jueves, 31 de marzo de 2011

Mons. Oliveri: “El ofuscamiento de la fe genera devastación litúrgica”

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obispo albenga

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“Presentamos nuestra traducción de la interesante carta que Mons. Mario Oliveri, obispo de Albenga-Imperia y miembro de la Congregación para el Culto Divino, envió al organizador del III Congreso sobre el Motu Proprio Summorum Pontificum, en la cual destaca la extraordinaria importancia de este documento pontificio.

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Albenga, 8 de febrero de 2011


Reverendo y querido Padre Nuara,


Su calurosa propuesta, que me ha presentado por escrito, de una intervención mía en el III Congreso sobre el Motu Proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI, que tuviese como tema los contenidos teológicos de la Liturgia antigua, no me ha dejado indiferente pero – con gran pesar – no he podido superar una gran dificultad que proviene de las condiciones de salud de un hermano mío, inválido, al cual me vincula un primario deber de asistencia fraterna.


Ya que estaré lejos de mi hermano desde el 23 al 27 de mayo, para participar esta vez necesariamente en la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana (por las razones familiares mencionadas, ya estuve ausente en la Asamblea General Extraordinaria del pasado noviembre), crearía graves e insuperables dificultades mi ausencia de casa también en los días 13-15 de mayo.


Con toda sinceridad, puedo decir que habría participado con mucho gusto en el III Congreso sobre el “Motu Proprio”, ya que habría sido para mí la feliz – y, creo, fecunda – ocasión para expresar a un público calificado, y teniendo una “audiencia” muy amplia, las profundas convicciones de mi ánimo de Obispo sobre la extraordinaria importancia para la vida de la Iglesia del acto magisterial y de supremo gobierno realizado por el Papa Benedicto XVI con dicho Motu Proprio. Habría podido expresar las razones que han generado y generan en mí esa convicción. Permítame, querido Padre, formularlas brevemente con este escrito y luego – si lo considera oportuno – hacerlas resonar en algún momento del Congreso.


En todo lo que se refiere a la verdadera esencia de la Iglesia, es de vital importancia mostrar en todo tiempo, pero aún más en los momentos históricos en que se ha extendido la idea de que todo está en perenne cambio, que no son posibles cambios radicales que afecten la sustancia de los elementos constitutivos de la Iglesia misma, es decir, su fe, su realidad sobrenatural y, por lo tanto, sus sacramentos y su liturgia, su sagrado ministerio de gobierno (es decir, su capacidad sobrenatural de transmitir todos los dones dados por Cristo a su Iglesia por medio de sus Apóstoles y perpetuados mediante la sucesión apostólica).


El Motu Proprio Summorum Pontificum, declarando que la Liturgia puede ser celebrada en su forma antigua, es decir, en la forma en que ha sido celebrada por siglos hasta la “reforma” realizada después del Concilio Vaticano II, ha sancionado de manera solemne:


a) La inmutabilidad del contenido de la Divina Liturgia, y que por lo tanto los cambios que en su elemento o forma exterior pueden introducirse no pueden nunca ser tales que cambien la fe de la Iglesia que la Liturgia expresa, o que cambien su contenido divino-sacramental, su contenido de gracia sobrenatural. Por poner un ejemplo: las variaciones exteriores en el Rito de la Santa Misa, o de la Divina Eucaristía, no pueden inducir o impulsar a tener otra concepción de fe sobre el contenido de la misma, ni pueden legítimamente inducir a pensar que en su celebración se vuelve superfluo o no necesario el rol celebrativo, que compete sólo a quien ha recibido sacramentalmente la capacidad sobrenatural de actuar in persona Christi; no pueden, sobre todo, ofuscar el carácter sacrificial de la Santa Misa;


b) Que la “reforma” post-conciliar no puede legítimamente interpretarse como una mutación in substantialibus: si así ha sido considerada, si aquí o allá se celebra en la forma que el Motu Proprio llama “ordinaria” de tal modo que pueda inducir a error sobre el verdadero contenido de la Divina Liturgia, de modo que ofusque incluso mínimamente la auténtica fe en el verdadero contenido de la Santa Misa o de otros Sacramentos, es necesario que haya correcciones, es más urgente que nunca llegar a una “reforma de la reforma”, estudiando cuidadosamente cuáles elementos de la “reforma” post-conciliar son tales que pueden interpretarse en discontinuidad con la Liturgia antigua, cuáles pueden facilitar – si no inducir – celebraciones no correctas; en lo inmediato, es necesaria una catequesis litúrgica que disipe toda sombra; es necesario que todos los abusos en la celebración no sean tolerados sino claramente corregidos.


c) Se ha convertido en algo particularmente imperativo el respetar clarísimamente el vínculo inseparable entre Fe y Liturgia, entre Liturgia y Fe; el ofuscamiento de la fe genera devastación litúrgica, devastación en la “lex orandi”, y esta devastación corrompe la fe, o al menos la ofusca, la vuelve incierta.


Estas consideraciones podrían ser mostradas en concreto por un estudio comparativo entre la antigua y la nueva forma de otorgamiento del Orden Sagrado, del Sacramento del Orden, pero estoy seguro de que serán bien expuestas y desarrolladas con sabiduría y competencia por los eminentísimos y excelentísimos relatores del Congreso. A ellos me uno de todo corazón y a ellos manifiesto mi profunda comunión espiritual.


Invoco la asistencia del Espíritu Santo sobre el desarrollo del Congreso y auspicio que aporte mucho bien a la Iglesia, a nosotros los Obispos, y a todos sus ministros que deben obrar teniendo bien presente que culmen y fuente de toda la vida y misión de la Iglesia es la Divina Liturgia, la Celebración de los Divinos Misterios.


