jueves, 5 de noviembre de 2009

Conferencia sobre “Summorum Pontificum” en Roma

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Burke Mass

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Una conferencia largamente esperada se realizó en Roma entre el 16 y el 18 de octubre, a solo unos pocos pasos del Vaticano, con el lema: “Un gran don para la Iglesia entera. Sobre el Motu Proprio Summorum Pontificum de Su Santidad el Papa Benedicto XVI”. El éxito de este importante evento es innegable, y estuvo marcado con un saludo papal a los participantes.


El evento fue organizado por la asociación “Amicizia Sacerdotale Summorum Pontificum” y el grupo de laicos “Giovane e Tradizione”. La Conferencia fue presidida, dirigida y concluida por el organizador y fundador de las dos organizaciones mencionadas, el teólogo dominico Padre Vincenzo Nuara.


La Conferencia, precedida por un retiro para los sacerdotes el viernes 16 de octubre, comenzó propiamente el día 17. El gran número de jóvenes sacerdotes, seminaristas y religiosos, muchos de ellos menores de 30 años, fue una clara señal de que los actuales “signos de los tiempos” están indicando un claro retorno a las raíces de la fe, doctrina y espiritualidad cristianas.


Después de la celebración de la Santa Misa en la Forma Extraordinaria por parte de Monseñor Athanasius Schneider, el P. Nuara brindó un notable discurso de apertura de la Conferencia, en el que recordó a su audiencia que desde la promulgación del Motu proprio, la vida de muchos de los presentes había cambiado. Lamentando las dificultades en torno a la aplicación del texto pontificio, el P. Nuara recordó el significado ascético de sufrir por una causa justa: es precisamente por los dolores soportados en silencio y abandono por aquellos sacerdotes y fieles que están adheridos de corazón al rito tradicional que comenzará la verdadera reforma de la Iglesia.


La primera ponencia estuvo a cargo de Monseñor Schneider, Obispo auxiliar de Karaganda (Kazajastán), sobre el tema: “La santidad y la belleza de la Liturgia de los Santos Padres”. Según el prelado, el culto a Dios debe llevarse a cabo con conciencia de la Santidad Divina. Esta noción fundamental e ineludible ha estado presente ya en los primeros y muy antiguos textos litúrgicos que nos llegan de la Tradición. En la práctica, es exactamente lo opuesto a lo que la corriente “moda” litúrgica, macerada de valores humanísticos y mundanos, ha intentado imponer en las últimas décadas. El simbolismo y la expresividad gestuales son esenciales para la adecuada comprensión del Misterio que se está celebrando. Para el prelado, nada – absolutamente nada –debe quedar librado al azar, la improvisación o la discreción humana.


Le siguió una presentación del Profesor Roberto de Mattei, presidente de la Fundación Lepanto, que habló sobre “El Catolicismo y la Romanità en la Iglesia hoy”. Presentó una síntesis de la importancia de Roma y de la tradición romana dentro de la visión católica. Notó que la tradición romana no es meramente una nota suplementaria de valor secundario usada para identificar la verdadera Iglesia de Dios; en lugar de esto, es la quintaesencia del catolicismo. No es por casualidad que los enemigos de la Iglesia son también los enemigos de las tradiciones romana y latina (verdaderas). El modernismo, inaugurado por el anti-romanismo luterano, demuestra dos fenómenos que son, en realidad, contraimagen uno de otro. Por un lado, busca purificar la cristiandad de la tradición romana – como lo hacen todas las sectas protestantes, el jansenismo, y luego el modernismo y el neomodernismo. Por otra parte, se exalta la antigua Roma hasta crear una especia de ídolo anti-católico: podemos pensar en Federico II, Maquiavelo, los gibelinos, jacobinos y el nacionalismo laico de los 1800’s.


