lunes, 15 de noviembre de 2010

El milagro del cardenal Van Thuan

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Hace pocas semanas comenzó en Roma el proceso de beatificación del cardenal vietnamita Francois-Xavier Nguyen Van Thuan, cuyo impresionante testimonio de virtudes cristianas durante 13 años de prisión es muy conocido por todos, gracias también al Papa Juan Pablo II quien, cuando mons. Van Thuan fue puesto en libertad, lo llamó a Roma para presidir el Pontificio Consejo Justicia y Paz, le pidió que predicara los ejercicios espirituales del año del Gran Jubileo, y presidió sus exequias en el año 2002. Ofrecemos ahora el testimonio de un seminarista vietnamita de los Estados Unidos que, luego de haber estado en coma por 32 días siendo declarado muerto dos veces por los médicos, cree que debe su vida a la intercesión del “inolvidable cardenal Van Thuan”, como lo llama Benedicto XVI al mencionar su testimonio en la encíclica Spe Salvi.

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Joseph Nguyen, hijo de inmigrantes de Vietman, cuya familia era amiga del cardenal, estuvo en coma durante 32 días en el 2009. En un momento, los médicos incluso elaboraron su certificado de defunción. Los médicos dijeron que Joseph estaba muerto. La frecuencia cardiaca estaba derrumbada, más allá de toda posible recuperación, y su actividad cerebral había terminado. Pero mientras el joven estaba en coma, ya desde hacía días sus padres estaban pidiendo la ayuda de un viejo amigo de la familia, es decir, del cardenal vietnamita del que está en curso la causa de beatificación. Desde entonces Joseph se sanó y volvió al seminario, y también tomó conocimiento de su certificado de defunción. Tiene sólo dos recuerdos del coma de 32 días, del que tiene memoria como de una “gran noche de sueño”.


En las semanas en las que estaba entre la vida y la muerte, Joseph dice haber tenido dos encuentros con el cardenal Van Thuan, muerto en el 2007. El purpurado ha sido citado por Benedicto XVI en la encíclica Spe Salvi por su ejemplar testimonio cristiano en 13 años de prisión, y en octubre de este año ha comenzado su causa de beatificación. Los padres de Joseph eran amigos del “padre Van Thuan”, a quien Joseph nunca había conocido porque su familia emigró a América en 1975, donde él nació. Para sus padres, el padre Van Thuan era prácticamente un miembro de la familia. En el 2009 Joseph, que prestaba servicio en un hospital, se enfermó; parecía una gripe normal. Pero empeoraba continuamente y pidió dejar el seminario para ser tratado en su casa. El 1º de octubre tuvo una crisis gravísima: no lograba respirar. Su padre lo llevó al hospital, donde fue internado y operado con una traqueotomía porque no ya no era capaz de respirar. De esto no tiene memoria ni recuerda más nada de aquel período.


Cuando se despertó 32 días más tarde, se le dijo que estaba enfermo de una grave pulmonía, complicada por la H1N1, la “gripe porcina”. Joseph, sin embargo, cuando fue capaz de hablar nuevamente, contó su historia. “Durante mi estado de coma, hay sólo dos cosas que recuerdo: dos visiones del cardenal Van Thuan. Se me ha aparecido dos veces”. Joseph dijo que no sólo lo vio sino que también habló con el cardenal, en dos momentos que describe como “separación de cuerpo y alma”. Aún si no es capaz de revelar los detalles de los encuentros, dice que probablemente ocurrieron mientras los médicos estaban observando su pérdida de actividad cerebral y la desaparición de los signos vitales. “Poco después de la segunda visita del cardenal, me desperté del coma”. Dice no haber comprendido qué estaba sucediendo y el porqué de todos aquellos tubos y cables conectados a su cuerpo; y particularmente del tubo en el cuello, que le impedía hablar. Cuando otros supieron de su historia, y de la posible participación del cardenal Van Thuan en su sanación, se le pidió proporcionar todas las informaciones a los funcionarios que siguen la causa de beatificación en Roma.


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Fuente: Asianews


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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sábado, 13 de noviembre de 2010

50 sacerdotes anglicanos

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La Iglesia Católica anunciará esta semana que 50 clérigos anglicanos se unirán a Roma luego de que la Iglesia [anglicana] de Inglaterra hiciera nuevos avances para introducir la ordenación episcopal de mujeres.


El Arzobispo Vincent Nichols, primado de la Iglesia Católica en Inglaterra y Gales, revelará este viernes los planes del Vaticano para dar la bienvenida a los sacerdotes que dejan el anglicanismo – con cinco obispos incluidos – que, se espera, serán recibidos en la Iglesia Católica a principios del año próximo.


Cientos de fieles anglicanos se unirán a ellos en el ordinariato – una estructura introducida por el Papa Benedicto XVI para proveer refugio a los que abandonan la Iglesia de Inglaterra.


Se espera que el número de fieles que deje la iglesia anglicana se duplique cuando la nueva estructura comience finalmente a tomar forma.


El Rev. Andrew Burnham, obispo de Ebbsfleet, dijo que los clérigos se han sentido consternados ante la dirección liberal adoptada por la Iglesia [anglicana] de Inglaterra y por el modo en que los tradicionalistas han sido tratados.


“Se nos considera como fuera de época por no aceptar como igual el ministerio de las mujeres, pero el debate se ha concentrado en la sociología y no en la teología”.


El obispo, uno de los cinco que se han convertido al catolicismo, acusó repetidamente a la iglesia [anglicana] de romper sus promesas de dar una provisión pastoral adecuada a los opositores de las ordenaciones de mujeres.


Los miembros del Sínodo General, el parlamento de la iglesia, votaron en julio seguir adelante con los planes para ordenar mujeres obispos con un mínimo de concesiones para los tradicionalistas.


La mayoría de los anglo-católicos está esperando hasta el 2012 para ver si la iglesia aprueba la legislación que permitirá que las mujeres sean consagradas. Esperan que tales planes fracasen a último momento.


El Rev. Keith Newton, obispo de Richborough, que también deja la Iglesia [anglicana] de Inglaterra, dijo que existe consternación por el modo en que ésta se ha tornado cada vez más liberal.


“Ha cambiado muchísimo. Ya no existe seguridad doctrinal. Todo se ha tornado más relativo”.


“Me pesa dejarla, porque debo mucho a la Iglesia [anglicana] de Inglaterra, pero esto [el Ordinariato] es una oportunidad gozosa”.


Dijo también que algunos miembros del clero anglo-católico se unirán al Ordinariato inmediatamente, pero que otros esperarán para ver cómo funciona la nueva estructura.


Los obispos católicos estarán reunidos en Leeds esta semana para discutir los asuntos más complicados en torno a las nuevas estructuras, tales como el modo en que los clérigos recibirán apoyo financiero, o si se les permitirá seguir ocupando sus iglesias para el culto.


El Rev. Malcolm McMahon, obispo católico de Nottingham, confirmó que los primeros sacerdotes anglicanos serán recibidos en la Iglesia Católica a principios del próximo año.

