Ofrecemos la traducción del discurso que el Papa Benedicto XVI pronunció hoy al recibir a los participantes del simposio organizado por la Fundación Pave the Way sobre la figura y la obra del Papa Pío XII, de cuya muerte se recordará próximamente el 50º aniversario.
En su blog, el vaticanista Andrea Tornielli, que ha participado en el simposio y en la audiencia con el Santo Padre, señala que se trata de "un discurso muy, muy importante. Es la primera vez que, después de muchos años, un Papa interviene en un modo tan preciso sobre la controversia de los silencios de Pío XII".
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Estimado Señor Krupp, gentiles señoras y señores:
Es para mí un verdadero placer encontraros al término del importante simposio promovido por la Pave the Way Foundation, que ha contado con la participación de eminentes estudiosos para reflexionar juntos sobre la generosa obra realizada por mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Pío XII, durante el difícil período del siglo pasado, en torno a la segunda guerra mundial. A cada uno dirijo mi más cordial bienvenida. Saludo, en modo particular, al Señor Gary Krupp, Presidente de la Fundación, y le agradezco los sentimientos expresados en nombre de todos los presentes. Le agradezco por la información que me ha dado sobre cómo se han desarrollado vuestros trabajos en este simposio, en el que habéis analizado sin preconceptos los eventos de la historia, únicamente preocupados por buscar la verdad. Mi saludo se extiende a cuantos están unidos a vosotros en esta visita, y aprovecho la ocasión para enviar mi cordial saludo a vuestros familias y personas queridas.
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Durante estos días, vuestra atención se ha dirigido a la figura y a la infatigable acción pastoral y humanitaria de Pío XII, Pastor Angelicus. Ha pasado medio siglo desde su piadosa muerte, que ocurrió aquí en Castelgandolfo, en las primeras horas del 9 de octubre de 1958, después de una enfermedad que redujo gradualmente su vigor físico. Este aniversario constituye una importante oportunidad para profundizar el conocimiento sobre él, para meditar su rica enseñanza, y para analizar completamente su obra. Mucho se ha escrito y se ha dicho de él en estas cinco décadas y no siempre se han puesto en su justa luz los verdaderos aspectos de su multiforme acción pastoral. El objetivo de vuestro simposio es precisamente hacer frente a algunas de estas deficiencias, conduciendo a un atento y documentado análisis sobre muchas de sus intervenciones, sobre todo aquellas que han sido a favor de los hebreos que, en aquellos años, eran atacados en toda Europa, de acuerdo al plan criminal que quería eliminarlos de la faz de la tierra. Cuando alguien se acerca sin prejuicios ideológicos a la noble figura de este Papa, además de quedar impresionado por su alto perfil humano y espiritual, es conquistado por la ejemplaridad de su vida y la extraordinaria riqueza de su enseñanza. Se aprecia la sabiduría humana y la intensidad pastoral que lo han guiado en su largo ministerio y, de modo particular, en la organización de la ayuda al pueblo hebreo.
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Gracias a un vasto material documentado que habéis recogido, enriquecido por los múltiples y autorizados testimonios, vuestro simposio ofrece a la opinión pública la posibilidad de conocer mejor y más plenamente lo que Pío XII promovió y realizó a favor de los judíos perseguidos por los regímenes nazista y fascista. Se ve, entonces, que no escatimó esfuerzos, dondequiera que fuese posible, para intervenir a su favor, directamente o a través de instrucciones impartidas a otras personas o a instituciones de la Iglesia Católica. En los trabajos de vuestro congreso se han puesto en evidencia las no pocas intervenciones realizadas por él en modo secreto y silencioso precisamente porque, teniendo en cuenta las situaciones concretas de aquel complejo momento histórico, solo así era posible evitar lo peor y salvar el mayor número posible de judíos. Su valiente y paterna dedicación ha sido reconocida y apreciada durante y después del tremendo conflicto mundial por comunidades y personalidades hebreas que no dejaron de manifestar su gratitud por cuánto el Papa había hecho por ellos. Basta recordar el encuentro que Pío XII tuvo, el 29 de noviembre de 1945, con los 80 delegados de los campos de concentración alemanes que, durante una especial audiencia concedida a ellos en el Vaticano, quisieron agradecer personalmente la generosidad que el Papa demostró hacia ellos, perseguidos durante el terrible período del nazismo y fascismo.
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Gentiles señoras y señores, gracias por vuestra visita y por el trabajo de investigación que estáis realizando. Gracias a la Pave the Way Foundation por la constante acción que despliega favoreciendo las relaciones y el diálogo entre las distintas religiones, de modo que ellas ofrezcan un testimonio de paz, de caridad y de reconciliación. Es mi vivo deseo que este año, que recuerda el 50º aniversario de la muerte de mi venerado Predecesor, ofrezca la oportunidad de promover estudios más profundos sobre diversos aspectos de su persona y actividad, para llegar juntos al conocimiento de la verdad histórica, superando así todo prejuicio. Con estos sentimientos, invoco la bendición de Dios sobre vosotros y sobre los trabajos de vuestro simposio.
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Texto original: Oficina de Prensa de la Santa Sede
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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1 Comentarios:
Gracias por la traducción del texto. Me ha encantado este discurso de Benedicto XVI, y me alegra ver como un Papa, después de tantos años ensalza la noble figura de Pio XII, sin miedo al qué dirán. Al fin y al cabo, la verdad siempre debe ir por delante. Ojalá se siga luchando así por limpiar la figura de Pio XII, que tantos han querido eclipsar.
¡Dios os bendiga!
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