lunes, 16 de febrero de 2009

Más sobre la Iglesia en Austria

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Los obispos diocesanos de Austria publicaron hoy una Carta Pastoral.  Presentamos aquí nuestra traducción de la misma, tomada del blog Catholic Church Conservation, que a su vez la traduce del alemán al inglés.

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Queridos católicos, queridas hermanas y hermanos en la fe, queridos ciudadanos de nuestro país. Los obispos diocesanos de Austria se reunieron el lunes para buscar, en la oración común, discutir los eventos de los últimos días que han causado preocupación y enojo dentro y fuera de la Iglesia. Le debemos a nuestra gente una clarificación, pero también queremos expresar nuestra esperanza de que, como en toda crisis, también existen oportunidades. Esto puede solamente significar, para nosotros como Iglesia, que nos centremos en Cristo y seamos abiertos. Nuestro discurso sobre Dios siempre debe ser también un discurso acerca de las personas. Para la interacción en la Iglesia, esto significa escucharnos mejor unos a otros, ser capaces de ver juntos “los signos de los tiempos” con los ojos de la fe. De esta forma, la Iglesia puede servir a todas las personas.

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1. La primer palabra está dirigida a los fieles, que comparten con los obispos la aflicción de una crisis, y que no obstante han mostrado su completa confianza. Los fieles han tenido que experimentar algunas críticas, incluso el ridículo y el rechazo, causados en parte por errores en la Iglesia. Mucha gente en esta situación probó su lealtad y su amor por la Iglesia. Agradecemos a las muchas personas que han rezado para que la Iglesia resista y ofrezca a la gente las bendiciones de Dios. Agradecemos a los obispos, sacerdotes y diáconos por su apoyo al episcopado, para que éste sea servidor de la unidad. Agradecemos a las muchas personas que tienen algún oficio importante; a los voluntarios que trabajan generosamente para las parroquias, en favor de los jóvenes, de los que sufren, de los enfermos, de los que están en alguna emergencia; y a aquellos que fortalecen una sociedad solidaria. El agradecimiento también se aplica a las muchas personas que en Austria, en distinta proximidad o distancia, confían que la Iglesia ha lidiado con esta difícil situación.

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2. La Iglesia Católica en Austria es la comunidad más grande de nuestro país, y es parte de la comunidad mundial de la Iglesia Católica. Esto involucra la comunión real con el Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro. Así como nosotros los obispos conocemos la lealtad de los fieles, queremos mostrar nuestra adhesión al Papa en estas serias y estresantes situaciones - esto es una expresión de lealtad, que ha de ser mantenida precisamente en los tiempos difíciles. Esta adhesión es también un elemento inseparable de la identidad católica.

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3. En este contexto, queremos hacer una declaración acerca de la “revocación de la excomunión” a los cuatro obispos consagrados ilícitamente en 1988. El Papa Benedicto XVI ha declarado inequívocamente que el obispo lefebvrista Richard Williamson se ha descalificado a sí mismo al denegar la Shoah, y que debe retirar públicamente su insostenible negación del asesinato masivo del pueblo judío. La medida del “levantamiento de la excomunión” de parte del Papa es una mano extendida a aquellos que están separados de la Iglesia. No se sigue que en caso alguno puedan estos cuatro obispos tener automáticamente un oficio en la Iglesia Católica. En lugar de esto, la comunidad lefebvrista debe dar una clara señal, por su parte, de que toma esta mano extendida, y busca realmente la reconciliación. El pre-requisito es, por supuesto, la aceptación incondicional del Concilio Vaticano II. Esperamos que los procesos inadecuados de comunicación en el Vaticano serán exitosamente mejorados, de forma que el servicio universal del Papa no sufra daño.

