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Ofrecemos un artículo de Mons. Eleuterio Fortino, Subsecretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, acerca del estado actual del diálogo teológico entre ortodoxos y católicos sobre el primado del Obispo de Roma, teniendo en cuenta los resultados de la última sesión plenaria celebrada en Chipre.
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En Chipre, en la histórica ciudad de Paphos, donde ha predicado San Pablo, se ha realizado la XI sesión plenaria de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa en su conjunto. La nueva fase, iniciada con la IX sesión de Belgrado (2006), avanza a paso lento por un camino difícil dentro de la temática decisiva de esta fase sobre “Las consecuencias eclesiológicas y canónicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia: catolicidad y autoridad en la Iglesia”. Basándose en el documento que sobre este tema fue publicado en Rávena en la X sesión plenaria (2007), y por mandato de ésta, la actual sesión plenaria (Paphos, 16-23 octubre) ha comenzado a afrontar el tema: “El Obispo de Roma en la comunión de la Iglesia en el primer milenio”. De este modo, la Comisión se ha encaminado a discutir la cuestión central del contencioso histórico entre Oriente y Occidente. En el momento actual, se trata de encontrar una identificación objetiva de la problemática implicada en el argumento para poder intentar una hermenéutica común que ayude a alcanzar una convergencia sustancial sobre las consecuencias doctrinales.
La Comisión, en Chipre, ha trabajado sobre un proyecto elaborado después de la sesión de Rávena siguiendo el método de preparación concordado al inicio de las actividades de esta Comisión (Patmos-Rodi, 1980). En la primera parte del 2008 han trabajado dos subcomisiones mixtas con la tarea de recoger los elementos históricos más pertinentes al período en examen. Por eso, se reunió el Comité mixto de coordinación (Elounda, Creta, 27 septiembre - 4 de octubre de 2008) que elaboró la síntesis orgánica como proyecto de discusión sometido a la sesión plenaria de Chipre. Tanto la investigación de las subcomisiones como la síntesis del Comité de coordinación han tenido presente la orientación concordada en Rávena, la cual advertía que “conciliaridad y autoridad son interdependientes” y que tanto a nivel diocesano como regional y universal, hay un prótos, primus (obispo; metropolitano o patriarca; obispo de Roma). El documento, entrando más directamente en la problemática del prótos a nivel universal, afirma que “ambas partes (católicos y ortodoxos) coinciden en el hecho de que Roma, en cuanto Iglesia que preside en la caridad, ocupaba el primer lugar en la táxis, y que el obispo de Roma era, por lo tanto, el prótos entre los patriarcas” (Rávena, n.41).
En la conclusión de ese documento se subraya la importancia de este resultado alcanzado y los miembros de la Comisión se muestran convencidos de que la declaración citada “proporciona una sólida base para la discusión futura sobre la cuestión del primado en la Iglesia a nivel universal" (Rávena, n. 46). La XI sesión, sobre el tema “El rol del Obispo de Roma en la comunión de la Iglesia en el primer milenio”, se ha concentrado en el examen de algunos testimonios históricos significativos sobre el papel desempeñado por el Obispo de Roma en aquella época. En realidad, estos elementos están en la base de la declaración del documento de Rávena y abarcan varias temáticas como: la Iglesia de Roma en la comunión de las Iglesias, la relación del Obispo de Roma con san Pedro, el rol desempeñado por el Obispo de Roma en tiempos de crisis (arrianismo, monofisismo, monotelismo, iconoclasmo), pero también algunas decisiones de los concilios ecuménicos tanto en relación a Roma como al Patriarcado de Constantinopla. Se deberán afrontar también los factores no teológicos que han influido en la mentalidad y en las estructuras eclesiales, como la idea del Imperio Romano, la transferencia de la capital a Constantinopla y la decadencia del Imperio en Occidente, las dificultades de comunicación entre el este y el oeste creadas por el Islam, la creación del Imperio de Carlomagno, la progresiva ignorancia recíproca, el mutuo alejamiento práctico, y algunas actitudes polémicas.