A Usted, querido Padre, mi distinguida y devota estima,


Suyo afectísimo en el Señor,


+ Mario Oliveri


Obispos de Albenga-Imperia


Miembro de la Congregación para el Culto Divino

y la Disciplina de los Sacramentos


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Fuente: Diócesis de Albenga - Imperia


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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viernes, 25 de marzo de 2011

Las dos más grandes Iglesias Orientales Católicas tienen nuevo Patriarca

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 Arzobispo Mayor

Su Beatitud  Sviatoslav Schevchuk, nuevo Arzobispo Mayor de los greco-católicos de Ucrania

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Con pocos días de diferencia, han sido dos las Iglesias Orientales en comunión con el Obispo de Roma (y las dos más numerosas, precisamente) las que han elegido a su nuevo jefe.


Se trata, en primer lugar, de la Iglesia Católica Maronita que, luego de la renuncia de su nonagenario patriarca, el cardenal Sfeir, recibe a su nuevo Patriarca en la persona de Mons. Béchara Rai, de 70 años de edad, quien hasta el momento de su elección era obispo de Byblos. El nuevo Patriarca de Antioquia de los Maronitas fue elegido por el Santo Sínodo el día 15 de marzo y hoy recibió la comunión eclesiástica del Papa Benedicto XVI.


Por su parte, la Iglesia Greco-Católica de Ucrania, luego de la renuncia por razones de salud de su Arzobispo Mayor, el cardenal Husar, procedió a la reunión del Santo Sínodo que eligió como nuevo Arzobispo Mayor al jovencísimo Mons. Sviatoslav Schevchuk, de 40 años de edad, obispo desde el año 2009 cuando comenzó su misión como auxiliar de la Eparquía de Santa María del Patrocinio en Buenos Aires (Argentina). El Santo Padre Benedicto XVI confirmó hoy la elección de Su Beatitud como jefe de la Iglesia oriental en unión con Roma más numerosa.


Presentamos, a continuación, una entrevista a Su Beatitud Béchara Rai, Patriarca de Antioquia de los Maronitas, realizada por el periódico italiano Il Consulente RE.


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Patriarca Rai, ¿esperaba ser elegido por el Sínodo como el 70º Patriarca maronita de Antioquia, sucesor inmediato de Nasrallah Pierre Sfeir?


Sabía que en la opinión pública soplaba un viento favorable a mi candidatura. Al nivel de los obispos, miembros del Sínodo, la situación era más fluida.. .

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Ha sido elegido bastante antes del cumplimiento de los 15 días concedidos para la elección…


Entramos en el Sínodo el miércoles 16 de marzo y, después de dos días de retiro espiritual, las votaciones comenzaron el viernes 18: dos por la mañana, dos por la tarde. El lunes, en el duodécimo escrutinio, superé la mayoría prescrita de los dos tercios y el martes por la mañana se quiso realizar un decimotercero para obtener la unanimidad de los consensos. En el interior del Sínodo el clima era bellísimo.

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Para anunciar la elección, en el caso del Papa se libera desde la Sixtina la fumata blanca, ¿y en el caso del Patriarca maronita?


Las campanas de las iglesias son nuestro mejor modo de anunciar la elección, lo que se hizo en todo el Líbano hacia el mediodía del martes.

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¿Cuál fue la reacción del pueblo maronita?


Grandes festejos en todo el país: los fieles parecen estar realmente felices por lo ocurrido.

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¿Qué han dicho los musulmanes?


También ellos expresaron gran satisfacción. Tantos los sunitas como los chiitas.

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¿También los chiitas de Hezbollah?


También ellos. El 18 de marzo vino al patriarcado en Bkerké a felicitarme oficialmente una delegación del bloque parlamentario de Hezbollah y una del Consejo superior chiita. Han sido momentos emocionantes. Todos han saludo con aprecio mi lema patriarcal que se traduce como “Comunión y amor”.

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patriarca maronita

Su Beatitud Bechara Rai, nuevo Patriarca maronita

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Al respecto, parece significativa la fecha de su entronización, el 25 de marzo, día de la Anunciación, en la catedral “nacional” de Notre Dame du Liban…


El 25 de marzo, fiesta de la Anunciación, desde el año pasado es día festivo en el Líbano. Es un símbolo de la amistad entre cristianos y musulmanes en el nombre de la Virgen.

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Dada la importancia de la presencia maronita en el mundo y el rol estratégico del Líbano, se puede presumir que hayan llegado reacciones también desde otros países…


De los gobiernos de los Países del Golgo, de Egipto, de Siria, de Francia con Sarkozy, de la Federación Rusa a través del embajador que ha traído las felicitaciones de Putin, de Bélgica, de Irán, de muchos otros países. He sido invitado a Damasco.

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¿Cuáles son las prioridades de su patriarcado?


El pueblo pide con insistencia la unidad nacional y yo trabajaré mucho por esto, como hice siempre. Sin embargo, debo también – y con urgencia – estructurar bien el Patriarcado de modo que pueda trabajar provechosa e incisivamente en el Líbano, en Oriente Medio, en la diáspora.

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¿Los próximos compromisos?


En estos días recibo delegaciones de todo tipo. El viernes 25 será la entronización. El domingo 27 una gran Misa de acción de gracias. Recibiré todavía delegaciones y comenzaré de inmediato con las visitas pastorales. Tengo luego, el 14 de abril, una cita en el Vaticano de gran importancia, la audiencia con el Papa Benedicto XVI, al cual expresaré todo el reconocimiento mío y del Líbano por su altísimo servicio.