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4. Hubo también cuestiones de comunicación en un nombramiento reciente de un obispo sufragáneo para la diócesis de Linz. Los obispos están al tanto de que el P. Wagner pidió al Papa retirar el nombramiento. El tema de los nombramientos episcopales es importante, porque desde mediados de los ’80 en Austria, ha sido asociado con un número de problemas. Para muchos, las controversia sobre los nombramientos episcopales llevó a dolorosos conflictos, y ha provocado rupturas en la Iglesia. Es precisamente en este área que es muy apropiada la delicadeza. No se discute que el Papa es libre para nombrar obispos. Los obispos no quieren regresar a un tiempo – como en 1918 – cuando era el Emperador solo quien elegía los obispos. Incluso una “elección popular” de los obispos dividiría la Iglesia en partidos, y los conflictos serían inevitables. Nosotros, los obispos, estamos convencidos de que el procedimiento previsto en el derecho canónico para la selección y examen de los candidatos se ha mostrado valioso, si el procedimiento se sigue realmente. Entonces, antes de que el Santo Padre tome la decisión final, debe proveérsele con la información básica, confiable y completamente revisada en la que él pueda confiar. En Austria, en los próximos años, serán nombrados un número de obispos. Los fieles están legítimamente preocupados de que el proceso de búsqueda de los candidatos, el examen de las propuestas y las decisiones finales sean llevadas a cabo cuidadosamente y con toda la delicadeza pastoral que sea posible. Esto puede asegurar que los obispos sean nombrados no “contra” sino “para” una iglesia local. Nosotros, los obispos, haremos todo esfuerzo posible para apoyar los próximos nombramientos episcopales, en el sentido de monitorear los procedimientos en cercana cooperación con los departamentos vaticanos.

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5. Es un signo altamente deseable de unidad en la Iglesia que el nombramiento de un obispo signifique para los fieles un gozo y un estímulo. A pesar de las reservas, es posible en un buen clima humano y cristiano, el dar la bienvenida a un obispo nombrado con buena voluntad.

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6. La situación en la amplia diócesis de Linz causa preocupación a los obispos – esto, incluso después de la renuncia del Padre Gerhard Wagner. Existen muchas buenas noticias de esta diócesis, que a menudo son poco vistas, incluso si deben mencionarse algunos problemas. La Alta Austria tiene una Iglesia muy vibrante que, con un amplio canal de parroquias activas y centros pastorales y un agudo sentido de la dimensión social de la fe cristiana, provee una gran ayuda solidaria en la Iglesia de todo el mundo, con los pobres y los marginados. Existen en el país grandes monasterios y comunidades religiosas. Las organizaciones laicales son especialmente activas. Como obispos, nos mueve que en la diócesis de Linz y con el reciente nombramiento haya habido significativa tensión. No se trata solamente de diferencias de opinión en términos de estructuras y métodos, sino últimamente de la cuestión de la identidad sacramental de la Iglesia Católica. Esto tiene que ver especialmente con la ordenación de sacerdotes y laicos en relación con el sacerdocio general de todos los bautizados. Sólo puede seguirse el camino pastoral que esté de acuerdo con la Iglesia en todo el mundo. En medio de todas las diferencias, este camino de la Iglesia, perseverante en la oración y en la conversación con la Iglesia universal, debe realizarse sobre la base del Concilio Vaticano II.

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7. Confiando en la ayuda de Dios, superaremos la crisis de las últimas semanas. Pero debemos aprender de los eventos y de los errores para sacar conclusiones para el futuro. Sin ignorar otros asuntos pendientes, nos dirigiremos de nuevo, principalmente, al centro de la fe. Eso significa contemplar a Cristo, que no abandona a Su Iglesia, y cuyas palabras y obras deben ser una medida de nuestras palabras y obras. Durante este tiempo, persisten los grandes problemas económicos y los problemas de la existencia cotidiana, por lo que los cristianos deben tener las manos, el corazón y la mente libres para la tarea de vivir el Evangelio y de llevar la Buena Noticia a todos los hombres. Para este fin, pedimos la intercesión de María, la Magna Mater Austriae; la Bendición de Dios Padre, el Poder de Jesucristo; y la Luz del Espíritu Santo.

