sábado, 14 de agosto de 2010

Joseph Tobin en Roma: una elección estratégica

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A pocas días de la elección del redentorista Joseph Tobin como nuevo Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, quien recientemente ofreció una entrevista al Nacional Catholic Reporter, presentamos un artículo del vaticanista Paolo Rodari en el cual analiza este reciente nombramiento.

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El mes de septiembre será bastante intenso para el Vaticano. Además de la esperadísima visita a Reino Unido, que llevará a Benedicto XVI a celebrar en Birmingham la beatificación de un gran ex-miembro de la comunidad anglicana, el cardenal John Henry Newman, son varios los dossier abiertos sobre los cuales el entorno papal está trabajando a buen ritmo. Entre estos, se encuentra el espinoso asunto de la visita que la superiora general de las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, la estadounidense Mary Clare Millea, está realizando en nombre de la Congregación de los religiosos entre las religiosas de los Estados Unidos. Si bien el final de los trabajos está previsto no antes del 2011, el dossier arde y está en continua ebullición. La visita, de hecho, ha llegado a la “fase tres”. Es decir, se han iniciado las visitas “in loco”, en los institutos religiosos, de los distintos representantes de la Santa Sede. La acogida no es, en todas partes, de las mejores. Muchas “hermanas” no entienden los motivos que impulsan al Papa Ratzinger a indagar sobre los estilos de vida dentro de los respectivos institutos y, por este motivo, no siempre la colaboración entre las dos partes es fluida como debería ser. El Papa, sin embargo, ya ha estudiado las reacciones necesarias. Y pocos días atrás ha tomado una importante decisión. Ha traído al Vaticano, como número dos de la Congregación de los religiosos guiada por el casi retirado cardenal Franc Rodé, a un americano que de religiosas y de doctrina sabe bastante: Joseph William Tobin.


Nativo de Detroit, 58 años, anteriormente superior general de los padres Redentoristas, Tobin es sólo homónimo de aquel Tobin, obispo de Providence (arquidiócesis de Hartford), que meses atrás reprochó a Patrick Kennedy por sus posiciones pro-aborto y también a la hermana Carol Keehan, guía de la Catholic Health Association y líder indiscutida del mundo religioso femenino americano por el apoyo público ofrecido a la reforma sanitaria de Obama. El Tobin nombrado por Ratzinger es de una pasta más maleable. Si bien está en línea con los obispos americanos y con el Pontífice respecto a las cuestiones éticas, goza ante las religiosas que están bajo visita de aquella credibilidad que otros no tienen. Tanto es así que está quien dice que es sobre todo por esto que Benedicto XVI lo ha querido en la Curia Romana junto a Rodé: para suavizar la dura corteza de las hermanas y llevarlas a colaborar con el Vaticano y sus visitadores y, si es posible, convencerlas a seguir toda decisión que la Santa Sede quiera tomar en relación con ellas. En el Vaticano, el apoyo a Obama de las religiosas estadounidenses ha caído mal. Para las religiosas, la ampliación de los programas de asistencia médica a la mayor cantidad de personas posibles valía la pena, a pesar de las aperturas al aborto que la misma maniobra intentaba sancionar. Por el contrario, para el Vaticano y la mayor parte de la jerarquía, no era así: la maniobra pro aborto debía ser rechazada.


Apenas nombrado por Ratzinger como número dos de los religiosos, Tobin envió señales de paz a las religiosas: “Siento que podré aportar algo en este sentido, pues he trabajado toda mi vida con religiosas”, dijo. Y también: “Ellas me enseñaron cuando era niño. Como sacerdote, les he predicado varios retiros y he escuchado por varios años sus palabras, sus problemas”. Varios superiores y superioras de institutos religiosos, reunidos en estas horas en Long Beach, en California, le han respondido así: “el Padre Tobin es tenido en gran consideración por los hombres y las mujeres pertenecientes a los institutos religiosos estadounidenses. Él tiene un amplio conocimiento de las cuestiones que afectan a la vida religiosa. Esperamos trabajar junto a él de aquí en adelante”.


La elección de Tobin en religiosos es significativa también por los equilibrios internos en la Curia Romana. Con Tobin, la Curia se internacionaliza aún más. Y los estadounidenses aumentan las propias filas. Está el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal William Joseph Levada. Está el arcipreste de la basílica de Santa María la Mayor, el cardenal Bernard Francis Law. Están el arzobispo James Harvey, prefecto de la Casa Pontificia, Raymond Leo Burke, prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica y Joseph Augustine Di Noia, secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Además, hay dos cardenales ya retirados pero todavía influyentes dentro de la Curia Romana: Edmund Casimir Szoka, presidente emérito de la Gobernación, y James Francis Stafford, penitenciario mayor emérito de la Penitenciaría Apostólica. Y el peso de los Estados Unidos en las jerarquías católicas podría aumentar ulteriormente si en el próximo consistorio, previsto con toda probabilidad a fin del 2010, accedieran a la púrpura cardenalicia Raymond Leo Burke, el arzobispo de Nueva York Timothy Michael Dolan, y el arzobispo de Baltimore Edwin Frederick O’Brien.

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Fuente: Palazzo Apostolico


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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