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Patriarca Rai, precisamente mientras está en curso esta entrevista telefónica, en Libia han comenzado las operaciones militares conjuntas de algunos países para frenar a Khadafy…


Las operaciones militares serían muy peligrosas si no lograsen frenar la acción de Khadafy. Porque el hombre, en sus locuras de grandeza, es capaz de todo y por lo tanto también de crear graves problemas a todos. Por otra parte, es necesario convenir que tratar de bloquear a Khadafy era necesario desde el momento en que está exterminando a su pueblo.

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Fuente: Il Consulente RE


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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miércoles, 23 de marzo de 2011

El Card. Piacenza defiende con fuerza el celibato, luego de las declaraciones del Arzobispo de Viena

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Pocas horas después de que el presidente de la Conferencia Episcopal Austríaca, cardenal Christoph Schönborn, afirmara, al comienzo de los trabajos de la asamblea de dicha conferencia, que “en la Iglesia debe haber un debate abierto, incluso en la cuestión del celibato”, en L’Osservatore Romano fue publicado un artículo del cardenal Mauro Piacenza, Prefecto de la Congregación para el Clero, sobre el tema del celibato sacerdotal titulado “Cuestión de radicalidad evangélica”. Presentamos el texto del artículo en español.

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Residuo preconciliar y mera ley eclesiástica. Son estas, en definitiva, las principales y más perjudiciales objeciones que reaparecen en el periódico reencenderse del debate sobre el celibato sacerdotal. Y sin embargo, nada de esto como si se mira el magisterio pontificio. El celibato es un don del Señor que el sacerdote está llamado libremente a acoger y a vivir en plenitud.


Si, de hecho, se examinan los textos, se nota en primer lugar la radical continuidad entre el magisterio que ha precedido al concilio y el sucesivo. Aún con acentos a veces sensiblemente diferentes, la enseñanza papal de las últimas décadas, desde Pío XI hasta Benedicto XVI, coincide en fundar el celibato en la realidad teológica del sacerdocio ministerial, en la configuración ontológica y sacramental al Señor, en la participación en su único sacerdocio y en la imitatio Christi que implica. Por lo tanto, sólo una incorrecta hermenéutica de los textos del Vaticano II – comenzando por la Presbyterorum ordinis – podría llevar a ver en el celibato un residuo del pasado del cual hay que liberarse. Y tal posición, además de ser errónea histórica, teológica y doctrinalmente, es también perjudicial en el aspecto espiritual, pastoral, misionero y vocacional.


A la luz del magisterio pontificio es necesario superar también la reducción del celibato, muy difundida en algunos ambientes, a una mera ley eclesiástica. De hecho, es una ley sólo porque es una exigencia intrínseca del sacerdocio y de la configuración a Cristo que el sacramento del Orden determina. En este sentido, la formación al celibato, además de cualquier otro aspecto humano y espiritual., debe incluir una sólida dimensión doctrinal ya que no se puede vivir aquello de lo que no se comprende la razón.


En todo caso, el debate sobre el celibato, que se ha reavivado periódicamente a lo largo de los siglos, ciertamente no favorece la serenidad de las jóvenes generaciones en la comprensión de un dato tan determinante de la vida sacerdotal.


Juan Pablo II, en la Pastores dabo vobis (n. 29), retomando el voto de la asamblea sinodal, afirma: “El Sínodo no quiere dejar ninguna duda en la mente de nadie sobre la firme voluntad de la Iglesia de mantener la ley que exige el celibato libremente escogido y perpetuo para los candidatos a la ordenación sacerdotal en el rito latino. El Sínodo solicita que el celibato sea presentado y explicado en su plena riqueza bíblica, teológica y espiritual, como precioso don dado por Dios a su Iglesia y como signo del Reino que no es de este mundo, signo también del amor de Dios a este mundo, y del amor indiviso del sacerdote a Dios y al Pueblo de Dios”.


El celibato es cuestión de radicalismo evangélico. Pobreza, castidad y obediencia no son consejos reservados de modo exclusivo a los religiosos. Son virtudes que deben vivirse con pasión misionera. No podemos bajar el nivel de la formación y, de hecho, de la propuesta de fe. No podemos desilusionar al pueblo santo de Dios, que espera pastores santos como el cura de Ars. Debemos ser radicales en la sequela Christi, sin temer la disminución del número de los clérigos. De hecho, tal número decrece cuando se baja la temperatura de la fe, porque las vocaciones son un asunto divino y no humano. Ellas siguen la lógica divina que es locura a los ojos humanos.


Me doy cuenta, obviamente, que en un mundo secularizado es cada vez más difícil comprender las razones del celibato. Pero debemos tener el coraje, como Iglesia, de preguntarnos si queremos resignarnos a tal situación, aceptando como inevitable la progresiva secularización de las sociedades y de las culturas, o si estamos listos para una obra de profunda y real nueva evangelización, al servicio del Evangelio y, por eso, de la verdad sobre el hombre. Considero, en este sentido, que el motivado apoyo al celibato y su adecuada valorización en la Iglesia y en el mundo pueden representar algunos de los caminos más eficaces para superar la secularización.


La raíz teológica del celibato, por lo tanto, debe hallarse en la nueva identidad que es donada a aquel que recibe el sacramento del Orden. La centralidad de la dimensión ontológica y sacramental y la consecuente estructural dimensión eucarística del sacerdocio representan los ámbitos de comprensión, desarrollo y fidelidad existencial al celibato. La cuestión, entonces, concierne a la calidad de la fe. Una comunidad que no tuviese en gran estima el celibato, ¿qué espera del Reino o qué tensión eucarística podría vivir?