En la misma mañana, hubo dos breves pero importantes discursos dados por el Vice-presidente de la Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia y para la Arqueología Sagrada, Dom Michael John Zielinski, y por el Presidente del Instituto Pontificio de Música Sacra, Monseñor Valentino Miserachs Grau. Ambos remarcaron la importancia para el arte sacro y la música de la Iglesia de sus lazos con las tradiciones litúrgicas latinas y gregorianas. Ambos prelados criticaron muchas evoluciones artísticas y musicales recientes, que esconden aquella santidad que es tan necesaria para el culto cristiano y la espiritualidad de los fieles.


Después del almuerzo fue calurosamente recibida la ponencia de Monseñor Guido Pozzo, Nuevo Secretario de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei. El Prelado reiteró la importancia de la Liturgia tradicional para la continuidad de la doctrina católica, y señaló que, a pesar de las corrientes dificultades, la implementación del Motu proprio continuará expandiéndose.


Fue ansiosamente esperada la ponencia del P. Stefano M. Manelli, fundador de los “Franciscanos de la Inmaculada”, una de las familias más jóvenes y prominentes de la “reforma franciscana”. El distinguido sacerdote trató extensamente y con sentidos alegatos el vínculo inseparable que existe entre la vida religiosa – que él ha vivido por más de medio siglo – y la Liturgia. La actual decadencia litúrgica, a menudo señalada por el Papa Benedicto XVI, ciertamente ha tenido impacto en las vocaciones sacerdotales y religiosas, como también en la secularización de los monasterios, conventos e institutos que alguna vez habían florecido. La decisión de los Franciscanos de la Inmaculada de retornar a la Misa y oficios litúrgicos tradicionales está dando preciosos frutos, tanto en términos del número de vocaciones como en términos del mejoramiento de la vida espiritual, en las comunidades masculinas y femeninas. Según el P. Manelli, el Motu proprio anima especialmente a los religioso a retomar las prácticas litúrgicas y ascéticas antiguas; haciendo esto, formarán esos verdaderos oasis de santidad que los fieles encuentran cada vez más necesarios.


El último fue el renombrado teólogo Monseñor Brunero Gherardini, autor de un importante y reciente estudio sobre los valores (y limitaciones) de los documentos del Concilio. Después de haber recordado a la audiencia que el Motu proprio fue publicado como una “sanatio”, demostró el verdadero sentido de la Tradición, como un estandarte de la continuidad dogmática y magisterial. Con perspicacia y profundidad teológica, Monseñor Gherardini demostró la oposición entre la Tradición viviente, entendida en el sentido católico – es decir, la infinita capacidad del Magisterio de proclamar “nuevos” dogmas que de hecho son ya parte de la Divina Revelación – y la así llamada “tradición viviente” inventada por el modernismo, que usa esta expresión para ajustar el dogma y la doctrina a las casi infinitas variaciones de la frágil mente humana.


El Padre Nuara clausuró la Conferencia agradeciendo a todos los invitados, y señalando que la Conferencia misma era resultado de la Gracia de Dios, y su éxito un verdadero milagro.


El domingo 18 de octubre, los participantes tuvieron el gozo de asistir a la Solemne Misa pontifical celebrada por Monseñor Raymond Leo Burke, Prefecto de la Signatura Apostólica, en la Basílica de San Pedro. Debe señalarse que la Misa final, así como las que se celebraron durante la Conferencia, contó con la asistencia de miembros de todos los institutos que usan el antiguo Misal: desde la Fraternidad de San Pedro hasta el Instituto de Cristo Rey, desde los Franciscanos de la Inmaculada hasta el Instituto Buen Pastor; así como también con la participación del bien conocido Monseñor Perl.


La unidad de la “familia católica tradicional”, aún en medio de tantas dificultades, no es el menor de los logros de las iniciativas del P. Vincenzo Nuara.


Durante el Ángelus del mismo día, el Santo Padre saludó a todos los participantes de la Conferencia, apoyando así esta importante iniciativa.

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Fuente: The New Liturgical Movement

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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1 Comentarios:

Maricruz ha dicho

Había llegado por mis propios medios a la conclusión de que la pérdida del sentido del Misterio trae implícita la pérdida del sentido de la vocación a la santidad, me alegra coincidir con los allí presentes.
Saludos y gracias, como siempre, oportuno tu artículo.