miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿Es posible el diálogo interreligioso?

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Traducción de la carta-prefacio del Papa al libro “Por qué debemos llamarnos cristianos”, del Senador italiano Marcello Pera. El texto fue publicado por el Corriere della Sera. Nosotros lo hemos tomado de Papa Ratzinger blog.

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Estimado Senador Pera,


En estos días he podido leer su nuevo libro “Por qué debemos llamarnos cristianos”. Fue para mí una lectura fascinante. Con un conocimiento estupendo de las fuentes y con una lógica coherente, analiza la esencia del liberalismo partiendo de sus fundamentos, mostrando que a la esencia del liberalismo pertenece su enraizamiento en la imagen cristiana de Dios: su relación con Dios, de quien el hombre es imagen y de quien hemos recibido el don de la libertad. Con una lógica irrefutable, hace ver que el liberalismo pierde su base y se destruye a sí mismo si abandona este fundamento. No menos impresionado he quedado por su análisis de la libertad y por el análisis de la multiculturalidad en la que muestra la contradicción interna de este concepto, y por lo tanto, su imposibilidad política y cultural. Es de fundamental importancia su análisis de lo que podrían ser una Europa y una Constitución europea en la que Europa no se transforme en una realidad cosmopolita sino que encuentre, a partir de su fundamento cristiano-liberal, su propia identidad. Particularmente significativo es para mí también su análisis de los conceptos de diálogo interreligioso e intercultural.


Usted explica con gran claridad que un diálogo interreligioso, en el sentido estricto de la palabra, no es posible, mientras que urge mucho más el diálogo intercultural que profundice las consecuencias culturales de la decisión religiosa de fondo. Mientras sobre esta última no es posible un verdadero diálogo sin poner entre paréntesis la propia fe, es necesario afrontar en el ámbito público las consecuencias culturales de las decisiones religiosas de fondo. Aquí, el diálogo, una mutua corrección y un enriquecimiento mutuo son posibles y necesarios. De la contribución acerca del significado de todo esto para la crisis contemporánea de la ética encuentro importante lo que usted dice sobre la parábola de la ética liberal. Muestra que el liberalismo, sin dejar de ser liberalismo sino, al contrario, para ser fiel a sí mismo, puede enlazarse con una doctrina del bien, en particular con la cristiana que le es congénere, ofreciendo así verdaderamente su contribución a la superación de la crisis. Con su sobria racionalidad, su amplia formación filosófica y la fuerza de su argumentación, el presente libro es, a mi parecer, de fundamental importancia en esta hora de Europa y del mundo. Espero que encuentre una gran acogida y ayude a dar al debate político, más allá de los problemas urgentes, aquella profundidad sin la cual no podemos superar el desafío de nuestro momento histórico. Agradecido por su obra, le deseo de corazón la bendición de Dios.


Benedicto XVI


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Fuente: Papa Ratzinger Blog


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo


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1 Comentarios:

Anónimo ha dicho

Su Santidad en ese texto expresa brillantemente sus comentarios sobre el libro.
A él es muy difícil refutarlo, por cuanto además de ser el Papa, es un sabio.
Dicho lo anterior, y con el respeto debido, me parece altamente peligrosa, amén de equivacada, la identificación que hace del liberalismo como un fundamento de Europa, entendiedno por fundamente, una base.
Y, lo digo porque sin profundizar demasiado, el liberalismo es un producto a mi entender alejado de la doctrina católica, y además una filosofía que llegó y estará en lo que resta de Occidente .... de paso ¡Gracias a Dios!(aún cuando tarde mucho en desaparecer). No obstante, ojalá que el término de su reinado no traiga a lo que queda de Occidente otras plagas que se vislumbran en la lejanía :el islam o el extremo oriente, amabos anticristianos.
La libertad que predica el liberalismo no es aquella señalada por la filosofía aristotélica tomista ni enseñada por los metafísicos.
La libertad proclamada por el liberalismo es en realidad el libertinaje,y que deriva que permita que el hombre haga lo quiera en tanto no viole la ley positiva dictada por la mayoría del momento.
¿Como podemos decir que los hombres son libres hacer otra cosa que no sea su propia perfección, es decir su salvación?
La raíz primera del liberalismo se remonta ya a Guillermo de Occam (ofm), padre del nominalismo, quien sostenía (en resumen) que sólo los individuos concretos existen y no los universales. Así se llega a que como Dios no es un individuo concreto no es cognocible por la razón, sino solamente mediante la fe. De esta forma, como no todos tienen fe, es preferible que las sociedades creen sus leyes prescindiendo del (supuesto) Creador. La reforma protestante derivó del pensamiento Occam, y de ella el liberalismo en sus muchas manifestaciones.
Los principios de la Revolución Francesa son un buen ejemplo:
1)Igualdad: ¿Como vamos a ser iguales si algunos son hombres y otras mujers, unos altos otros bajos, unos negros, otros amarillos, y así? Entonces no es cierto la igualdad de los hombres, a excepción a que si se reconoce a Dios, lo somos en cuanto a creaturas de igual valor ante El. Y, de ahí que los derechos naturales sean los mismos para todos.
2) Fraternidad: Si no hay Dios, entonces no somos hermanos,ya que los hombres en inmensísima mayoría descienden de distintos padres.
3) Libertad: ¿Como vamos a ser libres si somos esclavos de nuestros instintos y ambiciones? Si Dios no existe no somos libres.
Y en cualqueir caso, ¿libertad para qué? ¿Para hacer o autonflingirnos el mal? Eso contravendría el principio de no contradicción. Uno no puede hablar de que algo es y no es al mismo tiempo y respecto al mismo tema. Al hacer a otro o autoinflingirnos un mal es evidente que disminuímos en cuanto a la integridad o perfección de nuestro ser o del ser ajeno víctima de nuestra acción, por lo tanto, se sigue que de ese mal propinado somos menos libres, por cuanto nos empequeñecemos.
En cuanto al dialogo interreligioso ¿Que ha traído en concreto a la Santa Iglesia?= El ecumenismo, poniendo a la Iglesia al mismo nivel que las otras iglesias a efectos de dialogar, con la consecuente confusión.
A continuación cito textualmente (recogido de aciprensa de fecha 28.11.08) al cardenal Tauran: "En el diálogo interreligioso tomo un riesgo. Acepto, obviamente, no renunciar a mi fe, pero sí dejarme interpelar por las convicciones del otro. Acepto tomar en cuenta argumentos distintos a los míos o a los de mi comunidad. La idea es conocerse, considerar la religión del otro con benevolencia y dejarse enriquecer por los aspectos positivos que hay en su religión.Cometario mío:O sea, ¿la religión católica se encuentra en devenir, no es completa? Sigo con el cardenal:
La primera condición para que el diálogo interreligioso sea provechoso es la claridad: cada creyente debe ser consciente de su propia identidad espiritual. Los líderes religiosos deben estar atentos a que el genio propio de cada religión sea siempre bien comprendido.Para un católico, dialogar con otros creyentes, es, primero que nada, una experiencia espiritual, y por tanto, una gracia".
Que penosas declaraciones.