No debemos, entonces, dejarnos condicionar o intimidar por quien no comprende el celibato y quisiera modificar la disciplina eclesiástica, al menos abriendo fisuras. Por el contrario, debemos recuperar la motivada conciencia de que nuestro celibato desafía la mentalidad del mundo, poniendo en crisis su secularismo y su agnosticismo y gritando, en los siglos, que Dios existe y está presente.


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Fuente: L’Osservatore Romano


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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lunes, 21 de marzo de 2011

El oso del Papa

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En la dedicación de la parroquia romana de San Corbiniano – una liturgia ejemplar por el cuidado y la participación de los fieles, entre los cuales muchísimos niños- estaban presentes tres sucesores del fundador de la diócesis de Freising: además de Joseph Ratzinger, hoy Papa con el nombre de Benedicto XVI, los cardenales Friedrich Wetter y Reinhard Marx. Un hecho excepcional, que el párroco subrayó en su caluroso saludo inicial.


En la homilía, el obispo de Roma, sucesor del primero de los apóstoles, improvisó una breve reflexión sobre este monje francés atraído por la vida contemplativa que llegó a Roma para fundar un monasterio. Pero aquí su vida cambió de modo inesperado: el Papa lo ordenó obispo para Baviera, donde la población “quería hacerse cristiana pero faltaba gente culta, faltaban sacerdotes para anunciar el Evangelio”.


Una opción, la de Gregorio II, que se reveló de universalidad – el santo, de hecho, “vincula Francia, Alemania, Roma”, subrayó el Papa – y al mismo tiempo de unidad: Corbiniano nos dice que “la Iglesia está fundado sobre Pedro” y que era la misma “como hoy”. Por una razón muy sencilla: Cristo es el mismo, “la Verdad, siempre antigua y siempre nueva, actualísima, presente, y abre la llave del futuro”.


Hablando a los fieles, Benedicto XVI hizo referencia al oso que quiso colocar en su escudo, episcopal y luego papal. Joseph Ratzinger había escrito de él por primera vez en el libro autográfico, tan pequeño como precioso, que publicó a sus setenta años y donde recogió sus recuerdos hasta la ordenación episcopal. Contando cómo al animal que había atacado al caballo de Corbiniano, en viaje a Roma, le fue impuesto por el monje llevar su carga, Ratzinger, siguiendo las huellas del predilecto Agustín, explicaba que aquel peso – el cargo episcopal de quien “tira el carro de Dios en este mundo” – fue impuesto a Corbiniano y al obispo africano, atraídos ambos por la contemplación y por el estudio. “Pero precisamente de este modo estoy cerca de Ti, te sirvo, Tú me tienes de la mano”, concluía el cardenal ya en Roma. Confiándose al único Señor, como hace cada día Benedicto XVI. Que sigue muy encariñado con su oso.


g.m.v.


(Editorial de L’Osservatore Romano, 21 de marzo de 2010)


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Fuente: L’Osservatore Romano


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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viernes, 18 de marzo de 2011

Ite ad Joseph

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En la Solemnidad de San José, presentamos un bellísimo artículo sobre este gran santo que ha sido ofrecido a nuestro blog por Javier Luiz Candelario Diéguez, presidente de la Sociedad Una Voce Cuba.

Aprovechamos la ocasión para elevar a Dios una oración por nuestro Santo Padre Benedicto XVI con ocasión de su onomástico, pidiendo que sea bendecido con la protección y asistencia de su celestial patrono.


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Por encima de los mártires y de las vírgenes santas, más encumbrado que los patriarcas y los profetas, y aún más elevado que los apóstoles y los coros angélicos, se encuentra en singular trono de gloria San José. Pues así como en la tierra no hubo nadie después de la Santísima Virgen, más próximo a Jesús, que él, así tampoco después de la Virgen María,  en los cielos lo hay más cercano a Dios que San José. Y es precisamente, en proporción con esta gloria tan excelsa, de donde deriva su tan poderosa intercesión. Nuestro Señor Jesucristo, que en la tierra le estuvo sujeto, rindiéndole obediencia y respeto como a verdadero Padre, no dejará de conceder en el cielo todo aquello por cuanto San José le ruegue. Bien enseña Santo Tomas de Aquino, que le está concedido el socorrer en toda necesidad y negocio, el defender y favorecer y tratar con paternal afecto a todos los que acuden a él. A propósito de lo cual decía Santa Teresa de Ávila: “Parece que algunos Santos han recibido de Dios la gracia de socorrer en una necesidad particular; este en cambio socorre en todas, según lo sé por experiencia, y quien no se fiara de mis palabras que lo ponga a prueba…” Sin embargo sorprende y contrasta que aun hoy en día San José continué siendo el santo olvidado de muchos.


La solemnidad de Ntro. Padre y Señor san José, cada 19 de Marzo, es un momento realmente especial en el Año Litúrgico.  En este día la Santa Madre Iglesia reconoce los méritos y virtudes de Aquel, a quién estuvieron confiados la guarda y cuidado de la Sagrada Familia. Mas, el padre adoptivo del Redentor y Purísimo Esposo de la Madre de Dios, continúa desde el cielo velando e intercediendo por la Familia de su Hijo: la Iglesia Católica; de quien es solicito patrono universal y defensor.


San José es el varón justo y dichoso que toco a María por esposo, al que le fue concedido ver y oír, alimentar y sostener, educar, llevar en brazos, besar, vestir y custodiar a Jesús, el Verbo eterno del Padre, a quien tanto los profetas anunciaron, a quien la humanidad entera por siglos espero y  a quien los reyes y los sabios murieron deseando conocer. San José es el carpintero humilde y decidido que acepta el plan de Dios y como María también brinda un si generoso.