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Fuente: The Telegraph


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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viernes, 12 de noviembre de 2010

El ecumenismo católico, cada vez más dirigido por Doctrina de la Fe

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Con ocasión del 50º aniversario de la institución del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, se celebrará en Roma una ceremonia con la presencia del primado anglicano y un arzobispo ortodoxo. Además, en la misma semana, el dicasterio realizará su asamblea plenaria que tendrá como tema “Hacia una nueva etapa del diálogo ecuménico” y en la que, luego de diversas intervenciones referidas a los distintos ámbitos de trabajo del Pontificio Consejo, se trazarán algunas líneas para sus futuras actividades. El dicasterio, desde hace pocos meses guiado por el preconizado cardenal Koch, ha pasado a trabajar, en el pontificado de Benedicto XVI, en una dependencia más fuerte de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Sobre esta cuestión trata el artículo que ahora ofrecemos en lengua española. El mismo, por momentos algo impreciso y hasta tendencioso, ofrece, sin embargo, algunos datos hasta ahora desconocidos que resultan de gran interés.

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La cita es para el miércoles próximo, a las 17 hs, en la sala San Pío X, en la Via della Conciliazione. El Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos celebrará con un acto público el quincuagésimo aniversario de su fundación. Con el evento conmemorativo, en el que tomará parte también el primado de la Comunión Anglicana Rowan Williams y el metropolita ortodoxo de Pérgamo Ioannis Zizioulas, el ecumenismo oficial de marca vaticana festeja sus primeros cincuenta años. Pero en los pasillos vaticanos está ya quien se pregunta si la celebración no marca también el comienzo de su fase terminal.


Era el 5 de junio de 1960, día de Pentecostés, cuando Juan XXIII instituyó, junto a las once comisiones que habrían de preparar el Concilio, un Secretariado para la promoción de la unidad de los cristianos. Con aquella medida, Roncalli asumía en la agenda oficial de la reforma conciliar un asunto que hasta entonces sólo había involucrado a vanguardias católicas a menudo consideradas en olor de herejía por las sospechosas academias teológicas romanas. Incluso la opción operativa de crear un organismo vaticano “ad hoc” para el ecumenismo no estaba prevista. Hasta aquel momento, toda la problemática relativa a la relación de la Iglesia Católica con las otras confesiones e iglesias cristianas estaba confiada a las competencias exclusivas del Santo Oficio, que trataba a los cristianos de las otras iglesias y comunidades aplicándoles los cánones interpretativos imperantes del cisma y de la herejía.


En los años del pontificado wojtyliano, el Secretariado para el ecumenismo cambió de nombre, asumiendo el rango de Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. En aquella larga época, atravesada por recurrentes heladas ecuménicas, el dicasterio logró mantener un discreto margen de maniobra, aún debiendo siempre someter y concordar las propias iniciativas a la competencia doctrinal de la Congregación para la Doctrina de la Fe, guiada por el cardenal Joseph Ratzinger. Pero en tiempos recientes, incluso esta relativa libertad parece estar, de hecho, en fase de liquidación.


Un indicio es la carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe enviada antes del verano a obispos y teólogos de todo el mundo para pedir reflexiones en vista de un balance eclesial del ecumenismo a cincuenta años de la fundación del dicasterio ecuménico. En la carta se pedía también señalar si y cómo, en opinión de los interpelados, la opción ecuménica ha comportado de algún modo la intromisión de elementos de confusión doctrinal en el seno de la Iglesia Católica. Una suerte de mini-investigación procesal, con implícito emplazamiento del ecumenismo católico.


La impresión compartida por más de un observador es que algún actual consultor del ex Santo Oficio apunte a la sustancial desautorización del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, casi el ministerio vaticano para el ecumenismo hubiese terminado su rol histórico. El dicasterio podría sobrevivir como órgano decorativo dedicado a las cortesías ecuménicas, sin ninguna toma de decisión en las cuestiones reales, confiadas en su totalidad a la competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe.


En esta perspectiva, está a la vista de todos el activismo manifestado en tiempos recientes por el dicasterio doctrinal sobre problemáticas inherentes implícita o explícitamente al ecumenismo. Ha sido el cardenal William Joseph Levada, sucesor de Ratzinger en el ex Santo Oficio, quien siguió paso a paso desde el 2006 el proceso desencadenado por las cartas de obispos y sacerdotes anglicanos desilusionados por la deriva liberal de su realidad eclesial que planteaban la hipótesis de ser reacogidos en la comunidad católica no individualmente sino, más bien, como representantes de una Iglesia anglicana sui iuris unida con Roma.


Como es conocido, desde entonces las cosas han ido adelante. La Santa Sede, con la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus, ha predispuesto la institución de ordinariatos “ad hoc” para acoger obispos, sacerdotes y comunidades anglicanas que quieren retornar a la comunión con la Sede Apostólica sin renunciar a sus tradiciones espirituales y litúrgicas.

Precisamente el lunes pasado, cinco obispos pertenecientes a la comunión anglicana han anunciado la decisión de unirse formalmente a la Iglesia Católica. Han hecho saber que su decisión ha madurado después de que la comunidad anglicana de Inglaterra permitió a las mujeres acceder al episcopado y han definido la Anglicanorum coetibus “un instrumento ecuménico nuevo y valiente en la búsqueda de la unidad de los cristianos”.


Mientras que, para algunos ecumenistas católicos, toda la operación se presenta como una reproposición en el frente occidental del así llamado “uniatismo”, el método - hoy rechazado por el diálogo ecuménico - con que la Iglesia de Roma en los pasados siglos ha acogido en el propio seno a comunidades y diócesis de las Iglesias cristianas de Oriente, provocando resentimientos y acusaciones de anexión por parte de los patriarcas y de los sínodos de aquellas Iglesias hermanas.


También en el frente oriental, el prefecto del ex Santo Oficio anunció en el último Sínodo sobre Oriente Medio querer encontrarse con los jefes de las Iglesias católicas de rito oriental para recoger opiniones y sugerencias sobre la cuestión del ejercicio del primado de Pedro. El argumento, que representa el mayor punto de desacuerdo entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas, está ya desde hace tiempo en el centro de un lento y fatigoso diálogo teológico entre las dos partes. Hasta ahora, la responsabilidad de aquel diálogo por la parte católica estaba confiada al Pontificio Consejo. Pero ya antes de la última sesión de diálogo, desarrollada en Viena en el pasado septiembre, los miembros más autorizados de la delegación católica tuvieron que encontrarse con algunos consultores de la Congregación para la Doctrina de la Fe, recibiendo de ellos indicaciones sobre la línea a seguir.


Todo alarmismo por la supervisión ejercida por el ex Santo Oficio sobre las cuestiones ecuménicas está, obviamente, fuera de lugar. Ya en las décadas pasadas la problemática ecuménica – y, en particular, el diálogo con los anglicanos – ha sido terreno de confrontación, a veces también dialéctica, entre el dicasterio para el ecumenismo y el de la doctrina de la fe. Sólo que, en aquel tiempo, quien guiaba el ex Santo Oficio era Joseph Ratzinger. Ahora, los monseñores consultores que manejan el ecumenismo por cuenta del Santo Oficio parecen moverse dentro de horizontes mentales y teológicos más estrechos.


Y también en el frente “ecumenista” los grandes protagonistas de un tiempo – figuras del calibre de Yves Congar, Jean Marie Tillard, Emmanuel Lanne – no están más. Dos meses atrás ha muerto también el buen Eleuterio Fortino. El monseñor de rito bizantino trabajaba en el Pontificio Consejo desde los tiempos del post-Concilio y representaba la “memoria histórica” del organismo.


A dirigirlo ha llegado, desde hace poco, el competente arzobispo suizo Kurt Koch, estimado por Ratzinger y próximamente cardenal. Le tocará a él retomar el hilo de un trabajo que, después de cincuenta años, ofrece un balance que, en ciertos aspectos, está lejos de ser emocionante respecto a los sueños de los años del Concilio.


