viernes, 26 de junio de 2009

Recuperando Tradición

*

Vincent-Nichols_1__514343a

*

The Catholic Herald de hoy da cuenta de la iniciativa del arzobispo de Westminster en torno al año sacerdotal. Es de destacar cómo el obispo pone el acento en la oración eucarística tanto por parte de los fieles laicos como por parte de los sacerdotes mismos. Recomienda el regreso a la devoción de las Cuarenta Horas. Según Damian Thompson, Vincent Nichols, que ya ha recuperado el uso del Altar Mayor en su Catedral, “está retornando a sus raíces devocionales” acompañando el movimiento de revaloración de la Tradición que está viviendo la Iglesia de la mano del Papa Benedicto XVI.

***

El Arzobispo Vincent Nichols de Westminster ha abierto el Año Sacerdotal urgiendo a los católicos a dedicar una hora a la semana a rezar por los sacerdotes frente al Santísimo Sacramento.


El Arzobispo hizo este pedido en una homilía en la Catedral de Westminster, en la que dijo que todas las parroquias deberían centrar los esfuerzos de este año en una renovación de la vida de oración.


También sugirió que las parroquias introduzcan la Devoción de las Cuarenta Horas, realizando la Adoración Eucarística continuadamente en distintas iglesias.


Sostuvo que la práctica “nos sostendrá en nuestra vida común, nos permitirá agradecer a Dios de todo corazón por el don de nuestros sacerdotes” y será una fuente de nuevas vocaciones.


Su homilía coincidió con la apertura formal del Año Sacerdotal que realizó el Papa con el rezo de las Vísperas en la Basílica de San Pedro, el pasado viernes.


Durante el servicio, el Papa Benedicto XVI rezó ante las reliquias del corazón de San Juan María Vianney, santo patrono de los párrocos. El énfasis puesto durante este año en el ministerio sacerdotal coincidirá con el 150 aniversario de la muerte de este santo.


El Papa dijo que el corazón del santo “ardía con el Amor Divino”, un Amor que los sacerdotes necesitan imitar si quieren ser verdaderos pastores.


Un día antes, Benedicto XVI había publicado una carta de seis páginas celebrando el sacerdocio y reconociendo, al mismo tiempo, el daño que habían causado algunos sacerdotes.


“Aquello que es más útil a la Iglesia… no es sólo el sincero y completo reconocimiento de la debilidad de sus ministros, sino también la gozosa y renovada comprensión de la grandeza del don de Dios [del sacerdocio]”.


En su homilía en Westminster, el Arzobispo Nichols dijo que el Año Sacerdotal es “un año en que, como Iglesia, afirmamos que estamos orgullosos de nuestros sacerdotes, que los amamos, que los honramos y que reconocemos con gratitud el testimonio de sus vidas y la generosidad de su trabajo pastoral”.


Dijo que, para los sacerdotes, es “un tiempo para la renovación en nuestro ministerio” – una renovación que dependerá de la relación de cada sacerdote con Cristo. “Es esta relación, sobre todo lo demás, lo que buscaremos renovar, ya que de esta brota nuestro amor por nuestra gente, y nuestro deseo de servirla libre y gozosamente”.


El Arzobispo dijo también que no había un día mejor en el año para comenzar el Año Sacerdotal que la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. El Sagrado Corazón, dijo, es un símbolo del “amor del Señor que se da a Sí mismo por completo”, amor que los sacerdotes tratan de reflejar en sus propias vidas.


Afirmó que hay muchos modos de hablar sobre el rol del sacerdote – como líder, maestro, y como “el que capacita, el que ayuda a su pueblo a vivir enteramente los dones del Espíritu Santo”.


Pero su imagen favorita del sacerdote, dijo, es la de “un instrumento en la mano del Señor – un lápiz, lapicera o birome quizá – con el que el Señor puede escribir lo que el Padre le dice. Y lo que Él escriba – si se lo permitimos – seguramente será la historia de un amor indefectible”.


Dijo también que los sacerdotes son más claramente instrumentos de Cristo cuando celebran la Misa y cuando absuelven de los pecados – “el mayor tesoro y privilegio del sacerdocio”.


“Hoy, los sacerdotes necesitan recordar que todas nuestras palabras tienen una gran resonancia. Las palabras que decimos, las cosas que hacemos, pueden traer un gran bien, incluso no siendo nuestra intención. De la misma forma, nuestras palabras y acciones pueden causar un gran daño”.


“Nuestras palabras mal elegidas y nuestras malas acciones, también tienen una resonancia similar. Y esto lo sabemos bien”.


Es opinión difundida que la oración ante el Santísimo Sacramento se ha hecho mucho más común bajo los pontificados de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, después de la disminución de la práctica que siguió al Vaticano II.


El P. Peter Newby, párroco de St Mary Moorfields en la ciudad de Londres, dijo que ha visto el cambio en los últimos diez a quince años, y que lo sorprendía ver cuántas iglesias tienen alguna forma de Adoración semanal.


Dijo también que la vida de su comunidad se ha visto “profundamente afectada” por la Adoración perpetua.


“Permite a las personas llegar y retirarse sin tener que encontrarse con nadie más, teniendo una conversación privada con Dios”

El P. Newby dijo también que esto tiene un poderoso efecto en las vocaciones. “Ayuda a hacer crecer en gran número los católicos profundamente comprometidos. Aviva la intensidad”.


El P. Alexander Sherbrooke, párroco de St Patrick's, Soho, en Londres, en cuya parroquia también hay Adoración diaria, está de acuerdo en que parece tener un fuerte impacto en las vocaciones.


“Donde ha habido Adoración Eucarística, han surgido muchas vocaciones”, dijo.


“La oración de Adoración es un llamado a la humildad, es un llamado a volver a ponernos de rodillas y a implorar al Señor por Su ayuda”.


“Es también un llamado [a los sacerdotes] a centrarse más en la celebración de la Santa Misa. La Misa está en el centro del ser del sacerdote”


El P. Tim Finigan, párroco en Blackfen, Kent, dijo que la iniciativa del Arzobispo era “muy alentadora”. “Es un gran consuelo para los sacerdotes el saber que su pueblo esta rezando por ellos”.

***

Fuente: The Catholic Herald

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

***

1 Comentarios:

Anónimo ha dicho

Creo que he leído: "Durante el servicio, el Papa Benedicto XVI rezó ante las reliquias del corazón de San Juan María Vianney"

El "servicio" es de los protestantes; los católicos celebramos el "Santo Sacrificio de la Misa".

¡Hemos perdido el norte!...