Ser padre de Jesús y esposo castísimo de la Virgen María son los principales títulos de la grandeza de san José, sin excluir otros, claro está, pero sólo a partir de estos se supone un caudal asombroso de gracias y santidad; directamente proporcionados a la excelsitud de su misión. En el hogar y taller de Nazaret San José es cabeza y guía de la Sagrada Familia, maestro de la vida interior, que nos enseña caminos concretos, modos humanos y divinos de acercarnos a Jesús, a tratar a Nuestro Dios a ser limpios; dignos de ser otros Cristos… Trabajador empeñado en su tarea, servidor fiel de Dios en relación continúa con Jesús, que experimento lo que es ser de Dios y estar plenamente entre los hombres, santificando el mundo. Con el homenaje de su veneración, los magos ofrecieron a Jesús oro, incienso y mirra; San José en cambio le había dado, por entero su corazón joven y enamorado. Coloca el dulce nombre de Jesús al Salvador y derrama lágrimas de dolor al perderle en el templo. Arriesga y sacrifica todo, por estar junto a Jesús y a María, salvando la vida del Niño al huir a Egipto, para terminar luego de toda una vida a su lado muriendo tranquilo en sus brazos.


“Ite ad Joseph”, acudid a San José, como ha dicho la tradición cristiana con una frase tomada del Antiguo Testamento porque la devoción a San José no pueden faltar en ninguna alma cristiana. Pedir e imitar sus elevadas virtudes, solicitar su auxilio, implorar su patrocinio es prenda segura de bienaventuranza. La misma Iglesia nos brinda ejemplo, pues no ha querido transitar por el mundo moderno, sin antes confiarse a su cuidado, mandando colocar su nombre en el Canon de La Misa, y declarándole su solicito patrono universal. Que la devoción al Santo Patriarca esté presente en nuestra vida diaria de cristianos, particularmente durante el mes de Marzo y cada miércoles del año, día especialmente dedicado a su culto y honra. Y nunca olvidemos invocarle en toda necesidad, pero sobre todo a favor de los agonizantes y moribundos de quien es especial protector. En las apariciones de Fátima bien que se nos presenta con el Niño Jesús en brazos bendiciendo al mundo, prueba que desde la gloria no olvida a la débil humanidad caída de quien un día formo parte y es padre solicito, dispuesto siempre a mediar por ella.


En la vida del Santo Patriarca, tenemos los cristianos, el modelo perfecto de la vida interior. Modestia, recogimiento, pureza de corazón, sencillez y rectitud de intención, solo serian las primeras joyas de su diadema. No escatimaba San Pedro Crisólogo al decir: "San José fue un hombre perfecto, que poseyó todo género de virtudes"  En efecto, San José es ejemplo especial para los solteros, por su castidad; para los casados, como padre de la Sagrada Familia; para los religiosos por su entrega a Jesús y María; para los sacerdotes por su respeto al tratar a Cristo; para los trabajadores, pues fue siempre un trabajador ejemplar, para los seminaristas; al ser el educador de Cristo y por las controvertidas decisiones que tuvo que tomar antes de aceptar la decisión de recibir a María como esposa y ser padre custodio de Jesús. Además es el patrono de la buena muerte, ya que murió en los brazos de Jesús y María y de la Iglesia Universal, pues el hogar de Nazaret fue en verdad Iglesia domestica.


Una Voce Cuba, conocedora de su valimiento y especial poder ante Nuestro Señor, atestiguado en los milagros por su medio alcanzados y avalados por el testimonio de innumerables santos, le profesa singular devoción y acogiéndose también ella a su intercesión, le toma y elige por patrono. ¡San José, ayúdanos a hacer y a enseñar como Cristo, los caminos divinos –ocultos y luminosos- diciendo a los hombres que pueden tener de continuo aquí en la tierra una eficacia espiritual extraordinaria. Se tú mismo nuestro camino, porque tu conoces la senda y el atajo cierto, que llevan por tu amor al amor de Jesucristo!


Pidamos al glorioso San José, la gracia de imitarle en su vida santa, al tiempo que nos socorra con su valimiento y auxilio. "Querría yo persuadir a todos fuesen devotos de este glorioso Santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios, que no la vea más aprovechada en la virtud; porque aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomiendan. Paréceme ha algunos años que cada año en su día le pido una cosa, y siempre la veo cumplida. Si va algo torcida la petición, él la endereza para más bien mío." Santa Teresa de Ávila.

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viernes, 11 de marzo de 2011

Adoración eucarística: primer congreso en Roma

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Del 20 al 24 de junio se realizará en Roma el Congreso internacional sobre la Adoración Eucarística, una iniciativa de Mons. Dominique Rey, obispo de Fréjus-Toulon, en el cual participarán, entre otros, los cardenales Cañizares, Burke, Ranjith, Piacenza, Turkson y Arinze. Presentamos nuestra traducción de una entrevista que Mons. Rey concedió a la edición italiana de Zenit.

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La Iglesia se está movilizando intensamente para preparar este Congreso internacional sobre la Adoración Eucarística. ¿Cuál es su importancia y cuáles son las expectativas para este congreso?