Por otro lado, como decía Tillard, “la unidad de los cristianos, o la recomposición de la unidad, es un don de Dios y no depende de las fuerzas humanas”. Los verdaderos ecumenistas tienen esto siempre presente.


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Fuente: Il blog degli amici di Papa Ratzinger


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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jueves, 11 de noviembre de 2010

Verbum Domini: la nueva Exhortación Apostólica de Benedicto XVI

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EXHORTACIÓN APOSTÓLICA
POSTSINODAL
VERBUM DOMINI
DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI
AL EPISCOPADO, AL CLERO,
A LAS PERSONAS CONSAGRADAS
Y A LOS FIELES LAICOS
SOBRE
LA PALABRA DE DIOS
EN LA VIDA Y EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA


 

1. LA PALABRA DEL SEÑOR permanece para siempre. Y esa palabra es el Evangelio que os anunciamos » (1 P 1,25: cf. Is 40,8). Esta frase de la Primera carta de san Pedro, que retoma las palabras del profeta Isaías, nos pone frente al misterio de Dios que se comunica a sí mismo mediante el don de su palabra. Esta palabra, que permanece para siempre, ha entrado en el tiempo. Dios ha pronunciado su palabra eterna de un modo humano; su Verbo « se hizo carne » ( Jn 1,14). Ésta es la buena noticia. Éste es el anuncio que, a través de los siglos, llega hasta nosotros. La XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebró en el Vaticano del 5 al 26 de octubre de 2008, tuvo como tema La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. Fue una experiencia profunda de encuentro con Cristo, Verbo del Padre, que está presente donde dos o tres están reunidos en su nombre (cf. Mt 18,20). Con esta Exhortación, cumplo con agrado la petición de los Padres de dar a conocer a todo el Pueblo de Dios la riqueza surgida en la reunión vaticana y las indicaciones propuestas, como fruto del trabajo en común. En esta perspectiva, pretendo retomar todo lo que el Sínodo ha elaborado, teniendo en cuenta los documentos presentados: los Lineamenta, el Instrumentum laboris, las Relaciones ante y post disceptationem y los textos de las intervenciones, tanto leídas en el aula como las presentadas in scriptis, las Relaciones de los círculos menores y sus debates, el Mensaje final al Pueblo de Dios y, sobre todo, algunas propuestas específicas (Propositiones), que los Padres han considerado de particular relieve. En este sentido, deseo indicar algunas líneas fundamentales para revalorizar la Palabra divina en la vida de la Iglesia, fuente de constante renovación, deseando al mismo tiempo que ella sea cada vez más el corazón de toda actividad eclesial.


Texto completo del documento pontificio

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lunes, 8 de noviembre de 2010

Cinco obispos anglicanos se unen a Roma

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Cinco obispos anglicanos tradicionalistas han hecho oficial esta mañana su intención de sumarse al Ordinariato inglés cuando sea establecido.


Esta mañana el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, aceptó la renuncia de tres obispos extra-territoriales [obispos que realizaban su ministerio para los anglo-católicos que rechazaban la ordenación de mujeres] de la Iglesia de Inglaterra y dos obispos retirados en lo que es un importante desarrollo en el movimiento hacia el establecimiento de un Ordinariato en Gran Bretaña.


El Reverendo Andrew Burnham, obispo de Ebbsfleet; el Rev. Keith Newton, obispo de Richborough, y el Rev. John Broadhurst, obispo de Fulham; junto con los Rev. Edwin Barnes, emérito de Richborough y el Rev. David Silk, auxiliar emérito de Exeter, publicaron una declaración anunciando su renuncia.


El obispo católico Alan Hopes, auxiliar de Westminster, dijo: “Damos la bienvenida a la decisión de los obispos Andrew Burnham, Keith Newton, John Broadhurst, Edwin Barnes y David Silk de entrar en la comunión plena con la Iglesia Católica a través del Ordinariato para Inglaterra y Gales, que será establecido según las provisiones de la Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus”.


Declaración de los obispos renunciantes:


Como muchos otros en la tradición anglo-católica, hemos seguido en la oración y el anhelo el diálogo entre los anglicanos y los católicos, el proceso denominado ARCIC. Nos ha afligido ver cómo anglicanos y católicos se han alejado, en los últimos treinta años, en distintos temas, y particularmente nos ha consternado ver distintos desarrollos en asuntos de fe y orden en el anglicanismo que, creemos, son incompatibles con la vocación histórica del anglicanismo y la tradición de dos mil años de la Iglesia.


La Costitución Apostólica Anglicanorum Coetibus, dada en Roma el 4 de noviembre de 2009, fue una respuesta a los anglicanos que buscan la unidad con la Santa Sede. Con los ordinariatos, se establecen estructuras canónicas por medio de las cuales podremos llevar nuestra experiencia de discipulado cristiano a la comunión plena con la Iglesia Católica que abarca todo el mundo y todas las épocas. Se trata de una respuesta generosa a los distintos acercamientos pidiendo ayuda a la Santa Sede, y también se trata de un nuevo y valiente instrumento ecuménico para la búsqueda de la unidad de los cristianos, unidad por la que Cristo mismo oró antes de Su Pasión y Muerte. Se trata de una unidad que, creemos, es posible sólo en la comunión eucarística con el sucesor de San Pedro.


Como obispos, hemos cuidado de todos, de los que comparten nuestra posición y de aquellos que han tomado una postura diferente. Ahora hemos llegado al punto en el que debemos declarar formalmente nuestra posición e invitar a otros a unírsenos en nuestro viaje. Por lo tanto, cesará inmediatamente nuestro ministerio episcopal público, renunciando a nuestras responsabilidades pastorales en la Iglesia [anglicana] de Inglaterra. Esto tendrá efecto a partir del 31 de diciembre de 2010. Buscamos unirnos a un Ordinariato cuando éste sea creado.


Permanecemos agradecidos por todo lo que la Iglesia [anglicana] de Inglaterra ha significado para nosotros y por todo lo que nos ha dado en estos años, y esperamos mantener una relación cercana y cálida, orando y trabajando juntos por la venida del Reino de Dios.


Apreciamos profundamente el apoyo que hemos recibido en este tiempo difícil: el apoyo de arzobispos y obispos, de clérigos y laicos, de anglicanos y católicos, de aquellos que están de acuerdo con nuestra posición y de aquellos que están fervientemente en desacuerdo, de aquellos que nos han animado a dar este paso, y de aquellos que nos han urgido a no darlo.


Rev. Andrew Burnham


Rev. Keith Newton


Rev. John Broadhurst


Rev. Edwin Barnes


Rev. David Silk

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Fuente: The Catholic Herald


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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domingo, 7 de noviembre de 2010

El Papa se reúne con todos los cardenales: temas del encuentro

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Como se sabe, el Papa Benedicto XVI ha convocado un Consistorio Ordinario Público para la creación de 24 nuevos cardenales que se celebrará el próximo 20 de noviembre. Ahora se sabe que, también en esta ocasión, el Consistorio está precedido por una jornada de reflexión y de oración a la que están invitados todos los miembros del Colegio Cardenalicio.


