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Acercándonos al Año de San Pablo tenemos una importantísima intención por la cual rezar:
Roma – En las relaciones entre la Santa Sede y los Lefebvristas la cuenta regresiva ha comenzado: el 28 de junio, la Fraternidad de San Pío X, fundada por el Arzobispo francés que no aceptó la reforma litúrgica postconciliar, tendrá que decidir si acepta las cinco condiciones propuestas por el Vaticano para reingresar en la plena comunión con Roma.
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Algunos días atrás, el superior de los Lefebvristas, Obispo Bernard Fellay, se reunió con el Cardenal Darío Castrillón Hoyos, presidente de la Comisión Ecclesia Dei, quien dirige en nombre de Benedicto XVI las negociaciones con el grupo tradicionalista. Fellay, que previamente había escrito al Papa pidiendo la revocación de la excomunión impuesta por Juan Pablo II en 1998 a Lefebvre y los cuatro nuevos obispos que consagró sin el consentimiento de la Santa Sede (entre ellos Fellay mismo), ha recibido una carta con los cinco puntos establecidos por el cardenal [Castrillón] y los discutirán durante el próximo capítulo de la fraternidad, que será celebrado a fin de mes.
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Nunca como en este momento las negociaciones habían estado tan cerca de un acuerdo que podría sanar el mini-cisma [sic] ocurrido hace dos décadas, permitiendo el regreso a la plena comunión Católica a los Lefebvristas. Entre los puntos que la Santa Sede solicita que sea aceptado estaría, de acuerdo a rumores, la aceptación del Concilio Vaticano II y la declaración de la total validez de la Misa de la liturgia reformada: dos condiciones que Lefevbre ya había firmado con el Cardenal Joseph Ratzinger en 1998. El Vaticano, por su parte, ofrece al grupo tradicionalista un marco canónico similar al del Opus Dei, llamado “prelatura” [personal], el cual permitiría a la Fraternidad continuar sus actividades y educar a sus seminaristas.
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El proceso de acercamiento comenzó en el 2000, cuando los Lefebvristas hicieron una peregrinación a Roma por el Año Santo. Esto fue seguido por una breve audiencia dada por el Papa Wojtyla a Monseñor Fellay y marcó el comienzo de largas y laboriosas negociaciones con el Cardenal Castrillón. Sin embargo, muchas cosas han cambiado desde entonces. Los Lefebvristas pidieron, antes de dar cualquier paso hacia un acuerdo, que el antiguo misal preconciliar, que se encontraba en desuso desde la reforma litúrgica, sea liberado.
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El nuevo Papa, Benedicto XVI, particularmente sensible a estos asuntos, hace un año publicó el Motu Proprio declarando la plena ciudadanía de la antigua Misa permitiédola en todas las parroquias, despojando al obispo de la posibilidad de prohibirla. La aplicación de las nuevas directivas papales no han sido fáciles, existen muchos casos de resistencia – algunas frontales, como es sabido – pero está fuera de duda que declarando la existencia de un Rito Romano extraordinario (el antiguo) y uno ordinario (el reformado), el Papa ha autorizado en la Iglesia y sin restricciones la celebración de la Misa Tridentina. Además, Ratzinger ha reintroducido la Cruz en el centro del altar, ha comenzado a distribuir la Comunión a los fieles arrodillados, ha restaurado antiguos ornamentos litúrgicos: todos signos que se encaminan a enfatizar la continuidad de la Tradición.
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Lo más seguro es que estas condiciones favorables para el reingreso en la plena comunión no se repetirán. Muchos fieles, ahora que han obtenido la Misa conforme al antiguo Rito, no comprenden por qué la Fraternidad no hace las paces definitivamente con Roma. Los Lefebvristas han llegado a darse cuenta de lo que está pasando, incluso si Fellay tiene algunos problemas de resistencia interna. La elección está entre hacer un acuerdo y volver a la comunión plena con la Santa Sede o, en lugar de esto, seguir siendo un pequeño cuerpo separado con el riesgo de volverse un grupito sectario y sin influencia.
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Confirmación de la propuesta, pero ninguna indicación de la respuesta
El Vaticano ha propuesto un acuerdo a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X para terminar con la ruptura, informó el 23 de junio el diario italiano “Il Giornale”. Consultado el lunes por Apic, el Padre Alain-Marc Nély, segundo asistente del Obispo Bernard Fellay, Superior de la Sociedad San Pío X en Menzingen (cantón de Zug), ha confirmado la existencia de propuestas por parte del Vaticano.
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Sin querer entrar en más detalles, el Padre Nély confirmó, sin embargo, que una propuesta de acuerdo fue hecha al comienzo de este mes. Con condiciones. La respuesta será dada para el 28 de junio “Dios mediante” y luego se hará pública, dijo. Pero el número tres de la fraternidad no quiso indicar en qué dirección iría la respuesta del Obispo Fellay.
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1 Comentarios:
Dici, organo de prensa de la FSSPX, ha publicado lo que sigue:
On remarquera que le caractère très général, pour ne pas dire vague, des exigences formulées tranche singulièrement avec l’urgence d’un ultimatum. Ces conditions semblent viser à obtenir un climat favorable à un dialogue ultérieur, plutôt que des engagements précis sur des points déterminés. La Fraternité Saint-Pie X souhaite que ce dialogue se situe au niveau doctrinal et prenne en compte toutes les questions qui, si elles étaient éludées, feraient courir le risque de rendre caduc un statut canonique établi dans la précipitation. Elle pense que le retrait préalable des décrets d’excommunication de 1988 favoriserait la sérénité d’un tel dialogue.
La Fraternité Saint-Pie X n’a pas la prétention d’exercer un magistère supérieur à celui du Saint Père, ni ne cherche à s’opposer à l’Eglise. A la suite de son fondateur, elle entend transmettre ce qu’elle a reçu, c’est-à-dire « ce qui a été cru toujours, partout et par tous ». Elle fait sienne la profession de foi que Mgr Marcel Lefebvre adressait à Paul VI, le 24 septembre 1975 : « C’est à son Vicaire que Jésus-Christ a confié la charge de confirmer ses frères dans la foi et qu’Il demande de veiller à ce que chaque évêque garde fidèlement le dépôt, selon les paroles de saint Paul à Timothée ».
Sin entender mucho francés, se puede colegir que se trata de una respuesta vaga, al mismo tenor que la Fraternidad calificó el contenido del ultimatum, pero que no es un no, ya que dice (en resumen naturalmente) por un lado que previamente se debe sostener un diálogo doctrinal, ya que de lo contrario cualquier acuerdo (práctico)se caería muy rápido, y que para ello solicitan el retiro de las excomuniones, y por otro lado que no tienen pretensión de tener un magisterio superior al del Papa, y no están contra la Iglesia, en cuanto ese magisterio sea el de la tradición.
Cualquier corrección la agradezco.
La supuesta satisfacción de Mons. Castrillón debe ser por el respeto expresado al magisterio del Papa.
Pero, de accederse al diálogo doctrinal, hay varios años por delante, en mi opinión, antes de la reiserción a cabalidad.
Saludos, Gustavo.
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