Este congreso se encuadra perfectamente en la obra llevada adelante por el Papa Benedicto XVI que, tras las huellas de Juan Pablo II, quiere promover una nueva toma de conciencia sobre la urgencia misionera a la que se enfrenta, hoy más que nunca, la Iglesia. El tema del congreso, “De la adoración a la evangelización”, subraya que este nuevo impulso misionero se debe enraizar en la vida eclesial y eucarística. La primera condición de la evangelización es la adoración. Por desgracia, algunas propuestas misioneras de hoy se presentan más como marketing o promoción comercial que como testimonio de fe. El riesgo es una distorsión del método de evangelización.


Es la primera vez que se lleva a cabo en Roma un encuentro sobre este tema. Y la participación de numerosos cardenales, obispos y testigos que obran en el campo como evangelizadores y adoradores, pone en evidencia el interés suscitado por el encuentro. Este congreso quiere dar un alma y una espiritualidad a esta nueva evangelización tan necesaria para la renovación de la Iglesia y para la irradiación del mensaje evangélico.

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¿Por qué es importante la adoración? ¿Quién está llamado, en su opinión, a la adoración?


La adoración eucarística constituye una prolongación de la celebración eucarística. El creyente acoge el ofrecimiento de Cristo que se da al Padre para la salvación de Cristo. Adorar al Santísimo Sacramento significa entrar en contemplación de Jesús Eucaristía. Significa aceptar, al mismo tiempo, como dirá el apóstol Pablo, ofrecer nuestra misma vida en sacrificio para participar en la salvación de Cristo.


La adoración es un gesto de reconocimiento, al contemplar hasta qué punto Cristo nos ama, haciéndose alimento, y es también un gesto personal en el que también nosotros podemos entrar, en Él y por Él, en esta obra de salvación.


Todo cristiano está llamado, en virtud de su consagración bautismal, a convertirse en adorador en espíritu y en verdad. Recuerdo la frase de la filósofa Simona Weil que solía decir después de su conversión: “Finalmente he descubierto alguien frente a quien ponerme de rodillas”. En el Apocalipsis descubrimos que la gloria celestial consistirá en el júbilo y en la adoración. Si comienzo a adorar hoy, me preparo parar entrar en la plenitud de mi condición filial cuando contemplaré el rostro de Dios. Todo hombre está hecho para adorar, es decir, para reconocer el señorío de Cristo y, en este gesto de donación de sí mismo, que implica la adoración, donarse total y definitivamente a Él.

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El congreso está organizado por los Misioneros de la Santísima Eucaristía, una nueva comunidad que usted fundó en su diócesis en el 2007. ¿Cuál es la misión de esta comunidad en la Iglesia actual?


Esta asociación de clérigos de derecho diocesano está llamada, bajo mi vigilancia, a desarrollar en la Iglesia la adoración eucarística en el corazón de la vida parroquial. Esta asociación organiza misiones eucarísticas en colaboración con las diócesis y los sacerdotes que recurren a sus servicios, no sólo para desarrollar una auténtica devoción eucarística sino también para hacer entrar a las comunidades cristianas en un espíritu misionero, en un nuevo impulso pastoral. Los parroquianos están llamados a acercarse, día y noche, a la adoración del Santísimo Sacramento expuesto. Para esto se necesita brindar una catequesis eucarística.


Los Misioneros del Santísimo Sacramento están presentes en los Estados Unidos y en Italia, si bien su sede central se encuentra en Sanary (Var, Francia). Van de parroquia en parroquia, difundiendo y promoviendo la enseñanza del Magisterio y de autores espirituales, sobre el valor de la adoración eucarística.

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¿A quién se dirige este congreso? ¿Qué quiere proponer en concreto?


El congreso está dirigido a todos aquellos que en la Iglesia son ya sensibles a la importancia de la adoración eucarística, pero más en general a todos los pastores, consagrados y laicos que deseen profundizar el sentido de la Eucaristía, en su dimensión litúrgica, de sacrificio, social, y en el vínculo entre adoración y celebración. Las jornadas estarán marcadas por las celebraciones eucarísticas, en la forma ordinaria y extraordinaria, así como por otras funciones litúrgicas. Habrá momentos de adoración al Santísimo Sacramento.


Las enseñanzas principales serán ofrecidas por la mañana. Están previstos también momentos de intercambio, en los que se afrontarán temas más concretos. El congreso concluirá con la procesión eucarística de la solemnidad del Corpus Domini, presidida por el Santo Padre Benedicto XVI.

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¿La adoración eucarística ha tenido un rol central en su vocación personal o en su ministerio de sacerdote y obispo?


He descubierto con mayor intensidad la adoración eucarística cuando era rector del santuario de Paray le Monial. Siendo miembro de la Comunidad Emanuel y estando junto al fundador, Pierre Goursat, que era un ferviente adorador del Santísimo Sacramento, experimenté hasta qué punto esta oración daba fuerza a mi vida espiritual y sacerdotal. Toda fecundidad cristiana es sacrificial. Encuentra su origen en el gesto que Cristo realiza en su Pascua y que la Eucaristía actualiza en cada celebración.


En la adoración eucarística fijamos nuestra mirada sobre este gesto infinito de amor que la Iglesia no deja de retomar en cada Misa. He podido constatar los muchos frutos espirituales y misioneros de la adoración eucarística en el contexto de las diversas responsabilidades ministeriales que he asumido. Por este motivo, he tomado la iniciativa de presentar al cardenal Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el Culto divino, este proyecto y he pedido a los Misioneros de la Santísima Eucaristía que se ocupararan de la organización.