El periódico Avvenire informa esto en su edición impresa de este domingo en la cual, además, revela cuáles serán los temas que se tratarán. Por la mañana, el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, hablará sobre “La libertad religiosa en el mundo y los nuevos desafíos”, mientras que el cardenal Antonio Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, pronunciará una relación sobre “La liturgia en la vida de la Iglesia”. Por la tarde, en cambio, habrá tres comunicaciones: la primera, “A diez años de la declaración Dominus Iesus”, a cargo de Mons. Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos; y otras dos estarán a cargo del Cardenal William Levada, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe:  “La respuesta de la Iglesia a los casos de abusos sexuales” y “La Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus”.


Es bueno recordar que esta costumbre de aprovechar la celebración de los consistorios para realizar previamente una reunión con todos los cardenales con el fin de tratar algunos temas importantes ha sido una costumbre introducida por Benedicto XVI. En una entrevista concedida hace cuatro años a Radio Vaticana, el Papa se refirió al consistorio diciendo: “tenemos el consistorio, que yo celebraré regularmente y que quisiera desarrollar. En ellos, incluso sin tener un gran orden del día, se pueden discutir juntos los problemas actuales, intentando encontrar soluciones”. Y, en efecto, tanto en el consistorio de marzo de 2006 como en el de noviembre de 2007, el Pontífice convocó esta reunión previa en la que se han tratado argumentos muy importantes como la cuestión del Misal anterior a la reforma litúrgica de 1970, la situación de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, la cuestión de los obispos eméritos o la situación actual del ecumenismo.


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La Buhardilla de Jerónimo

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sábado, 6 de noviembre de 2010

Respuestas del Papa a los periodistas durante su vuelo a España

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Ofrecemos nuestra traducción de la entrevista que Su Santidad Benedicto XVI ha concedido a las periodistas en el vuelo que lo llevaba a España en su décimo octavo viaje apostólico internacional para peregrinar a Santiago de Compostela en este Año Santo Compostelano y consagrar la iglesia de la Sagrada Familia en Barcelona.

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Santidad, en el mensaje para el reciente Congreso de los Santuarios que se desarrollaba precisamente en Santiago de Compostela, Usted ha dicho que vive su pontificado “con los sentimientos del peregrino”. También en Su escudo está la concha del peregrino. ¿Quiere decirnos algo sobre la perspectiva de la peregrinación, también en su vida personal y en Su espiritualidad, y sobre los sentimientos con los que se dirige como peregrino a Santiago?


¡Buen día! Podría decir que el estar en camino está ya incluido en mi biografía - Marktl, Tittmoning, Aschau, Traunstein, München, Freising, Bonn, Münster, Tübingen, Regensburg, München, Roma - pero esto tal vez es una cosa exterior. Sin embargo, me ha hecho pensar en la inestabilidad de esta vida, en el estar en camino… Naturalmente, contra la peregrinación uno podría decir: Dios está en todas partes, no hay necesidad de ir a otro lugar. Pero también es cierto que la fe, según su esencia, es un ser peregrino. La Carta a los Hebreos demuestra qué es fe en la figura de Abraham que sale de su tierra y se convierte en un peregrino hacia el futuro por toda la vida, y este movimiento abrahámico permanece en el acto de fe, es un ser peregrino sobre todo interiormente pero debe expresarse también exteriormente. Alguna vez, salir de la cotidianeidad, del mundo de lo útil, del utilitarismo, salir solo para estar verdaderamente en camino hacia la trascendencia, trascenderse a sí mismo, trascender la cotidianeidad y así encontrar también una nueva libertad, un tiempo de replanteamiento interior, de identificación de sí mismo, de ver al otro, Dios, y así es también siempre la peregrinación: no sólo un salir de sí mismo hacia el más grande sino también un ir juntos. La peregrinación reúne: vamos juntos hacia el otro y así nos encontramos recíprocamente. Basta decir que los caminos de Santiago son un elemento en la formación de la unidad espiritual del continente europeo. Peregrinando aquí se han encontrado, han encontrado la identidad europea común, y también hoy renace este movimiento, esta necesidad de estar en movimiento espiritual y físicamente, de encontrarse el uno al otro y de encontrar así silencio, libertad, renovación, y de encontrar a Dios.

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Gracias, Santidad. Ahora volvemos la mirada hacia Barcelona. ¿Qué significado puede tener la consagración de un templo como la Sagrada Familia al comienzo del siglo XXI? ¿Y hay algún aspecto específico de la visión de Gaudí que lo ha impresionado en particular?


En realidad, esta catedral es también un signo propio para nuestro tiempo. Encuentro en la visión de Gaudí, sobre todo, tres elementos. El primero, esta síntesis entre continuidad y novedad, tradición y creatividad. Gaudí ha tenido esta valentía de insertarse en la gran tradición de las catedrales, de atreverse en su siglo, con una visión totalmente nueva, de nuevo esta realidad catedral como lugar del encuentro entre Dios y el hombre en una gran solemnidad, y esta valentía de estar en la tradición pero con una creatividad nueva que renueva la tradición y demuestra así la unidad y el progreso de la historia, es algo bello. En segundo lugar, Gaudí quería este trinomio: libro de la naturaleza, libro de la Escritura, libro de la liturgia. Y esta síntesis es precisamente hoy de gran importancia. En la liturgia, la Escritura se hace presente, se convierte en realidad hoy, no es ya una Escritura de dos mil años atrás sino que es celebrada, realizada. Y en la celebración de la Escritura habla la creación, encuentra lo creado, y encuentra su verdadera respuesta porque, como nos dice San Pablo, la criatura sufre, y en lugar de ser destruida, despreciada, aguarda a los hijos de Dios, aquellos que la ven en la luz de Dios. Y, de este modo, esta síntesis entre sentido de la creación, escritura y adoración es precisamente un mensaje muy importante para la actualidad. Y finalmente, tercer punto, esta catedral ha nacido por una devoción típica del siglo XIX: San José, la Sagrada Familia de Nazareth, el misterio de Nazareth, pero precisamente esta devoción de ayer, se podría decir, es de grandísima actualidad porque el problema de la familia, de la renovación de la familia como célula fundamental de la sociedad, es el gran tema de hoy y nos indica hacia donde podemos ir tanto en la construcción de la sociedad como en la unidad entre fe y vida, entre religión y sociedad. Familia es el tema fundamental que se expresa aquí, diciendo que Dios mismo se ha hecho hijo en la familia y nos llama a construir y vivir la familia.

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Y continuando en esta línea, Gaudí y la Sagrada Familia representan, como usted ha dicho, el binomio entre fe y arte. ¿Cómo puede la fe reencontrar hoy su puesto en el mundo del arte y de la cultura? ¿Es este uno de los temas importantes de su pontificado?


Así es. Vosotros sabéis que yo insisto mucho en la relación entre fe y razón, que la fe, y la fe cristiana, tiene su identidad sólo en la apertura a la razón, y que la razón se vuelve ella misma si trasciende hacia la fe. Pero igualmente importante es la relación entre fe y arte porque la verdad, fin y vida de la razón, se expresa en la belleza y se vuelve ella misma en la belleza, se encuentra como verdad. Y donde está la verdad debe nacer la belleza, donde el ser humano se realiza de modo correcto, bueno, se expresa en la belleza. La relación entre verdad y belleza es inseparable y por eso tenemos necesidad de la belleza. En la Iglesia, desde el comienzo, también en la gran modestia y pobreza del tiempo de las persecuciones, el arte, la pintura, la expresión de la salvación de Dios en las imágenes del mundo, el canto, y luego también el edificio, todo esto es constitutivo para la Iglesia y sigue siendo constitutivo para siempre. De este modo, la Iglesia era madre de las artes por siglos y siglos; el gran tesoro del arte, música, arquitectura, pintura, ha nacido de la fe en la Iglesia. Actualmente hay un cierto disenso, pero esto hace mal tanto al arte como a la fe: el arte que perdiera la raíz de la trascendencia ya no se dirigiría hacia Dios, sería un arte partido a la mitad, perdería la raíz viva; y una fe que tuviese el arte sólo en el pasado, ya no sería fe en el presente, y es hoy que se debe expresar de nuevo como verdad que es siempre presente. Por eso, el diálogo o el encuentro, diría, entre arte y fe está inscrito en la más profunda esencia de la fe. Debemos hacer todo lo posible para que también hoy la fe se exprese en arte auténtico, como Gaudí en la continuidad y en la novedad, y para que el arte no pierda el contacto con la fe.