El análisis del asunto implicado requerirá un prolongado estudio. Por el momento, la Comisión ha afrontado los elementos iniciales partiendo de la predicación de Pedro y Pablo en Roma, de su martirio y de sus tumbas, y continuando por los padres apostólicos: testimonios importantes son la Carta de la Iglesia de Roma a los cristianos de Corinto, carta atribuida al Papa Clemente para la reconciliación de los fieles de Corinto con sus presbíteros; la Carta de san Ignacio de Antioquia que indica a Roma como la Iglesia que “preside en la caridad” (prokathemène tès agàpes); la afirmación de san Ireneo según la cual cada Iglesia debe concordar con ella a causa de su origen y de su gran autoridad (propter potentiorem principalitatem); así como la disputa sobre la fecha de la Pascua entre Aniceto y Policarpo, Víctor y los obispos de Asia, el pensamiento de Cipriano, y así sucesivamente. Para todos los elementos que se refieren al tema y que se ponen en examen debe ser concordada la correcta identificación y una deseable y posible interpretación común. El estudio, por lo tanto, es exigente y delicado y se continuará en la próxima sesión plenaria del año próximo. La discusión realizada en la sesión de Chipre debería facilitar un recorrido más rápido en la siguiente etapa.
Estaban presentes veinte delegados por parte católica, con algunas ausencias a causa de los compromisos en el Sínodo de los obispos para África o por razones de salud. Veinticuatro delegados ortodoxos representaban a todas las Iglesias ortodoxas, con excepción del Patriarcado de Bulgaria. El comunicado publicado en la conclusión de la reunión presenta el elenco según la taxis de las Iglesias ortodoxas: Patriarcado Ecuménico, los Patriarcados de Alejandría, Antioquía, Jerusalén, Moscú, Serbia, Rumania, Georgia, las Iglesias autocéfalas de Chipre, Grecia, Polonia, Albania y de las Tierras de Chequia y Eslovaquia. Se ha recompuesto sustancialmente la plenitud de la representación ortodoxa con la participación del Patriarcado de Moscú , que en Rávena había abandonado la sesión a causa de la presencia de representantes de la Iglesia de Estonia, invitada por el Patriarcado Ecuménico en cuanto Iglesia autónoma aunque no reconocida por el Patriarcado de Moscú. La diferencia ha sido resuelta en el encuentro de los primados de las Iglesias ortodoxas que, por invitación del Patriarca ecuménico Bartolomé, ha tenido lugar en El Fanar (12 de octubre de 2008), en el que se ha concordado invitar solamente a todas las Iglesias autocéfalas. Los trabajos de la Comisión mixta han sido dirigidos por los dos co-presidentes: el cardenal Walter Kasper, por parte católica, y el metropolita de Pérgamo, Ioannis Zizoulas, por parte ortodoxa.
El sábado 17, la delegación católica ha concelebrado la Misa en la iglesia católica de la Santa Cruz, en Nicosia. Han participado también el párroco y el secretario de la nunciatura apostólica de Chipre, reverendo Paolo Borgia. Como de costumbre, estaba presente la entera delegación ortodoxa. La concelebración fue presidida por el cardenal Walter Kasper, que ha tenido la homilía sobre el pasaje evangélico del día. Agregó un ferviente agradecimiento a la Iglesia ortodoxa de Chipre por la hospitalidad ofrecida a la Comisión y pidió oración por los trabajos de la Comisión, señalando el tema en discusión en estos términos: “En el último documento publicado por nuestra Comisión dos años atrás, hemos afirmado que puede haber un primero, un prótos como se dice en griego o un primus como decimos nosotros en latín, en cada nivel de la vida de la Iglesia. Por lo tanto, el primado no es algo prohibido o impropio en la vida de la Iglesia. En este encuentro, nosotros nos preguntaremos qué significa esto respecto al obispo de Roma”. La iglesia de la Santa Cruz está en el límite entre la parte griega de la isla y la parte ocupada por los turcos (37% por ciento de la superficie total de la isla). La necesidad de poner remedio a la división ha sido reiterada varias veces por las autoridades de la Iglesia ortodoxa, y fuertemente por el mismo arzobispo Chrysostomos.