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Fuente: Zenit (edición en lengua italiana)


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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miércoles, 9 de marzo de 2011

El Ránking de la Rata: Top 5 de Cine Católico

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Don Camillo e Peppone

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La recordada Rata de la Buhardilla volvió a aparecer. Mientras disfrutaba de un pedazo de Beaufort saboyano en homenaje a San Francisco de Sales, patrón de las plumas católicas, el Noble Roedor deleitó a los Ancianos Buhardilleros contándoles algo de su vida previa antes de recalar en la Apostólica Mansarda. En su juventud habitó en un cine, en uno de esos viejos cines de barrio; allí, el dueño, un Congregante Mariano viudo nacido en los tiempos de Benedicto XV, gustaba de proyectar buenas películas católicas los lunes en la mañana, cuando la sala estaba vacía, a no ser por algún ingenuo durmiendo la mona. Pero el Barrio decayó y se convirtió en un Campo de Pruebas de Pandilleros y Narcotraficantes, el Congregante moriría años después y sus herederos vendieron el Cine a una Secta. Ahora, allí se alaba a Jehová y todos son prosperados. Especialmente los Pastores. Pero la Rata tuvo la inmejorable oportunidad durante algunos años de disfrutar del mejor cine del mundo, in toto senso.


A medida que caía la noche, sin embargo, la Rata se enfrascó en una discusión apasionada con Jerónimo, el Patriarca de la Buhardilla, con respecto a cuál sería la mejor película católica de todos los tiempos, quien fiel a su entraña escolástica, exigió al impresionista Roedor una sistematización de sus preferencias. Y aquí está:


1) Dialogues des Carmélites (1960) Dir.: Philippe Agostini y Raymond Leon Bruckberger O.P. – De lo mejor en lo que a aspectos puramente cinematográficos corresponde -comenta la Rata- , y en cuanto a su contenido, Diálogos de Carmelitas es una película excepcional y conmovedora. Su delicada belleza sumada a su sensus y dispositio absolutamente tradicionales y católicas (y en esa medida vinculadas a los Trascendentales de la misma forma sencilla, orgánica y profunda que la obra de Fra’ Angelico o la Tradición Gregoriana) sin sentimentalismos ni psicologismos ni demás paterías anacrónicas “para acercarnos a los personajes” tan comunes en el cine de temática “espiritual” de nuestros días. (v.g.: Algunos intragables y ya no sé si bien intencionados telefilmes italianos recientes, como cierta tendenciosa, falsa, ideologizada y ridícula vida de Santa Rita de Casia y otro bodrio donde San Francisco de Asís es presentado como un progre que es instruido en la cárcel por un Abate Faría trucho y valdense en un evangelio en vernáculo para acabar, una vez libre, ¡¡asistiendo a una Misa Nueva!!) Finalmente sólo queda aconsejar: preparen los pañuelitos, porque esta rendition del Martirio de las Carmelitas de Compiegne por los jacobinos les dejará una huella indeleble. Un recuerdo y una oración también para Gertrude Von Le Fort y Georges Bernanos, escritora y adaptador de la historia, respectivamente.


2) La Pasión de Juana de Arco (1928) Dir.: Carl Theodor Dreyer. –Se consideró a este filme perdido durante mucho tiempo, hasta que fue encontrado en el clóset del conserje de un manicomio de Oslo en los ochentas –murmura la Rata, habiéndose acabado ya todo el Beaufort y arrastrándose hasta su bebedero-. Dreyer, luterano conservador danés, nos presenta siempre en sus filmes, en sordina espléndida, lo que pudo ser el esplendor y profundidad de un imaginario católico nórdico. En este filme podamos presenciar también la mejor actuación cinematográfica de todos los tiempos, a cargo de una extática Maria Falconetti, encarnado a La Pucelle. Doctrinariamente reverente y mística. El mejor cine, el más puro, a cargo de un gran genio como don Carlos Teodoro.


3) A Reluctant Saint (1962) Dir. Edward Dymtryk: -De las regiones aéreas con cierto regusto trágico –continúa la Rata- pasamos al mundo cotidiano y popular de la Comedia. Pero dirán algunos, ¿puede el género hagiográfico acercarse al horizonte de lo cómico? “¡Pos sí!” Empezando porque tanto la Comedia como la Vida del Santo empiezan siempre mal y acaban bien, in hora mortis, a minutitos no más del “ven, siervo fiel”. Toda vida de Santo es una comedia. Y mucho más este delicioso relato basado en la vida del franciscano italiano José de Cupertino, prefiguración barroca del Cura de Ars y del Padre Pío, amén de fraile volador y savant de polendas. Edificante, delicadamente chistosa y sin concesiones al moderno espíritu de vértigo, Maximilian Schell y Ricardo Montalbán – don Ricardo, el Santo de Hollywood, que Dios tenga en su Gloria- brindan actuaciones excepcionales. ¡Aquellos tiempos, amigos, donde un director filocomunista y un guionista anarco-liberal (el “realista sucio” John Fante), podían glorificar a un santo católico, con decoro y grandeza! Eran los tiempos en que si no todas, por lo menos muchas rodillas se doblaban ante Cristo y su Iglesia. Incluso en el Abismo. Claro está: eran los tiempos de Nuestras Santas Abuelitas, antes del Desmadre Monstruoso que empezaría a reventar dentro de poco.


4) A Man for All Seasons (1966) Dir. Fred Zinnemann Esta película es un consumado retrato de lo que algunas figuras seculares denominan “the ultimate man of conscience”, Santo Tomás Moro, Canciller mártir de Inglaterra. Y también es todo un tratado sobre la virtud de la prudencia, que no es cobardía, y sobre la virtud de la fortaleza, que no es temeridad. Todo, en medio de una escenografía lujosa y convincente de lo que antes se conocía como “superproducción”. Paul Scofield ha pasado casi a “substanciarse” con el Santo. Ningún otro papel que haya hecho será siquiera recordado, ni tampoco nadie que encarne a Tomás Moro en toda la historia humana trascenderá como él lo hizo.