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En estos meses se está poniendo en marcha el nuevo dicasterio para la nueva evangelización. Y muchos se han preguntado si precisamente España, con los desarrollos de la secularización y de la disminución de la práctica religiosa, es uno de los países en los que usted pensó como objetivo para este nuevo dicasterio o si no es el objetivo principal…


De por sí, con este dicasterio he pensando en el mundo entero porque la novedad del pensamiento, la dificultad de pensar en los conceptos de la Escritura, de la teología, es universal, pero naturalmente hay un centro y es el mundo occidental con su secularismo, su laicidad, y la continuidad de la fe que debe buscar renovarse para ser la fe hoy y para responder al desafío de la laicidad. En Occidente, todos los grandes países tienen su propio modo de vivir este problema: hemos tenido, por ejemplo, los viajes a Francia, a la República Checa, al Reino Unido, donde por todas partes está presente de modo específico para esta nación, para esta historia, el mismo problema, y esto vale también de un modo fuerte para España. España era siempre, por una parte, un país originario de la fe; pensemos que el renacimiento del catolicismo en la época moderna ocurrió sobre todo gracias a España: figuras como San Ignacio de Loyola, Santa Teresa y San Juan de Ávila, son figuras que han finalmente renovado el catolicismo y formado la fisonomía del catolicismo moderno. Pero es igualmente cierto que en España ha nacido también una laicidad, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como hemos visto precisamente en los años ’30, y esta disputa, más aún, este choque entre fe y modernidad, ambos muy vivaces, se realiza también hoy nuevamente en España: por eso, para el futuro de la fe y del encuentro – no desencuentro, sino encuentro – entre fe y laicidad, tiene un punto central también la cultura española. En este sentido, he pensado en todos los grandes países de Occidente pero sobre todo también en España.

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Con el viaje a Madrid del año próximo para la Jornada Mundial de la Juventud, usted habrá hecho tres viajes a España, algo que no ocurrió para ningún otro país. ¿Por qué este privilegio? ¿Es un signo de amor o de particular preocupación?


Naturalmente es un signo de amor. Se podría decir que es una coincidencia que venga tres veces a España. La primera, el gran encuentro internacional de las familias, en Valencia: ¿cómo el Papa podría estar ausente si las familias del mundo se encuentran? El próximo año la, JMJ, el encuentro de la juventud del mundo en Madrid, y el Papa no puede estar ausente en esta ocasión. Y finalmente tenemos el año santo de Santiago, tenemos la consagración después de más de cien años de trabajo de la catedral de la Sagrada Familia de Barcelona, ¿cómo podría no venir el Papa? De por sí, las ocasiones son también los desafíos, casi una necesidad de ir, pero precisamente el hecho de que precisamente en España se concentren tantas ocasiones muestra también que es realmente un país lleno de dinamismo, lleno de fuerza de la fe, y la fe responde a los desafíos que están igualmente presentes en España: por eso decimos que la casualidad ha hecho que venga pero esta casualidad demuestra una realidad más profunda, la fuerza de la fe y la fuerza del desafío para la fe.

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Gracias, Santidad. Y ahora, si quiere decir alguna otra cosa para concluir nuestro encuentro, ¿hay algún mensaje particular que usted espera dar a España y al mundo actual con este viaje?


Yo diría que este viaje tiene dos temas. Tiene el tema de la peregrinación, del estar en camino, y tiene el tema de la belleza, de la expresión de la verdad en la belleza, de la continuidad entre tradición y renovación. Yo pienso que estos dos temas del viaje son también un mensaje: estar en camino, no perder el camino de la fe, buscar la belleza de la fe, la novedad y la tradición de la fe que sabe expresarse y sabe encontrarse con la belleza moderna, con el mundo de hoy. Gracias.

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Fuente: Sacri Palazzi

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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viernes, 5 de noviembre de 2010

Reforma de la reforma: “Este Papa quiere ir adelante y nosotros estamos con él”.

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Come andare a messa e non perdere la fede

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Mons. Nicola Bux, consultor de varios dicasterios de la Curia Romana (Doctrina de la Fe, Causas de los Santos, Oficina para las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y, desde hace pocos días, Culto Divino) y autor de varios libros (el último de los cuales ha sido “La reforma de Benedicto XVI. La Liturgia entre innovación y tradición”), ha publicado en estos días un nuevo libro sobre la cuestión litúrgica que se titula “Cómo ir a Misa y no perder la fe”. Ofrecemos nuestra traducción de la entrevista que el autor ha concedido al sitio Rinascimento Sacro.

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Monseñor, este segundo libro es todavía más explícito que el primero, “La reforma de Benedicto XVI. La liturgia entre innovación y tradición”. ¿Qué ha cambiado desde entonces?


También en este tiempo de escándalos, el Papa insiste en el hecho de que el mal viene desde dentro de la Iglesia. Por eso, continúa siendo el tiempo de aquella grave crisis que el Cardenal Ratzinger indicaba imputable en gran parte al derrumbamiento de la liturgia, a aquel “hazlo por ti mismo” que ya no la hace “sagrada” y que haría perder la fe a cualquiera. No ha cambiado mucho: “litúrgicamente, en nuestros días la Iglesia es un gran enfermo” porque la liturgia habría perdido su sentido, estaría sin reglas, olvidada del derecho de Dios.

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El derecho de Dios… Usted, de hecho, en todo esto propone como eje de la nueva reforma litúrgica el redescubrimiento de un concepto poderoso y fascinante, el ius divinum. ¿Qué significa?


El concepto es muy sencillo. El Cardenal Ratzinger dice en Introducción al espíritu de la liturgia, en el primer capítulo, que la liturgia no existe si Dios no se muestra, es decir, en pocas palabras, si Él no revela Su Rostro. Más aún, en Jesús de Nazareth, en un cierto punto, él dice que la liturgia es la continuación de la Revelación; por lo tanto, si Dios se muestra, indica quién es y qué rostro tiene, dice también cómo quiere ser adorado, cómo quiere que se le rinda culto.


La antítesis es la célebre historia del becerro de oro, es decir, del hombre que se inventa a Dios y se inventa la liturgia: una danza vacía en torno al becerro de oro que somos nosotros mismos. Dios tiene un derecho en el Antiguo Testamento, cuando dijo cómo debía ser celebrada la Pascua, y habló de prescripciones y mandamientos. Así es también en el Nuevo. En otras palabras, la liturgia es inmanipulable.

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La liturgia es inmanipulable para el hombre pero el arte es obra del hombre. Para el arte sagrado, que atraviesa un período de decadencia estructural extremadamente similar, ¿qué se puede decir?


