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AD MULTOS ANNOS, SANCTE PATER!
En el día en que nuestro Santo Padre Benedicto XVI cumple 82 años, elevamos a Dios una ferviente oración rogándole que continúe bendiciendo la vida de nuestro amado Papa, sosteniéndolo en su ministerio petrino y concediéndole las fuerzas necesarias para ser pastor manso y firme de su rebaño.
En esta feliz circunstancia, transcribimos un breve texto del libro “La sal de la tierra”, una conversación del entonces Cardenal Ratzinger con el periodista Peter Seewald, donde el actual Pontífice hablaba de la particular coincidencia entre el día en que nació y fue bautizado y la fiesta de la Pascua.
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Cardenal Ratzinger, usted nació en Marktl am Inn -Alta Baviera- un 16 de abril de 1927, en un Sábado Santo. ¿Eso se ajusta a su modo de ser?
Sí. A mí me alegra mucho haber nacido en ese día, en la vigilia de Pascua, cuando es ya inminente pero aún no es, aún está escondida. Además, me parece muy significativo porque indica lo que es mi propia historia en la realidad, lo que es mi situación personal: estar a las puertas de la Pascua, sin entrar todavía del todo en ella.
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Sus padres se llamaban José y María. Cuatro horas después de nacer, exactamente a las 8.30 de la mañana, sus padres le llevaron a bautizar. Debió ser un día muy agitado.
Yo no recuerdo nada, claro está. Mis hermanos me contaron que fue un día de una gran nevada, de mucho frío, a pesar de ser un 16 de abril. Pero eso no tiene nada de particular en Baviera.
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De todas formas, no deja de ser raro que le bauticen sólo cuatro horas después de nacer. ¿A qué tanta prisa?
Es cierto. Fue así de rápido -cosa que a mí me alegra sobremanera- porque coincidió con que era Sábado Santo. En aquella época todavía no se festejaba la noche pascual, se celebraba la Resurrección a primera hora de la mañana, con la bendición del agua que después serviría para los bautizos durante todo el año. Y como en la iglesia iba a tener lugar la Liturgia del Bautismo, mis padres se dijeron «bueno, ¡pues el chico ya está aquí!», «si le llevamos a la iglesia, le bautizarán con las primeras aguas bautismales.» Y así fue. A mí aún me emociona esa coincidencia de nacer a la misma hora en que la Iglesia preparaba el agua para los bautismos y el hecho de haber sido el primer bautizado con aquellas aguas bautismales recién bendecidas. Me sobrecoge esa coincidencia que me vincula con el tiempo pascual, y esa estrecha unión entre mi nacimiento y mi bautismo.
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1 Comentarios:
Mi querido y amado papa Benedicto XVI, que hermoso conocer un poquito de su historia tan personal y tan querida para su alma..
nunca nada será por casualidad. pues, todo es providencial...
Y usted, mi querido papa fue llamado para algo especial..
tan especial que me ha devuelto la vida y la alegría de mi primer amor. la alegría de mi juventud..
desde aquel momento ya mi señor sabia que através de usted muchos encontraríamos la razón de nuestra existencia ser hijos muy amados del padre celestial y vivir como células vivas dentro del mismo cuerpo místico de Cristo..
tenemos vida aunque muchas veces nos quieran quitar la vida.
todo lo poseemos aunque no tenemos nada.. somos todo por que somos imagen y semejanza de un Dios creador dueño absoluto de todo lo creado..
y usted mi querido papa le a dado sentido a mi vida y esperanza a mi desesperanza, ahora la espera tiene sentido, ahora la lucha y el esfuerzo tiene sentido, ahora conozco a un testigo que ama y es la luz que ilumina el mundo , un mundo sin Dios y sin amor..
esa luz es la luz que usted refleja
esa luz que irradia la belleza de Cristo, la mirada de Cristo y Amor de Cristo..
felicidades santo Padre..
y gracias por ser instrumento de paz y amor para el mundo entero..
su hija
Mary
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