5) El Pequeño Mundo de Don Camilo (1954) Dir. Julien Duvivier. ¡Esplendor cincuentero de las parroquias rurales! ¡Auroras de la Democracia Cristiana Italiana, todavía algo defendible! ¡Comunistas campechanos! Esta película es quizá una de las mejores representaciones artísticas de ese fenómeno complejo y antiguo denominado “amistad”. Amistad entre Peppone y Don Camillo, capitoste comunista y alcalde, y párroco admirable y atrabiliario. También es una lección sobre la grandeza de la Santa Intolerancia, la verdadera Intolerancia Católica, nacida de la devoción a la persona humana y el aborrecimiento proporcional a los errores que profesa, y de la claridad de mente, tan rara en estos tiempos de “neoconadas” autistas.


- ¿Terminaste? –preguntó Jerónimo al exhausto Roedor -. ¡Eres una Rata filolefebvrista!


- ¿Por qué? – exclamó la perpleja criatura.


- Porque casi todas tus películas son en-blanco-y-negro.


Y hubo silencio en toda la Buhardilla.


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martes, 8 de marzo de 2011

Nuevos detalles de la instrucción para la aplicación del motu proprio

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El vaticanista Andrea Tornielli publica hoy en su blog este artículo con algunos detalles referentes a la próxima instrucción para la aplicación de Summorum Pontificum.También el sitio Messainlatino, uno de los primeros en informar sobre el documento, ha manifestado ahora que “la actual redacción de la Instrucción presenta también algunos aspectos positivos”, coincidiendo bastante con los señalados por Tornielli.

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Será publicada en las próximas semanas, probablemente a comienzos de abril, la instrucción de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei – firmada por el cardenal Levada, por el secretario Guido Pozzo y aprobada por Benedicto XVI – que establece algunos criterios aplicativos del motu proprio Summorum Pontificum. Como se recordará, el motu proprio, promulgado por el Papa Ratzinger en el 2007, había autorizado la liberalización del antiguo misal y la posibilidad para varios grupos de fieles de pedir directamente a los párrocos la celebración de la Misa según el rito precedente a la reforma conciliar (con el misal romano de 1962, y no con los precedentes).


Es inútil ocultar que, frente a tantas aperturas y a un número creciente de celebraciones en el rito antiguo, ha habido también muchas reacciones de cerrazón y restricciones por parte de algunos obispos. La instrucción, en este momento en vía de traducción al latín y a las diversas lenguas (el texto de base está en italiano) es, por lo tanto, un documento importante. En las pasadas semanas, algunos sitios web y blogs vinculados al mundo llamado tradicionalista, o que de todos modos siguen con atención sus actividades, realizaron una serie de críticas preventivas al documento, sosteniendo que se trataría en realidad de una dilución de la voluntad papal. Por lo que he podido saber, esa interpretación no corresponde a la verdad. Por estos motivos.


En primer lugar, la instrucción con sus contenidos confirma que el motu proprio es ley universal de la Iglesia y que todos están obligados a aplicarla y a garantizar que sea aplicada. La instrucción afirma que debe ser asegurada la posibilidad de la celebración en el rito antiguo allí donde haya grupos de fieles que la pidan. En el texto no es precisado un número mínimo de fieles que deban constituir el grupo.


Se dice, en cambio, que es bueno – en acuerdo también con la exhortación post-sinodal sobre la Eucaristía – que los seminaristas estudien el latín y conozcan la celebración según la forma antigua. El “sacerdos idoneus” para la celebración con el misal preconciliar no es necesario que sea un hábil latinista, sino que sepa leer y entienda lo que lee y lo que está llamado a pronunciar durante el rito.


La Pontificia Comisión Ecclesia Dei, que desde hace dos años ha sido englobada en la Congregación para la Doctrina de la Fe, es constituida con la instrucción como el organismo llamado a dirimir las cuestiones y las controversias, juzgando en nombre del Papa.


Los obispos no deben ni pueden promulgar normas que restrinjan las facultades concedidas por el motu proprio o que cambien las condiciones. Están llamados, por el contrario, a aplicarlo.


Puede ser celebrado también el Triduo pascual en el rito preconciliar allí donde haya un grupo estable de fieles vinculados a la liturgia antigua. Los miembros de las órdenes religiosas pueden usar los misales con los respectivos ritos propios preconciliares.


El rito ambrosiano no es citado en la instrucción: el motu proprio, de hecho, se aplica sólo al rito romano (Ecclesia Dei no es competente sobre el rito ambrosiano, sobre el cual en cambio tiene jurisdicción la Congregación para el Culto Divino). Esto, sin embargo, no significa que el motu proprio, o mejor dicho, que la clara y explícita voluntad papal no será aplicada en la diócesis de Milán. Ha ocurrido siempre, con la reforma litúrgica, pero antes aún con los cambio introducidos en los ritos de la Semana Santa en 1954 por Pío XII, que el rito ambrosiano ha hecho propias las instancias y modificaciones, si bien en tiempos sucesivos. Es probable que – dada la evidente voluntad del Papa de hacer disponible para todos los fieles el rito antiguo, visto el marco jurídico precisado en el documento sobre la aplicación del motu proprio de inminente publicación, en consideración al hecho de que también el ambrosiano es un rito latino reformado en el post-concilio – pueda ser estudiado un documento análogo que extienda el Summorum Pontificum a la diócesis de Milán.


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Fuente: Sacri Palazzi


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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