¡El arte es lo mismo! La representación de Dios, tanto para la Iglesia de Oriente como para la Iglesia de Occidente, siempre ha estado sometida a los cánones. Lo mismo vale para la disciplina de la música sacra. El principio es siempre el mismo: no somos nosotros quienes decidimos, en base al prurito que tenemos encima, cómo debe pintarse al Señor, o cómo debe componerse un canto, o qué canto debo hacer en la liturgia. La Iglesia ha establecido los cánones para que pudieran estar en consonancia con el culto divino, para que no se diera una imagen o una idea distorsionada y deformada de Dios. Entre liturgia, arte y música, hay una unidad profunda que no permite afrontarlos separadamente.

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El Santo Padre lo ha nombrado recientemente también consultor para Culto Divino, signo de la atención y de la competencia de su trabajo. Díganos: si tres años atrás Summorum Pontificum revolucionó la “cuestión litúrgica”, volviendo a traer al plano de la discusión elementos “incómodos” y esenciales como la liturgia gregoriana, ¿qué debemos esperar, en el futuro próximo, de este nuevo movimiento litúrgico que está naciendo?


En primer lugar, hablar de “nuevo movimiento” no quiere decir necesariamente que estamos hablando de otro movimiento respecto al conocido con un cierto fruto en el siglo XX. La Iglesia es semper reformanda: a quien no le gusta el término reforma de la reforma, hable también de continuación del movimiento litúrgico pero sepa que se trata siempre “de la renovación en la continuidad del único sujeto-Iglesia, que el Señor nos ha donado”, como dice Benedicto XVI. Con el Motu Proprio han sido puestas las bases del trabajo: confiamos tener pronto nuevos impulsos. Este Papa, manso y resuelto, quiere ir adelante y nosotros estamos con él. Con la misma mansedumbre y con la misma firmeza.

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Fuente: Rinascimento Sacro


Traducción: La Buhardila de Jerónimo

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Para que Pío XII sea pronto beato…

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 Grottoes-Pius XII tomb-Benedict XVI

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En estos días, además de celebrarse en Roma el congreso organizado por el Comité “Papa Pacelli” con ocasión del 60º aniversario del Dogma de la Asunción, se ha estrenado en Italia una película sobre el pontificado de Pío XII que, por ser fiel a la verdad histórica, ha sido muy criticada por varios exponentes del judaísmo que, una vez más, han pedido que la causa de beatificación de este Pontífice se interrumpa. Mientras tanto, don Nicola Bux, uno de los impulsores de la causa, ha escrito una oración por la beatificación del Papa Pacelli que cuenta con el imprimatur del Cardenal Angelo Bagnasco. En un artículo publicado en el Corriere della Sera, Vittorio Messori presenta esta oración y explica claramente que, por parte de la Iglesia, ya no se pondrá en discusión el tema. Ofrecemos nuestra traducción de este interesante artículo.

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Ya está lista la oración por la beatificación del Papa Pío XII. El texto fue escrito por don Nicola Bux, estimado docente de liturgia y de teología, consultor de la Congregación para el Culto Divino y de la Oficina para las Celebraciones Pontificias. Autor de varios libros, traducidos en muchas lenguas, en apoyo de la “reforma de la reforma litúrgica” auspiciada por Joseph Ratzinger cuando todavía era cardenal, don Bux es particularmente cercano a Benedicto XVI.


Por lo tanto, el suyo es un texto autorizado. Y autorizadísimo es el imprimatur oficial, concedido por el cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Monseñor Bagnasco ha querido subrayar su adhesión con una autorización manuscrita bajo el original del texto.


El texto no es otra cosa que la oración – aquí publicada – para obtener de Dios la glorificación, con la elevación a los altares, de aquel que por ahora es “venerable”: Eugenio Pacelli, Papa con el nombre de Pío XII. La difusión de la estampa ya ha comenzado y está a cargo del Comité “Papa Pacelli”, asociación libre de laicos que se ha propuesto una circulación masiva. De la Postulación para la beatificación han obtenido una franja de la sotana blanca del Pontífice: así se ha aplicado sobre algunas miles de copias una minúscula reliquia.


El rabino jefe de Roma ha usado el otro día palabras pesadas o carentes de generosidad para citar al director de L’Osservatore Romano (“patacca”, “propaganda”, “falsità”) a propósito del film sobre Pío XII transmitido por la Rai.


La verdad impone decirlo con evidente incomodidad: quien conoce desde dentro el mundo católico sabe que entre el “pueblo de las parroquias” pero también en la Jerarquía crece la impaciencia por la obstinación con que algunos sectores del mundo judío alimentan la leyenda negra sobre Pacelli, a pesar de la enorme cantidad de documentos y de testimonios que la desmienten.


De nada sirve, parece, recordar los mensajes de reconocimiento llegados a aquel Papa por todas las comunidades judías inmediatamente después de la guerra y el homenaje universal, comenzando por los líderes de Israel, tras su muerte, en 1958. Y ha caído el silencio sobre el rabino jefe de la Comunidad de Roma, Israel Zolli, que en 1945 pidió el bautismo y quiso tomar el nombre de Eugenio en señal de reconocimiento por todo lo que había hecho por los judíos aquel que una desconcertante campaña, que no comenzó sino en los años ’60, quiso presentar como “el Papa de Hitler”. Pero no casualmente hablábamos de “algunos sectores judíos” solamente.


En efecto, en el 2007 la reunión plenaria de la Congregación para los Santos aprobó por unanimidad el decreto sobre la “heroicidad de las virtudes” de Pacelli, que, por lo tanto, podía ser llamado “venerable”, la última etapa antes de la beatificación.


Pero aquel decreto debía ser aprobado y promulgado por el Papa. Benedicto XVI tiene, respecto a Pacelli, no sólo veneración por el hombre sino también grandísima estima por el teólogo: varias veces ha recordado que, después de la Biblia, las encíclicas de Pío XII son los textos más citados por el Vaticano II. Por lo tanto, su intención era firmar enseguida el decreto pero fue advertido de que, si lo hacía, se interrumpiría el diálogo con Israel. De este modo, Benedicto XVI ordenó una investigación adicional en los archivos, si bien ya varias veces habían sido explorados: la conclusión fue aquella ya bien conocida.


Y esto es que en el plano histórico no era posible para el Papa hacer más que lo hizo (que no era poco: la mayoría de los judíos salvados en Italia, pero también en otros países, lo deben a la Iglesia) y cualquier otra actitud habría provocado una catástrofe todavía peor. Como ocurrió en Holanda después de la protesta pública del episcopado por las deportaciones.


De este modo, Benedicto XVI, en diciembre del año pasado, ha roto toda ulterior demora y ha declarado “venerable” a su amado predecesor. Pero la decisión ha sido tomada también porque decenas de rabinos americanos, reunidos en un congreso, le enviaron un mensaje con el cual se distanciaban netamente de la campaña de difamación conducida por algunos colegas europeos. Aquellos rabinos recordaban cómo Pío XII llegó a hacer romper el sello de la clausura de los monasterios para hospedar a judíos, vestidos como monjas o frailes y provistos de documentos falsos facilitados por imprentas eclesiales.


La oración para obtener la beatificación del Papa, aprobada por el Presidente de la CEI, es explícita al respecto: “Ha abierto los brazos de Pedro, sin distinción, a todas las víctimas de la terrible tragedia de la II guerra mundial”. Y “con doctrina segura y mansa firmeza, ha guiado a la Iglesia a través del mar agitado de las ideologías totalitarias”.


