lunes, 21 de junio de 2010

El rigor espiritual de Benedicto XVI

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“El Papa estará también tenso y cansado - como señalan las agencias de prensa - pero sus palabras son lúcidas y puntuales”, decía ayer un editorial de La Stampa en referencia a la homilía pronunciada por Benedicto XVI. En este artículo publicado por otro periódico italiano, el Corriere della Sera, se citan algunas frases de dicha homilía de la Santa Misa en la cual el Papa ordenó catorce nuevos sacerdotes de la diócesis de Roma.

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“El sacerdocio no puede jamás representar un modo para alcanzar seguridad en la vida o para conquistar una posición social”. La tentación del poder, el carrerismo. En la Basílica de San Pedro, Benedicto XVI ordena catorce sacerdotes y les recuerda, no están a su beneficio, lo fundamental: ser discípulo de Jesús significa “perderse a sí mismo” para “reencontrarse plenamente”, “conformarse a la voluntad de Dios” y seguir al Crucificado.


No es, ni podría ser, una referencia a la investigación sobre el cardenal Sepe: la homilía de ayer estaba escrita desde hace días. Sin embargo, permite entender, una vez más, el rigor espiritual de Ratzinger en cuanto a escándalos o contaminaciones “mundanas”. La referencia, memorable, son las palabras que el entonces cardenal y prefecto del ex Santo Oficio escribió para la novena estación del Vía Crucis del 15 de marzo de 2005, un mes antes de ser elegido Pontífice: “¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él! ¡Cuánta soberbia, cuánta autosuficiencia!”. Una invitación a la humildad repetida diez días atrás, en la clausura del Año sacerdotal, cuando recordaba que ser sacerdote no es “un oficio” sino “un sacramento”, y depende de la “audacia de Dios” que seres humanos, con sus debilidades, puedan “actuar en su lugar”.


Por otra parte, “quien quiere sobre todo realizar una ambición propia, alcanzar un éxito propio, será siempre esclavo de sí mismo y de la opinión pública”, explicó ayer Benedicto XVI. “Para ser considerado, deberá adular; deberá decir aquello que agrada a la gente; deberá adaptarse al cambio de las modas y de las opiniones y, de este modo, se privará de la relación vital con la verdad, reduciéndose a condenar mañana aquello que había alabado hoy”. De aquí la advertencia a los nuevos sacerdotes: “Un hombre que plantee así su vida, un sacerdote que vea en estos términos su propio ministerio, no ama realmente a Dios y a los demás sino sólo a sí mismo y, paradójicamente, termina por perderse a sí mismo”.


Poco después, en el Angelus, el Pontífice volvió sobre la invitación de Jesús en el Evangelio: “si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz, y me siga”. Y citó las palabras de una mujer, la “santa carmelita” Edith Stein, filósofa del siglo XX, de familia judía, perseguida por los nazis y muerta en Auschwitz: “Más se hace oscuro a nuestro alrededor, tanto más debemos abrir el corazón a la luz que viene de lo alto”.

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Fuente: Il blog degli amici di Papa Ratzinger


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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3 Comentarios:

Maricruz ha dicho

Ha venido hablando tan clara y directamente!
Larga vida al Papa!

marylua ha dicho

Solo quien se alimenta de la vida(Dios) logra tener y dar vida.

nos ven cansados,agotados casi listos para morir,pero vivimos y nuestra alma sabe sonreír.

-quien conoce al amor no entiende de cansancio,ni de dolor.

que Dios padre bueno y misericordioso
bendiga eternamente,cuide, proteja,ampare,renueve,santifique y restablezca a nuestro Benedicto XVI.
y que lo fortalezca, lo renueve espiritualmente y corporalmente para que como las águilas una vez más,y otra más vuelva a emprender el vuelo de cada día con sus alas extendidas abrasando al amor y permitiéndose se cobijado con las alas de ese, ese mismo amor divino y celestial que es quien le ánima y fortalece para hablar y proclamar la verdad, la verdad que nos devolverá la vida y la vida que nos revolverá la alegría de regresar
al amor de nuestra juventud,nuestro aor del principio, nuestro único y verdadero amor,así sea.

Gracias, Benedicto XVI por su cansancio,agotamiento y por tantas cosas mas. Gracias!

marylua ha dicho

sólo la verdad nos hara libres.

- Como las águilas
Aún al borde de su propia muerte el águila extiende ampliamente sus alas agigantando su figura.
Cuando alguien con sus pies firmes en la tierra vea desde su poco más de metro y medio de altura, a un águila volando directamente hacia un temible frente de tormenta podría pensar en la "tonta" decisión del animal que no huye del fenómeno.
Sin embargo desde la altura del águila la realidad es muy distinta.
El águila sabe que frente a la tormenta, lo mejor que puede hacer es no volar dejándose perseguir continuamente por las grises nubes.
Muy por el contrario se dirigirá de frente a ella, desplegará sus alas tan grandes como le sea posible con lo que el tempestuoso viento la empujará hacia arriba hasta que, luego de soportar durante un centenar de metros la oscuridad de la nube, por fin verá el sol y habrá dejado la temible tormenta a sus pies...
De esta forma, cuando nos vemos circundado por un problema, lejos de tratar de huir temporalmente –en cuyo caso seremos constantemente perseguidos por él- podemos elegir desplegar nuestras alas... tomar conciencia de la grandeza de nuestra vida... de lo que verdaderamente somos...(hijos del altísimo) de nuestras reales capacidades...(todo lo podemos en aquel que nos fortalece) de aquello que está en nosotros mismos...(somos templo de la santísima trinidad) Cuanto mayor sea el problema, más grande mostraremos nuestras alas, nuestra figura...(porque si Dios con nosotros quien en contra de nosotros?) y enfrentando la circunstancia podremos soportar el tempestuoso momento convencidos de que el sol nos espera arriba...(el sol de justicia para darnos nuestro galardón después de la batalla combatida y ganad)
Más aún... cuando el águila afronta el momento culminante de su vida, cuando avizora el momento del final de su existencia, lejos de amedrentarse, de recluirse, de cerrarse en si misma, realiza el mayor de los esfuerzos de toda su vida en desplegar sus alas hasta que la sombra que produzca sea la mayor jamás vista.
Así se eleva hasta las mayores de las alturas donde encontrará el lugar que ella misma elige para su muerte. (porque si vivimos o morimos,vivimos o morimos para Dios y que mejor morir si no entre las alas del amor?)

- -no se quien escribió esto de las águilas pero sin duda es toda una verdad.

que Dios bendiga a nuestro Benedicto XVI, Lo libre no de la prueba tan necesaria para purificar el alma pero si del lobo malo que solo ataca para matar y destruir .
que maría santísima Reina del cielo y la tierra lo mantenga por siempre bajo su amparo maternal y protector asi sea..