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Como habíamos anticipado, en estos días se está realizando el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra. Acaba de finalizar una de sus votaciones: en ella han aprobado por mayoría proceder a la ordenación de obispos mujeres. Los intentos por parte de los anglo-católicos de obtener diócesis separadas para quienes no aceptaran tener obispos mujeres, han fracasado. No sabemos aún cuál será la reacción del mundo anglo-católico, pero más que nunca urge rezar por ellos, para que no teman seguir los pasos del Cardenal Newman.
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Encontramos este testimonio de un sacerdote anglicano en uno de los tantos blogs de habla inglesa que están informando sobre la cuestión. Sirva de ejemplo para que tengamos una idea de lo que están sintiendo en este momento:
"Me siento muy caído. La Iglesia de mi bautismo acaba de decidir degradarme al rango de persona no grata por el gran crimen de mantener la fe de mis padres. ¿Por qué los innovadores nos tratan tan mal? ¿Qué les costaba permitirnos tener nuestros obispos? Permitirnos una diócesis... en lugar de eso, me dejan el peso de tener que desarraigar a mi familia, encontrar un nuevo trabajo y dejar la Iglesia donde he volcado mi alma desde la ordenación. Un día muy oscuro... me siento llorar".
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