Ahora, sin embargo, la palabra le corresponde a Dios y de nada servirán ya protestas, indignaciones, invectivas. La causa del Papa Pacelli ya ha terminado para la Iglesia: no queda más que esperar la confirmación divina, el imprimatur del Cielo sobre la convicción de los hombres de que Eugenio Pacelli ha vivido hasta el fondo “de modo heroico” las virtudes evangélicas. Es decir, se espera que sean analizados los casos (uno especialmente, en la diócesis de Sorrento: una mujer embarazada sanada de un linfoma maligno), inexplicables para la ciencia y para la Iglesia milagros.


Es decir, signos del poder de intercesión ante Cristo del candidato a ser venerado sobre los altares como “Beato Pío XII”.


LA ORACIÓN


Señor Jesucristo, te damos gracias por haber dado a la Iglesia al Papa Pío XII, maestro fiel de Tu verdad y pastor angélico.


Él, con doctrina segura y mansa firmeza, ha ejercido el supremo ministerio apostólico guiando a Tu Iglesia a través del agitado mar de las ideologías totalitarias.


Ha abierto los brazos de Pedro, sin distinción, a todas las víctimas de la terrible tragedia de la segunda guerra mundial advirtiendo que nada está perdido con la paz, obra de la justicia.


Con humildad y prudencia ha dado renovado esplendor a la Sagrada Liturgia, y ha manifestado la gloria de María Santísima proclamando su Asunción al Cielo.


Haz, oh Señor, que siguiendo su ejemplo también nosotros aprendamos a defender la verdad, a obedecer con alegría el magisterio católico y a dilatar los espacios de nuestra caridad.


Por esto te suplicamos, si es para Tu mayor gloria y para el bien de nuestras almas, que glorifiques a Tu siervo, el Papa Pío XII.


Amén.


IMPRIMATUR: Angelus Card. Bagnasco


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Fuente: Il blog degli amici di Papa Ratzinger


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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martes, 2 de noviembre de 2010

Mons. Negri: “El objetivo es la conquista islámica del mundo y la destrucción del cristianismo”

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Todos conocemos la lamentable noticia que nos ha llegado en estos días desde Irak sobre el gravísimo atentado en la catedral siro-católica de Bagdad. Desde Roma, el Santo Padre, además de asegurar su oración por las víctimas y su cercanía “a la comunidad cristiana, que ha vuelto a ser golpeada”, afirmó que “ante los crueles episodios que siguen destrozando a las poblaciones de Oriente Medio, quisiera renovar mi apremiante llamamiento a la paz: es don de Dios, pero es también el resultado de los esfuerzos de los hombres de buena voluntad, de las instituciones nacionales e internacionales”.


El obispo de la diócesis de San Marino-Montefeltro, Mons. Luigi Negri, al final de una Solemne Celebración Eucarística que presidió en su Catedral en la Solemnidad de Todos los Santos, dirigió a los fieles un mensaje sobre este acontecimiento en el cual, con la valentía y claridad que lo caracteriza, denunció el objetivo que se persigue con ésta y otras acciones: destruir el cristianismo en Tierra Santa, en Oriente Medio y, luego, en todos los países de antigua tradición cristiana. Ofrecemos nuestra traducción en lengua española del mensaje de Mons. Negri, quien, como se anunció pocas semanas atrás, recibirá el año próximo al Papa Benedicto XVI en su diócesis en la primera visita del Pontífice a la República de San Marino.

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Sin ninguna vacilación ni incertidumbre, haciendo uso de la autoridad que me viene como Obispo de la Iglesia particular pero que vive el sentimiento profundo de la Iglesia universal, yo quiero inscribir en la multitud de los santos a estos 37 hermanos nuestros, entre los cuales dos sacerdotes, que han sido violentamente asesinados dentro de una iglesia católica en Irak por un acto de terrorismo cuyo balance provisorio, sin embargo, según una primera estimación, hace ascender a 50 el número total de las víctimas y a más de 80 el de los heridos.


Se ve claro cada día que pasa, a pesar de todos los irenismos y de todas las búsquedas de moderaciones, que el terrorismo internacional tiene un objetivo explícito: la conquista islámica del mundo y, dentro de este objetivo que ciertamente será a más largo plazo, un objetivo más inmediato que es la destrucción del cristianismo en Tierra Santa, en Oriente Medio y luego, más o menos, en todos los países incluso de antigua tradición cristiana.


Son mártires, nosotros lo pensamos así; son mártires que han ofrecido su vida casi sin saberlo, sin esperárselo, sin decidirlo, una suerte de nuevos santos inocentes que estaban en la iglesia para orar y ya no volvieron a su casa. Yo espero que la Santa Iglesia Católica no tenga tergiversaciones o incertidumbres, que tenga el coraje de indicar en esto un evento absolutamente extraordinario de martirio recibido de parte de aquellos que, lo repito, tienen en el fondo del corazón la intención de eliminar la vida cristiana, la presencia de Cristo en la Iglesia y en el mundo.


No porque haya sucedido en Irak nosotros podemos estar tranquilos; la teoría, que cada tanto se me propone, de que Montefeltro es una isla beata, ya no se mantiene en pie. En esta isla beata ha llegado el hedonismo que destruye nuestras familias, ha llegado la droga, ha llegado todo un modo de sentir y de vivir la vida que ha sacudido profundamente las raíces de nuestra cultura de pueblo cristiano. Por eso espero que el inesperado y realísimo encuentro con el Papa Benedicto XVI anime nuestro camino para recuperar las raíces de nuestra tradición cristiana.


No penséis que no puede suceder también aquí; no penséis que en el curso, tal vez de una generación o incluso menos, no pueda ocurrir que los cristianos de Montefeltro que van a la iglesia para orar no vuelven más a su casa. Esto no para alimentar alarmismos sino por la conciencia del nivel al que ha llegado este enfrentamiento epocal entre Cristo, entre el cristianismo y aquellos que quieren destruirlo. Nosotros tenemos esta conciencia y por eso pedimos al Señor que nos conceda la fuerza; don Abbondio dijo a su Cardenal “la valentía uno no se la puede dar”, su gran Cardenal le respondió “uno no se la puede dar pero la puede pedir”.


Comencemos a pedir al Señor Dios, por intercesión de la Virgen de las Gracias, el don de una valentía que nos haga ser testigos límpidos de la fe en Cristo frente a este mundo que en todas partes está lejos; que incluso cuando parece cercano, sustancialmente está lejos del Señor. Que nos conceda esta fuerza, que nos reduzca si es posible las fatigas, pero sobre todo que nos haga arraigar en su presencia llena de alegría y de sacrificio.


Pennabilli, 1 de noviembre de 2010


+ Luigi Negri

Obispo de San Marino-Montefeltro


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Fuente: Diócesis de San Marino-Montefeltro


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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lunes, 1 de noviembre de 2010

Anglicanorum Coetibus: “en vísperas del Ordinariato”

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ELLIOT

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Mons. Peter Elliot, obispo auxiliar de Melbourne y delegado para la implementación de “Anglicanorum coetibus” en Australia, brindó una conferencia a los miembros de Forward in Faith Australia. En el marco de la meditación acerca de la comunión eclesial y del desafío que plantea a los anglo-católicos la Constitución Apostólica de Benedicto XVI, Mons. Elliot informa acerca de los próximos pasos para el establecimiento de los ordinariatos. Presentamos nuestra traducción del último apartado de dicha conferencia.

