jueves, 3 de septiembre de 2009

Consejos para un nuevo Papa

*

Fumata Bianca

*

Después de la elección de León XIII a la Sede de Pedro, el 20 de febrero de 1878, Don Bosco, que le había pronosticado el hecho, le escribió una breve carta de homenaje y le hizo llegar los siguientes pensamientos, redactados en estilo profético.

***

Un pobre siervo del Señor, que a veces enviaba al Santo Padre Pío IX algunas cosas que juzgaba venían del Señor, es el mismo que ahora humildemente pero literalmente comunica a S.S. León XIII algunas cosas que parecen de no poca importancia para la Iglesia.


Exordio de las cosas más necesarias para la Iglesia.


Dice una voz.


Sí, quieren dispersar las piedras del santuario, abatir el muro y el antemuro y así introducir la confusión en la ciudad y en la casa de Dios. No lo conseguirán, pero harán mucho mal.


Al supremo regidor de la Iglesia en la tierra corresponde proveer, reparar los daños que causan los enemigos.


El mal comienza por la deficiencia de operarios evangélicos.


Es difícil encontrar levitas en las comodidades; por lo cual búsquense con gran solicitud entre la azada y el martillo, sin mirar a su edad y condición. Reúnanse y cultívense hasta que sean capaces de dar el fruto que los pueblos aguardan.


Todo esfuerzo, todo sacrificio hecho con este fin, es siempre poco en comparación del mal que se puede impedir y del bien que se puede obtener.


Los hijos del claustro que hoy viven desparramados sean recogidos, y si no pueden formar ya diez casas, arréglenselas para reconstruir aunque sea una sola, pero con toda su observancia regular.


Los hijos del siglo atraídos por la luz de la observancia religiosa irán a aumentar el número de los hijos de la oración y de la meditación.


Las familias religiosas recientes están llamadas por las necesidades de los tiempos. Con la firmeza de la fe, con sus obras materiales, deben combatir las ideas de quienes en el hombre sólo ven materia. Éstos desprecian con frecuencia a quien medita y a quien reza, pero serán obligados a creer en las obras de las que son testigos oculares.


Estas nuevas instituciones tienen necesidad de ser ayudadas, sostenidas, y favorecidas por aquellos a los que el Espíritu Santo puso para regir y gobernar la Iglesia de Dios.


***

Tomado de "Escritos espirituales", de San Juan Bosco.

***

2 Comentarios:

Anónimo ha dicho

y ¿quién aconsejará al que ha de venir despues de Benedicto XVI? Siendo clave y fundamental, ya que es el último papa hasta la Parusía de nuestro Señor o se quedará sólo sin que le aconsejen?

Maricruz ha dicho

Devoto de Garabandal,
Acaso es que no crees en que somos templo del Espíritu Santo?

----------

Maravilloso, se me ha puesto la carne de gallina, parecen palabras dichas no solo para Juan XXIII sino para sus sucesores.

A mi no deja de colmarme de glorioso asombro encontrar en tantísimos católicos un pensamiento común que se expresa en diferente tiempo y lugar. Es realmente un mismo pensamiento y eso solo el Espíritu de Dios lo podría suscitar.

Bendito Dios!