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Arzobispo Christoph Cardinal SCHÖNBORN
Arzobispo Alois KOTHGASSER 
Obispo diocesano Egon KAPELLARI 
Obispo diocesano Klaus KÜNG 
Obispo castrense Christian WERNER 
Obispo diocesano Paul IBY 
Obispo diocesano Alois SCHWARZ 
Obispo diocesano Ludwig SCHWARZ 
Obispo diocesano Manfred SCHEUER 
Obispo diocesano Elmar FISCHER

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Fuente: Catholic Church Conservation

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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6 Comentarios:

Anónimo ha dicho

El Papa debe ponerse firme ante esta rebelión abierta. Que Dios y la Virgen lo protegan, y le den fuerzas para enfrentar a los secuaces del Enemigo. El Papa debería enfrentar a los obipos con la desastrosa realidad de sus diócesis, e intimarlos a firmar el juramento antimodernista, o quedar excomulgados.

Anónimo ha dicho

El diablo se ha introducido de forma inequívoca en la Iglesia. Este documento es deplorable.

Anónimo ha dicho

Comparto lo antes expresado
Gustavo

Anónimo ha dicho

Es la Iglesia de Laodicea, la que no es "ni fría ni caliente" y que será "vomitada". No obstante, sigue siendo la Iglesia porque es a ella a quién le son dirigidas las admoniciones. Pero solo persiste en la palabra de Cristo y en la piedra fundacional. El consuelo es que está llamada a ser resucitada.
Solo queda rezar.

Mendrugo ha dicho

Cuando leí por primera vez esta carta pensé: ¡Vaya! Los obispos de Austria quieren convertirse en un lobby, en grupo de presión. Y advierto que para mí esa actividad, ejercida por medios honrados, puede ser legítima, aunque no es la propia de los obispos y menos aún si a quien se intenta presionar es al Papa.

Pero conforme la releo, caigo en cuenta de que pertenece sin duda al género de las cartas de extorsión. De hecho es un ejemplo de libro de esa literatura infame. No le falta ni el tono cínico: esa desfachatez que gastan los matones cuando piden dinero a cambio de protección, expresando su preocupación por la seguridad del extorsionado y su familia.

Y como siempre pasa en estas cartas, contiene una confesión. Los rufianes, veladamente, se hacen responsables de los atentados que la víctima ha sufrido ya, como advertencia de lo que le puede pasar si no se pliega a sus deseos. Una ha sido, por supuesto, la que le han montado al P. Wagner. Pero, por si al Papa no se le ocurre relacionarlo, le recuerdan también el caso Williamson.

Los enemigos del Papa, al amenazarle, están declarando de qué medios se van a servir para combatirle. Las armas negras que están usando ya. Tampoco son muy ingeniosos. Van a servirse de la prensa laicista, suministrándole dosieres difamatorios contra las personas a quienes Roma nombre para cargos. Las bombitas explotarán en el momento oportuno para causar el mayor daño, como ha ocurrido en los dos avisos. En cuanto al contenido de los dosieres, a cada víctima le buscarán lo que puedan. Buscarán cosas antiguas; sacarán sus palabras de contexto; mezclarán medias verdades con rumores y con mentiras… Los periodistas no son muy exigentes en cuanto a las pruebas de cargo. Si encuentran algo contra el sexto o contra el séptimo, mejor. Y si no hay nada, siempre podrán acusarles de homófobos.

Pero no hay que tenerles miedo. Son perros atados. Y una campaña de prensa, ya veis en lo que se queda. Estemos preparados para no escandalizarnos, y nunca ponernos a su altura. Hay que ser prudentes. Sencillos como palomas pero astutos como serpientes.

El Papa tiene al Cielo de su parte. Recemos mucho por él. Que Dios no le entregue a los malos deseos de sus enemigos. (Y si le tienes que entregar, Dios mío, que sea en manos de islamistas o de ateos feroces, que le maten y ya está. Pero no en las de sus enemigos de dentro de la Iglesia. Amén).

Anónimo ha dicho

Ambiguos...sibilinos...Santo Padre ¡Destitúyalos a todos!
Légolas