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Ya se están dando los pasos hacia el establecimiento de Ordinariatos en el Reino Unido, los Estados Unidos, Canadá y Australia. La Congregación para la Doctrina de la Fe ha aprobado recientemente los programas de preparación para los laicos y de formación para el clero que busca ser reconciliado a través del Ordinariato. En esto, el recurso clave es el Catecismo de la Iglesia Católica. Los clérigos también necesitarán familiarizarse con las fuentes magisteriales de la teología moral y sistemática, y con el Código de Derecho Canónico. El “magisterio al dedillo” puede encontrarse en una excelente serie de volúmenes llamado “Síntesis de Enseñanza Católica Oficial” [Precis of Official Teaching] que se obtiene en los Estados Unidos. Estos libros nos introducen en la enseñanza viva de los Papas y los Concilios. También recomiendo el nuevo Catecismo Católico para Adultos de los Estados Unidos.


En orden al establecimiento de los Ordinariatos, se prevén dos etapas para el próximo año:

1. la reconciliación y ordenación de los clérigos que hayan pedido ser admitidos al orden sagrado en el Ordinariato y hayan sido aceptados.

2. en una fecha posterior, las primeras reconciliaciones de fieles laicos.


Los clérigos, por consiguiente, serán quienes den la bienvenida y el ministerio a los ex-anglicanos en una comunidad que mantenga el patrimonio anglicano de culto, espiritualidad, formación y cuidado pastoral que les es familiar. Hemos visto cómo ese patrimonio ha enriquecido al catolicismo inglés durante la magnífica visita papal a Escocia e Inglaterra, particularmente durante la beatificación del Beato John Henry Newman.


Detalles más concretos aparecerán pronto. Creo que según lo que suceda en el Reino Unido se establecerá el modelo en términos de los tiempos para cada una de las dos etapas. No obstante, al presente es importante mantenerse informados, por ejemplo a través de círculos como los “Amigos del Ordinariato”.


¿Qué hacer ahora? Aquellos que creen que Dios los está llamando a la plena comunión deberían dar algunos pasos prácticos, como obtener el certificado de sus bautismos, algo que se necesitará previo a la reconciliación por medio del Sacramento de la Confirmación con el Crisma en el próximo año. Aquellos que viven en situaciones matrimoniales irregulares necesitan acudir al tribunal eclesiástico local para averiguar si es posible regularizar su situación. Estos tribunales son instancias pastorales, acogedoras, y mantienen el respeto por la confidencialidad.


Y sobre todo, a rezar. Estamos ingresando en las “vísperas” del Ordinariato. En un espíritu de “contemplación y oración”, los invito a mantenerse despiertos reflexionando en el maravilloso misterio de la Iglesia, el Cuerpo operante de Jesucristo. Dejad que la realidad visible de la Iglesia Viva os confronte. Dejad que os plantee el desafío, al tiempo que os preguntáis: “¿Con quién estamos en comunión?”. Si ésta continúa siendo una cuestión dolorosa y que os causa perplejidad, ponedla en la presencia del Señor. Entonces, puede ser que el Espíritu Santo, el Espíritu de la unidad y la comunión os guíe y os alcance la paz interior.


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Fuente: The Messenger


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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A 60 años de un acontecimiento histórico

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DOGMA

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Se recuerda hoy el 60º aniversario del día en que el Venerable Siervo de Dios Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de la Santísima Virgen María. Con ocasión de este aniversario se celebró en Roma un Congreso organizado por el Comité “Papa Pacelli”. Ofrecemos un artículo del periódico Avvenire en el cual se informa sobre esta importante iniciativa promovida por Mons. Nicola Bux, cofundador del Comité.

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El 1º de noviembre de 1950 Pío XII proclamó el dogma de la Asunción al cielo de la Santísima Virgen María. El sexagésimo aniversario del histórico evento, el último del género en el Magisterio, ha sido recordado ayer con un Congreso organizado en Roma, en la Sala de los Cardenales de la “Chiesa Nuova”, por el Comité Papa Pacelli. Numerosas y calificadas han sido las intervenciones. El cardenal español Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, recordó que de los 1181 obispos consultados antes de la definición, 1159 respondieron positivamente, mientras que de los 22 contrarios sólo 6 dudaban sobre el carácter revelado de tal verdad. El arzobispo Mauro Piacenza, prefecto de la Congregación para el Clero y preconizado como cardenal en el próximo Consistorio, ha puesto en guardia contra “varias corrientes gnosticizantes actualmente de moda” que conciben la salvación como “humanización de esta vida o la supervivencia de algún genérico principio inmortal, tal vez llamado a la reencarnación”, mientras que “la salvación traída por Cristo es integral: Cristo salva todo el hombre”. Para monseñor Piacenza, “desde el punto de vista teológico es necesario resistir a toda tentación que, alimentándose de desmitologización, quisiera reconocer un mero valor simbólico a esta verdad de fe” de la Asunción.


El obispo Enrico dal Covolo, rector de la Pontifica Universidad Lateranense, ha hablado de la contribución que su hermano salesiano, don Giuseppe Quadrio, a la definición del dogma de la Asunción. De hecho, en la década que precedió a la proclamación – explicó el prelado – “don Quadrio demostró la sólida continuidad de la teología asuncionista latina, desde la edad patrística hasta nuestros días”. El maestro de las ceremonias pontificas, monseñor Guido Marini, recordó luego que con la definición promulgada sesenta años atrás, “Pío XII dio fuerza dogmática a lo que el pueblo cristiano había afirmado creer desde temprano, también a través de la oración y de la liturgia”. “En efecto, – continuó - ya en el siglo V está atestiguada en Jerusalén, en el calendario jerosolimitano, la memoria de una fiesta mariana el 15 de agosto”. Y “será precisamente esta fiesta litúrgica que se transformará muy pronto de memoria genérica de la Madre de Dios en celebración de su Asunción”.


En el encuentro intervinieron también monseñor Timothy Verdon, director de la Oficina de arte sacra de la arquidiócesis de Florencia, que habló de la iconografía de la Asunción, y Giovanni Maria Vian, director de L’Osservatore Romano, que insertó la proclamación dogmática en el cuadro del pontificado pacelliano. También tomaron la palabra sor Margherita Marchione, Livio Spinelli y Alberto di Giglio. El Padre Eduardo Alto Cerrato, procurador general de los oratorianos, ofreció su saludo como buen dueño de casa, mientras que las conclusiones fueron hechas por don Nicola Bux, cofundador del Comité Papa Pacelli. El abogado Emilio Artiglieri, secretario y coordinador del Comité, recordó que el mismo “surgió en el 2008, con ocasión del quincuagésimo aniversario de la muerte del venerable Pío XII, para reunir hombres de cultura, laicos y eclesiásticos, periodistas, pero también sencillos devotos y admiradores de la figura del Pastor Angelicus que, como reza la oración aprobada por el cardenal Angelo Bagnasco, ha guiado a la Iglesia «a través del mar agitado de las ideologías totalitarias»”. En un mensaje, el cardenal vicario de Roma Agostino Vallini ha subrayado cómo en una época donde dominan ideologías que reducen todo a la corporeidad, el dogma de la Asunción “nos recuerda que el hombre es unidad de cuerpo y alma”. En el evento han participado también los cardenales Darío Castrillón Hoyos y José Saraiva Martins que, en la clausura del Congreso, presidirá una Misa en Santa Maria in Vallicella.


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Fuente: Avvenire

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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