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L’Osservatore Romano ha publicado un nuevo artículo sobre el seminario de verano de Benedicto XVI con sus ex-alumnos, que ha tenido como tema la hermenéutica del Concilio Vaticano II. En este artículo, Mons. Kurt Koch, relator principal, comenta algunas de las conclusiones y ofrece detalles sobre sus dos intervenciones.
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“Fidelidad a la tradición, apertura al futuro: es la interpretación más correcta del concilio Vaticano II, que sigue siendo la magna charta de la Iglesia también en el tercer milenio”. Es lo que ha surgido del así llamado Ratzinger Schülerkreis, según el arzobispo Kurt Koch, relator principal en el encuentro del Papa con sus ex-alumnos, realizado del 27 al 30 de agosto en Castelgandolfo. El nuevo Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos habla a nuestro periódico de “una experiencia concreta, vivaz, positiva” y resume los contenidos de las dos relaciones del sábado 28 de agosto.
“En la primera – dice – propuse una reflexión sobre cómo leer e interpretar el concilio Vaticano II, indicando la prioridad de una hermenéutica de reforma”. Una “cuestión que he retomado y desarrollado en la segunda relación, profundizando en particular la Constitución Sacrosanctum Concilium sobre la liturgia, precisamente para mostrar en forma concreta cómo se puede realizar una hermenéutica de reforma”. A las dos relaciones, explica, “ha seguido un debate de más de una hora, muy interesante y rico en contribuciones significativas”. Según monseñor Koch, “se ha podido captar cuán fundamental es la dimensión espiritual de la vida cristiana, en todo aspecto. Y esto vale, desde mi punto de vista, también en el diálogo ecuménico que constituye el campo de trabajo más directo delante de mí”. Precisamente “el hecho de que haya sido concreto ha hecho el debate muy útil para el trabajo de cada uno”. Lo confirma las palabras de ánimo que le dirigió personalmente Benedicto XVI en la audiencia privada del 30 de agosto. “Hemos hablado – dice el arzobispo – de mi nuevo desafío ecuménico porque el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos no es una realidad independiente sino que tiene un mandato del Papa para ver cómo puede desarrollarse el diálogo en el futuro”.
Entrando en el detalle de sus dos relaciones, monseñor Koch explica que la primera, sobre “Concilio Vaticano II entre tradición e innovación”, ha sido articulada en siete puntos: “una historia de recepción y no recepción; hermenéutica de reforma en una continuidad fundamental; ¿ruptura de la tradición del concilio?; retorno a las fuentes y aggiornamento; criterios de una hermenéutica de la reforma (interpretación integral de los textos conciliares, unidad de dogmática y pastoral, ninguna división entre espíritu y letra); amplitud y plenitud católicas; la herencia del concilio en los desafíos actuales; reforma eclesial como tarea espiritual”.
Para la segunda relación, sobre la “reforma postconciliar de la liturgia entre continuidad y discontinuidad”, monseñor Koch ha seguido un esquema de ocho temáticas. “He partido – explica – de la constatación de que la liturgia es el punto crucial de la hermenéutica conciliar, para luego tratar la fenomenología y la teología de la liturgia; la liturgia en su desarrollo orgánico (con el principio de la participación activa de todos los fieles en la liturgia y el principio de una más fácil comprensibilidad y sencillez de los ritos); luces y sombras en la liturgia post-conciliar; la tutela del gran patrimonio de la liturgia; la necesaria reforma de la reforma, basada en el primado cristológico, la unidad de culto neotestamentario y la liturgia neotestamentaria, la liturgia cristiana y las religiones de la humanidad, la dimensión cósmica de la liturgia. Finalmente, la revitalización del misterio pascual ha sido la última temática presentada antes de las conclusiones”.
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Fuente: L’Osservatore Romano
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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