El domingo 18 ha tenido lugar la concelebración de los miembros ortodoxos de la delegación. La Divina Liturgia, en la iglesia de Phaneroméni, siempre en Nicosia, ha sido presidida por el arzobispo Chrysostomos, primado de la Iglesia de Chipre. Estaba presente la totalidad de la delegación católica de la Comisión. El arzobispo, refiriéndose “con sentido de responsabilidad hacia el mundo cristiano” al hecho de que “la Iglesia de Chipre, la más antigua de Europa”, hospedaba este año el diálogo entre católicos y ortodoxos, afirmaba: “Este diálogo teológico es el más importancia en el contexto de los diálogos teológicos oficiales entre la Iglesia Ortodoxa y los otros cristianos, que están coordinados por el Patriarcado ecuménico”. Ha recordado la importancia de la oración por el diálogo y, dirigiéndose directamente, contestó “aquel pequeño grupo de ortodoxos” que, basándose erróneamente en cánones leídos fuera de contexto, rechazan la oración común. Invocó al Espíritu Santo sobre los trabajos de la Comisión. La sesión ha sido cerrada con las vísperas de la fiesta de Santiago Apóstol en la catedral de Paphos por el mismo arzobispo.
La Comisión fue recibida con gran generosidad y espíritu de calurosa fraternidad por la Iglesia ortodoxa de Chipre. Ha sido recibida en el palacio arzobispal, donde Chrysostomos ofreció un almuerzo. La Comisión visitó el museo arzobispal, rico en extraordinarios íconos. Una delegación visitó al presidente de la República. Todos los miembros fueron acompañados a visitar algunos monasterios con antiguos íconos y frescos bizantinos. También se registró un pequeño episodio de signo contrario. Un limitado grupo de una decena de personas, el primer día del encuentro, se presentó frente al hotel con pancartas de protesta contra el diálogo, considerado como riesgo de traición por parte de los miembros ortodoxos y de ceder a las demandas de los católicos. Las autoridades ortodoxas, el arzobispo de Chipre y el metropolita de Paphos, han condenado duramente el evento y amenazado con sanciones canónicas a los clérigos que tomaron parte en él. El comunicado de la sesión, publicado al final del encuentro, informa que los miembros ortodoxos, en su encuentro del primer día, “han discutido las reacciones negativas al diálogo de algunos sectores ortodoxos y unánimemente las han considerado totalmente infundadas e inaceptables, dando falsas y engañosas informaciones. Todos los miembros ortodoxos de la Comisión reafirman que el diálogo continúa con la decisión de todas las Iglesias ortodoxas y se continuará con fidelidad a la verdad y a la Tradición de la Iglesia”.
Casi contemporáneamente, la Iglesia de Grecia tomaba posición contra los sectores críticos del ecumenismo. La asamblea de la jerarquía, en la reunión del 16 de octubre de 2009, declaraba: “El diálogo necesita ser continuado, pero en el ámbito de la normativa eclesiológica y canónica ortodoxa, siempre en acuerdo con el Patriarcado ecuménico, como ha sido establecido por una decisión pan-ortodoxa. Los representantes de nuestra Iglesia en este diálogo tienen conocimiento claro de la teología ortodoxa, de la eclesiología y de la Tradición eclesiástica”.
La discusión sobre el boceto preparado por el Comité mixto de coordinación será continuada en la siguiente sesión plenaria del año próximo. Ha sido decidido que la sesión tendrá lugar del 20 al 27 de septiembre en Viena, recibida por el arzobispo, el cardenal Christoph Schönborn.
De este modo, este importante diálogo avanza a paso lento pero siempre orientado hacia la meta de la plena comunión, como ha sido concordado en el documento preparatorio para el inicio del diálogo entre católicos y ortodoxos.
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Fuente: L’Osservatore Romano
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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