio?

Fortea: Para la Iglesia no hay duda, el demonio existe y no como un símbolo sino como una persona que se rebeló contra Dios y está condenada eternamente.

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¿Está entre nosotros?

Fortea: La Biblia es muy clara cuando afirma que no hay uno solo sino muchos demonios que están en este mundo tentando a los seres humanos. San Pedro habla en el Nuevo Testamento del demonio como de un león rugiente, rondando, buscando a quien devorar.

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¿Hay personas que hayan sido poseídas por el demonio o por otros espíritus?

Fortea: Por supuesto pero los ángeles no poseen, sólo posee el demonio.

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¿Usted ha visto algún caso?

Fortea: Sí, en estos siete años de trabajo, he encontrado entre 20 y 30 casos indudables de poseídos.

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¿Puede contarnos lo que vio?

Fortea: Los poseídos pueden hablar en lenguas que desconocen, pueden estar dotados de una fuerza descomunal, vomitar objetos como cristales o clavos e incluso, en unos pocos casos muy extraños, pueden llegar a levitar.

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¿Cómo le llegan a usted posibles casos de personas que pueden sufrir una posesión demoníaca?

Fortea: Hay cuatro vías. Psiquiatras que llevan años trabajando con un paciente y observan que lo que les ocurre se aleja cada día más de los manuales de psiquiatría y me piden que les eche una ojeada, familias que recurren a mí del tipo, “a mi hijo le ocurren cosas muy raras desde que hizo espiritismo”, eclesiásticos, e incluso personas que temen haber sido poseídas y me piden ayuda.

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¿Y qué hace con ellos, cómo actúa?

Fortea: Lo primero que hay que hacer es averiguar si el presunto poseso es real o tiene problemas psicológicos y sólo cree estar poseído. Trabajo con psiquiatras en el análisis psicológico de la persona. Escucho a las familias y, finalmente, hago una serie de pruebas para confirmar la presencia del diablo en su cuerpo.

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¿Qué pruebas?

Fortea: No quiero dar muchas pistas para que los que se creen poseídos no se sugestionen y modifiquen su comportamiento pero le puedo decir que si, como me ha ocurrido, un niño de once años contesta a preguntas muy concretas en latín preciso y fluido, es muy probable que esté poseído.

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Y después, en los casos en los que confirma la posesión diabólica, ¿cómo actúa?

Fortea: Hago lo que se llama el Ritual de exorcismo.

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¿En qué consiste?

Fortea: De forma muy resumida: se pide perdón por los pecados, se lee la Biblia, se reza la letanía de los santos y una larga oración a Dios y, al final, se hace una conjuración al Demonio ordenándole que salga del cuerpo.

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¿Y qué le sucede al poseído cuando lo cura?

Fortea: No es una cura, es como una liberación. Se pone peor y peor hasta que lanza un grito espantoso y cae sobre el suelo, en paz. Es como despertar de un sueño, no recuerdan nada del exorcismo.

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¿Alguna vez lo ha lastimado el demonio?

Amorth: Cuando el Cardenal Poletti me pidió que me dedicara al exorcismo, me encomendé a la Virgen: "Envuélveme en Tu Manto, y yo estaré seguro". El demonio me ha amenazado, muchas veces, pero nunca me ha hecho daño.

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¿Cómo elige el demonio a las personas que posee? Le pude ocurrir a cualquiera o depende de su comportamiento en la tierra?

Fortea: No es que el Demonio elija a nadie pero lo que está claro es que si no se le abre la puerta, no puede poseernos.

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¿Cómo se le abre esa puerta?

Fortea: Europa se está olvidando del cristianismo y ahora se interesa mucho por la brujería, el espiritismo, la ouija, la New Age, la santería afrocubana... todas estas cosas que están llegando a Occidente están abriendo puertas al diablo. En el futuro se hablará mucho de esto, cada vez habrá más casos.

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Explíquese.

Fortea: Hay que advertir a la gente que estas cosas que a muchos les parecen inofensivas entrañan graves peligros porque abrimos la puerta al diablo. Uno puede tentar a la suerte varias veces y no ocurrirle nada pero posteriormente sí puede quedar poseído.

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¿Comparte la Iglesia Católica todo lo que nos acaba de contar?

Fortea: La posición oficial de la Iglesia es muy clara y así aparece en los documentos oficiales. En resumen, esta postura es que existe el demonio, existe la posesión y el exorcismo tiene efecto.

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¿Le preocupa que la gente piense que esto son tonterías propias del pasado?

Fortea: El exorcismo está presente en los textos fundacionales de la Iglesia ya que Jesús, estando aún en la tierra, concedió un poder y una autoridad a los Apóstoles sobre los demonios. El propio Papa Juan Pablo II hizo cuatro exorcismos durante su pontificado.

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Usted combate diariamente con el demonio. ¿Cuál es el mayor éxito de Satanás?

Amorth: Que consigue hacer creer que no existe. Y casi lo ha conseguido. Incluso dentro de la Iglesia. Tenemos un clero y un episcopado que han dejado de creer en el demonio, en los exorcismos, en los males extraordinarios que puede causar el diablo, y ni siquiera [creen] en el poder, que nos ha dado Jesús, de expulsar a los demonios. Desde hace tres siglos, la Iglesia Latina -al contrario de la Ortodoxa y de varias denominaciones Protestantes- ha abandonado, casi completamente, el ministerio del exorcismo. Al no practicar los exorcismos, al no estudiarlos y no haberlos visto nunca, el clero ya no cree en ellos.

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¿Pero si uno no cree en la existencia de Satanás, la fe sigue intacta, es decir, sigue siendo fe católica?

Amorth: No. Le voy a contar una historia. Cuando conocí al Padre Pellegrino Ernetti, un célebre exorcista, que ejerció durante cuarenta años en Venecia, le dije: "Si pudiera hablar con el Papa, le diría que encuentro demasiados obispos que no creen en el demonio". La tarde siguiente, el Padre Ernetti vino a decirme que aquella mañana le había recibido Juan Pablo II. "Su Santidad", le había dicho, "hay, aquí en Roma, un exorcista, el Padre Amorth, que si pudiera hablar con usted le diría que encuentra demasiados obispos que no creen en el demonio". El Papa le respondió brevemente: "Aquel que no cree en el demonio, no cree en el Evangelio". Esta es la respuesta que dio él y que yo repito.

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¿Cómo son vistos ustedes, los exorcistas, dentro de la Iglesia?

Amorth: Somos muy mal tratados. Nuestros hermanos sacerdotes, a cargo de esta delicadísima tarea, son vistos como locos, como fanáticos. Por lo general, ni siquiera son tolerados por los mismos obispos que los nombraron.

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¿Nunca siente miedo del demonio?

Amorth: ¿Yo, miedo de ese animal? Es él quien tiene que tener miedo de mí: yo actúo en nombre del Señor del mundo, mientras que él es sólo el simio de Dios.

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El Padre José Antonio Fortea es párroco de Villalbilla (Madrid) y teólogo especializado en demonología, (ver entrevista completa). El Padre Gabriel Amorth es exorcista de la Arquidiócesis de Roma, (ver entrevista completa).

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4 Comentarios:

Anónimo ha dicho
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Anónimo ha dicho
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Anónimo ha dicho
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo ha dicho

Para Filomeno2006:
No lo sé; pero se puede conocer más sobre el Padre Fortea en su sitio Web:
http://www.fortea.ws/bio/index.htm
Gracias por tu visita