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Narra Santa Gertrudis que una religiosa de su monasterio a la que amaba singularmente a causa de las grandes virtudes de que estaba adornada, habiendo muerto muy joven con los sentimientos de la más edificante piedad, se le apareció un día en uno de sus éxtasis, como colocada delante del trono de Dios, rodeada de fúlgida aureola y cubierta de ricas vestiduras, pero afligidísima en el rostro y pensativa y permaneciendo con los ojos bajos como si tuviese vergüenza de comparecer delante de Dios.
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Sorprendida a tal vista la Santa rogó al divino Esposo de la Vírgenes se dignara manifestarle la causa de la tristeza y extremada reserva de aquella alma escogida suplicándole al mismo tiempo la invitara a acercársele y a abrirle los brazos para adentrarla en la gloria.
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Entonces Jesús sonriendo dulcemente a aquélla buena religiosa hízole señal de acercarse, pero ella por el contrario, más turbada y temerosa, después de postrarse delante de la majestad de Dios y de adorarle, se alejaba.
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Más que nunca admirada la Santa, volvióse entonces directamente a aquella alma preguntándole por qué titubeaba tanto, y se alejaba mientras el Salvador tan amorosamente la invitaba, y siendo así que en vida había deseado tanto la suprema felicidad.
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Contestóle entonces aquella alma: “Ah, madre mía, aún no soy digna de comparecer delante del Cordero Inmaculado, porque tengo todavía en mi alma algunas leves manchas contraídas en el mundo. Para poder acercarse al Sol de Justicia es necesario ser más puros que la misma luz, al paso que yo no poseo aún esa pureza tan perfecta que Él desea contemplar en sus Santos. Aún cuando las puertas del Cielo estuviesen abiertas de par en par, y de mi sola voluntad dependiese el entrar, no me atrevería a hacerlo antes de estar enteramente purificada de las culpas más ligeras. Paréceme que el coro de las Vírgenes que sigue al Cordero en donde quiera que vaya, me arrojaría lejos de sí con horror. El resplandor que vos veis que me rodea no es más que la franja de las sublimes vestiduras de la inmortalidad. Cosa muy diversa y mucho más grande es el ver a Dios, vivir con Él y poseerlo para siempre”.
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Fuente: “El Purgatorio según las revelaciones de los Santos”
Colección “Lecturas Católicas”, Tipografía Salesiana, 1888.
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3 Comentarios:
¿Y qué pasó con los anglicanos? ¿Se unieron a Roma o no se unieron? Hace mucho que el blogger no da ninguna información al respecto.
Estimado O. Aleksandr:
La verdad es que todas las últimas noticias provenientes del anglicanismo oficial son una peor que la otra.
No hace mucho, en una diócesis anglicana de Australia, aprobaron el hecho de que sean diáconos y laicos los que "presidan la Eucaristía".
En Canadá, hay obispos anglicanos que están decididos a preparar rituales para "bendecir uniones homosexuales".
No es de parte del anglicanismo oficial del que se esperan noticias acerca del posible "retorno a Roma", sino de los grupos separados y de los anglo-católicos.
Pero justamente de estos hay muy pocas noticias.
Hace poco tiempo se reunieron los miembros de "Forward in Faith" (uno de los más importantes grupos anglo-católicos), y volvieron a hablar de la "comunión con Roma" como "la" meta.
Será cuestión de ver si realmente dan los pasos necesarios para el acercamiento.
Y en cuanto a la TAC (el grupo separado del anglicanismo que está en tratativas con Roma), no hay NINGUNA noticia. Lo cual no es del todo "malo".
Cuestión de seguir rezando.
Gracias por comentar.
Me refería a la TAC. Muchas gracias por la respuesta
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